“El básquetbol mexicano se prostituyó; urge una revolución”

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Armando Roldán Tapia presenta su libro “Cronología y narrativas del básquetbol mexicano”.

Al paso de los años, el básquetbol mexicano terminó prostituyéndose. Por ello es necesaria una revolución que cambie a los actuales directivos y permita una renovación de uno de los deportes más seguidos en el país.

El diagnóstico lo hace Armando Roldán Tapia (Ciudad de México, 1951): ex jugador, entrenador, directivo, periodista, analista y ahora también autor del libro Cronología y narrativas del básquetbol mexicano.

Este libro comenzó a gestarse en el año olímpico de 1968, gracias a la visión de su padre, Alfonso Roldán Picazo, uno de los primeros periodistas especializados en el básquetbol mexicano.

Uno de los pioneros, de hecho, en la generación de estadísticas de cada partido; los antecedentes de lo que hoy se conoce como big data.

A partir de ahí, el texto hace un recorrido por el primer partido de básquetbol que se disputó en México, en la ciudad de Puebla en los años veinte del siglo pasado, y como por esas fechas se instaló una canasta en la Alameda capitalina para que la juventud de la época pudiera practicar.

Sigue con la histórica medalla de bronce obtenida por la selección mexicana en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, el surgimiento de las primeras ligas, el salto al profesionalismo, la irrupción de los equipos femeniles y la llegada de los “12 guerreros” ya en el 2015.

Entrevistado durante la presentación del libro, Roldán Tapia asegura de forma categórica que el básquetbol mexicano “se prostituyó”.

“¿Quieres jugar? Te cuesta. ¿Tienes equipo para jugar? Te cuesta. ¿Arbitraje? Te cuesta. Ahí empezó la prostitución del básquetbol mexicano y yo me siento muy mal por mi deporte. Hubo cambios de directivos y uno piensa que se iban a componer las cosas, pero no”, expone.

De la mano, advierte el experto, se han dejado de organizar torneos de Liga Mayor que era una forma de financiar a las selecciones de la Ciudad de México en encuentros nacionales, los cuales ya tampoco existen. “Ya no les preocupa; antes, de los 12 meses, nos pasábamos ocho jugando en los infantiles”.

“¿Quiénes son ahora las selecciones infantiles y juveniles? —continúa— el entrenador campeón que invita a los que pueden pagar su pasaje, su uniforme, todos los gastos. Porque la Ciudad de México solo les da uniformes cuando van a olimpiadas”-

Mención a parte merece la Asociación Deportiva Mexicana de Básquetbol (Ademeba) quien, en opinión del experto, no ha sabido tener una buena relación ni con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) ni con el Comité Olímpico Mexicano (COM).

“¿Sabes cuánto tiempo lleva Modesto Robledo como presidente de la Ademeba? Desde el 2016. Ha generado muchos problemas con la Federación Internacional de Básquetbol (FIBA) y el señor sigue. ¿Cómo va a haber cambios si el señor se apodera” del puesto.

La FIBA marca que en cada Congreso Internacional, que se realiza en año olímpico, debe haber elecciones. “Modesto pone a una dama, a una persona, pero él sigue con el control”.

“No es posible que una Ademeba no tenga un mercadólogo. No sé si lo tengan pero tal parece que no; no hay marcas, no hay recursos para los jugadores”, detalla.

Incluso, Roldán Tapia acusa incongruencias en el precio de los boletos para ver un partido de Capitanes —equipo de la Ciudad de México que participa en la G League de la NBA— y de la selección nacional que pueden costar el doble.

En síntesis: “Hay muchas deficiencias en nuestro básquetbol mexicano. Ojalá y llegara un cambio. En algún momento sugerí que debería haber una revolución en el básquetbol pero, viendo las cosas cómo estaban, nadie se animó. Urge un cambio radical en nuestro básquetbol”.