Perspectiva calidad crediticia Soberanos A. Latina, incluyendo México, es negativa en 2023: Moodys

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La posición refleja la expectativa sobre las condiciones crediticias “fundamentales” que impulsarán al crédito soberano en los próximos 12 meses

La agencia de riesgos crediticios internacional Moody´s Investors Service señaló el miércoles que la perspectiva de la calidad crediticia soberana para América Latina y el Caribe en 2023 “es negativa”, reflejando las “expectativas sobre las condiciones crediticias fundamentales que impulsarán crédito soberano en los próximos 12 meses”.

La calificadora cita un crecimiento económico lento, un mayor endeudamiento y costo financiero con políticas difíciles de aplicar por parte de los gobiernos de la Región, ante el aumento “persistente” del costo de vida de la población, entre las causas de este panorama, en un informe emitido por un equipo liderado por Jaime Reusche, vicepresidente senior de soberanos, desde sus oficinas centrales de Nueva York.

“Las condiciones externas serán menos favorables y actuarán como un lastre para el crecimiento en toda la región”, advierten, con especial énfasis en México, con una integración completa general con Norteamérica, y con Estados Unidos como su principal socio comercial, país que lucirá un crecimiento económico “marginalmente positivo” que significarán apoyos limitados en las actividades económicas asociadas con las exportaciones.

“…países con una mayor integración comercial como México, Panamá y Costa Rica podrían verse más negativamente afectados por una mayor desaceleración de EE. UU., mientras que los países dependientes de las remesas, como Guatemala, El Salvador, Nicaragua, y Honduras también están expuestos” advierte.

Los índices que miden el desempeño del Producto Interno Bruto de cada país de la Región presentados por Moodys arrojan que México exhibe el menor pronóstico de crecimiento regional para este año, con un puntaje de 99.8, sólo arriba de Ecuador, el último de la fila, de 98.9.

La mayor economía de la Zona, Brasil, ubica una proyección de 103.5, mientras los tres primeros lugares corresponden a República Dominicana, Colombia y Costo Rica, con 114.9, 112.5 y 110.5, en cada caso.

Moodys señaló en su reporte que para los exportadores de materias primas, la desaceleración del crecimiento en la primera economía mundial y un ritmo que sigue por debajo del potencial en China reducirán la demanda externa en general para América Latina, en momentos en que los desequilibrios globales entre la oferta y la demanda agregadas persisten.

A pesar de que la Región “se salva” de los efectos directos de la tensión geopolítica producto de la invasión de Rusia a Ucrania en Europa del Este, los efectos indirectos de los altos precios de la energía y los alimentos afectarán “a los más vulnerables de la Sociedad”.

Esto propiciará que las hojas de balance fiscal de los países de la Zona enfrenten en este año políticas desafiantes “que probablemente favorecerán el gasto social, dejando poco espacio fiscal para la inversión pública, incluidos los gastos en tecnologías más limpias, dejando de lado las preocupaciones ambientales”.

Otras tensiones

Moody’s espera que América Latina y el Caribe crezcan en 2023 a una tasa de 2.7% promedio, frente al 3.8% alcanzado en 2022 y al 7.1% de 2021, con una desaceleración más notable en las economías donde el Turismo sigue recuperándose desde una base baja, que finalmente apoyó la actividad económica en el corto plazo.

Los indicadores de deuda de la mayoría de los soberanos de América Latina se mantendrán prácticamente sin cambios en comparación con 2022, tras la elevada volatilidad de las finanzas públicas entre 2020 y 2022, mientras que Moody’s espera que los déficits fiscales retomen, en gran medida, sus niveles prepandémicos.

“La medida en la que los gobiernos lograron controlar los amplios déficits fiscales en 2021-22 impulsará la diferenciación crediticia y determinará cuánto espacio fiscal tienen los gobiernos para absorber el aumento del gasto social”, apunta.

Además, es probable que las condiciones financieras desfavorables, reflejadas en los elevados costos financieros, afecten la capacidad de pago de la deuda, especialmente para los soberanos de América Latina con calificaciones más bajas.

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