Agentes de la DEA acusados de cargos federales evidencian falta de supervisión

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En los últimos años, se han desarrollado juicios en Estados Unidos en los cuales se han visto involucrados al menos 16 agentes de la DEA, acusados de cargos federales desde 2015, mismos que han dejado al descubierto enormes lagunas en la supervisión de la agencia. Los delitos incluyen pornografía infantil, tráfico de drogas, filtración de inteligencia a abogados defensores y venta de armas de fuego a asociados de cárteles, según un análisis de Associated Press.

De acuerdo con la agencia AP, los casos, que se producen en medio de una epidemia de más de 100,000 sobredosis mortales de drogas al año, a menudo presentan dolores de cabeza que duran años para que el Departamento de Justicia de Estados Unidos determine si alguna investigación se vio contaminada cuando agentes deshonestos traicionaron a la agencia.

“No deberíamos esperar ver tantos delitos en una sola agencia encargada de hacer cumplir la ley”, dijo Rachel Moran, profesora asociada de la Facultad de Derecho de la Universidad de St. Thomas en Minneapolis. “El hilo común que veo aquí es la falta de supervisión y rendición de cuentas”.

En la actualidad, al menos tres agentes veteranos están cumpliendo sentencias de prisión de una década o más.

En un juicio federal que comenzó este mes, los fiscales estadounidenses describieron a Joseph Bongiovanni, un veterano agente de la DEA, que abrió expedientes de casos falsos y alentó a sus colegas a dedicar menos tiempo a investigar a los italianos y más vez sobre negros e hispanos. Cuando las autoridades finalmente lo desenmascararon en 2019, se retiró apresuradamente y limpió su teléfono celular.

Joseph Bongiovanni, de acuerdo con las investigaciones, también desvió investigaciones que involucraban a sus amigos de la infancia para que estos pudieran seguir operando un club de striptease de tráfico sexual e Incluso ayudó a un profesor de inglés de secundaria conectado a mantener su actividad paralela de cultivo de marihuana.

El club de striptease en las afueras de Buffalo fue descrito por los fiscales como un paraíso para el consumo de drogas y el tráfico sexual. Bongiovanni era amigo de la infancia del propietario, Peter Gerace Jr., quien, según las autoridades, tiene estrechos vínculos tanto con la Buffalo Mafia como con el notoriamente violento Outlaws Motorcycle Club.

Los fiscales dijeron que Gerace tenía a Joseph Bongiovanni en marcación rápida para pedirle consejos cuando necesitaba encubrir la sobredosis de una stripper.

La evidencia incluye un mensaje de voz en el que Gerace le pregunta a Bongiovanni sobre cómo rastrear el teléfono celular de un traficante de drogas. El abogado de Gerace, Mark Foti, dijo que su cliente “niega todos los cargos y espera confrontar las pruebas del gobierno en su juicio”.

Bongiovanni, de 59 años, también ha negado los cargos de soborno, conspiración y obstrucción de la justicia que podrían llevarlo tras las rejas de por vida, cargos que, según su abogado, se basan en mentiras “tan fantasiosas que no sólo ponen a prueba la credibilidad, sino que la destrozan”.

Al igual que otros escándalos de la DEA, el caso Bongiovanni ha puesto en duda los estándares de contratación de la agencia y su capacidad para atacar la corrupción.

 

 

 

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