Nearshoring: realidad o mito

Alejandra Marcos, mercado Mexicano

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*Por Alejandra Marcos Iza,
Directora de análisis y estrategia de Intercam Grupo Financiero

Paulatinamente, se está modificando el engranaje de México en lo que se refiere a la IED. No se trata solamente de la creación y asentamiento de naves industriales y complejos logísticos, sino de una sólida recuperación post pandemia de los espacios de oficinas. 

Mucho se ha hablado y discutido acerca del nearshoring, este fenómeno que ha venido a revolucionar las expectativas sobre las oportunidades que se pudieran generar en México.

El acontecimiento ha causado un revuelo casi tan importante que en muchas ocasiones ha sido denominado: “Mexican moment 2.0”.

Periodo semejante al inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto con la propuesta de que un importante número de reformas que habrían de cambiar la faz de nuestra economía. 

Hoy, la relocalización de las cadenas de valor hacia el mercado principal, parecen ser el principal detonador de un renovado optimismo hacia México. 

Uno de los factores más evidentes ha sido la fortaleza del peso, que liga casi 14% de apreciación en lo que va del año.

Realidad vs expectativa

Sin embargo, y pese a las grandes posibilidades, la realidad se resume a meras expectativas. 

Datos duros de la Secretaría de Economía señalan que la Inversión Extranjera Directa al cierre del primer trimestre del año ascendió a 18.6 mil millones de dólares, cifra inferior en 4% al mismo periodo del año anterior. 

Si excluyéramos eventos extraordinarios, la IED aumentó 48%, empero el 90% de la misma se refiere a la reinversión de utilidades. 

Solamente el 5% se refiere a inversiones nuevas. 

De acuerdo con cifras del 2022 la IED ascendió a poco más de 35 mil millones de dólares, al tiempo que más de 6 mil millones de dólares se refieren a inversiones extraordinarias.

Es decir, la capitalización de Aeroméxico y la fusión Televisa-Univisión, por lo que la cifra es inferior al promedio de IED que recibimos en la última década.

De acuerdo con un reporte de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo-por sus siglas en inglés) México se situó en el 11° lugar más relevante para recibir flujos de IED en el 2022, cifra que pareciera muy positiva. 

Ello, toda vez que a nivel global la IED se redujo 12% o 1.3 billones de dólares. 

No obstante, habría que tomar las cosas con cautela, ya que Brasil recibió, en el mismo periodo 85 mil millones de dólares o 2.4 veces más que lo que recibió México. 

La IED de Brasil al cierre del año pasado representó 4.4% del PIB, en tanto en México fue el 2.4%, no muy diferente al promedio de los últimos años. 

Se abre la perspectiva

Pese a estos escenarios, sabemos que, paulatinamente, se está modificando el engranaje de México en lo que se refiere a IED. 

Una clara evidencia sobre el nearshoring, son los elevados niveles de ocupación en la frontera norte que rebasan el 90% y se encuentran en máximos. 

No se trata solamente de naves industriales y complejos logísticos, sino también hablamos de una sólida recuperación post pandemia de los espacios de oficinas. 

Es sumamente claro: El nearshoring es el traje hecho a la medida para México. Estamos frente a un cruce de caminos y un cambio de paradigma.

El crecimiento potencial de nuestra economía finalmente podría aspirar a crecer más allá del 2% que hemos crecido en promedio en los últimos 30 años. 

Pero se necesita la suma de varias voluntades, gobierno, sociedad y empresas dispuestas a trabajar por atraer y retener un mayor número de capitales físicos. 

Retos

Para ello se debe de fortalecer el Estado de derecho, la inversión en infraestructura, en energías confiables, en recursos hídricos, entre otras. 

En el 2022 tres de los cinco proyectos más grandes de IED fueron relacionados con los semiconductores, en momentos en que la fragilidad de esta industria quedó de manifiesto con la pandemia. 

A nivel global, México tiene varias ventajas competitivas lo que permite atraer más inversiones de este mercado tan relevante a nivel global. 

La IED debería de representar al menos el 3.5% del PIB si queremos ver un cambio estructural en la forma de crecer de la economía mexicana. 

Queda claro que las expectativas son elevadas, y el camino está puesto. 

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*Alejandra es Licenciada en Administración de Empresas por la Universidad Anáhuac. Complementó su preparación en la Universidad de Harvard, con cursos especializados en mercados financieros. 

Actualmente se desempeña como directora de Análisis y Estrategia de Intercam Grupo Financiero, donde tiene bajo su encomienda el análisis económico y bursátil de la institución. 

La ejecutiva ha participado en diversos foros de opinión a través de medios de comunicación y ha impartido conferencias en diversos foros sobre las perspectivas económicas del mundo y de México. Forma parte del Top 10 Ranked Anaylst de Reuters. 

Ha sido catedrática en la Universidad Anáhuac y es Embajadora de Mujeres en Finanzas, una asociación civil sin fines de lucro, cuya finalidad es cerrar la brecha de género en el medio financiero.

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