Desde 2018 se advirtió que Línea 3 del METRO necesitaba inversiones por 1,398 mdp para ser segura.

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Claudia Villegas

 

Desde 2018, el gobierno de Miguel Mancera y la breve gestión de José Ramón Amieva, alertaron que la Línea 3 del Sistema de Transporte Colectivo METRO, una de las tres con mayor afluencia de pasajeros, no era segura y que se necesitaban inversiones para su mantenimiento por más de 1,389 millones de pesos.

Aún más, revelaron que los niveles del andén en la estación Potrero ya mostraban fracturas transversales y daños en cimentación. De la misma forma, la falta de balasto afectaba de forma directa a las vías y, por lo tanto, a la reducción de la velocidad a la que a la que transitaban los trenes.

De acuerdo con el documento “Plan Maestro del Metro 2018-2030”, presentado por José Ramón Amivea, las estaciones e intertramos de la Línea 3, en su tramo norte y construida con solución superficial, presentaban ya para entonces diversos tipos de daños y/o deformaciones que afectaban a los elementos estructurales y sus instalaciones.

“Estos efectos son de magnitudes variables y en ciertos casos los niveles de servicio no son deseables”, reconoció el documento.

Aún más, en 2018 se advirtió que la presencia de fallas en el suelo del entorno y a lo largo de la Línea 3. Para ese momento, se advirtió, ya se habían afectado las trayectorias de cables de energía, pérdida de balasto y fractura de las estaciones.

Al describir la problemática de la Línea 3, el “Plan Maestro del Metro 2018-2030”, también develó que los movimientos diferenciales del suelo sobre el que se extiende la Línea 3 se han reflejado longitudinalmente en el comportamiento del nivel del andén en las Estaciones Potrero de la cimentación Deportivo 18 de Marzo e Indios Verdes así como fracturas transversales en las estaciones.

En intertramos, se informó en 2018, ya se habían presentado facturas al cajón de la línea, efecto que generaba pérdida de balasto y esta situación afectaba de forma directa a las vías y consecuentemente a la reducción en la velocidad de operación.

En la Línea 3, el Plan Maestro identificó fallas en suelo, que han afectado directamente a las trayectorias de cables de suministro de energía a la Línea 3; además de ubicarse varias de las fallas del terreno coincidentes al cajón y estaciones del metro.

Con la inversión propuesta por más de 1,389 millones de pesos, se esperaba atenuar los efectos ocasionados por los hundimientos diferenciales que inciden en las instalaciones del Metro.

También se hubiera garantizado la estabilidad de las estructuras del Metro. Lo más importante, se ofrecería una Línea de Metro, una de las tres de mayor demanda, con una operación segura y de fiabilidad alta en

En diciembre pasado, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, reconoció que la Línea 3 del Metro necesitaba uno de los mayores montos de inversión en mantenimiento pero que a su administración ya no le daría tiempo de realizarla.

Desde 2018 se advirtió que Línea 3 necesitaba inversiones por 1,398 mdp para ser segura.
Fuente: Plan Maestro del Metro 2018- 2030-

El pequeño mantenimiento

En julio de 2019, en trabajos que se desarrollaron durante dos días – el 20 y el 21 de julio, el Sistema de Transporte Colectivo Metro informó que se sustituyeron 360 metros cúbicos de balasto y se renivelaron mil 200 metros de vía. También se realizaron trabajos de mejoras en barandales, sustitución de luminarias y mármol en escaleras fijas, pintura y limpieza en las estaciones intervenidas.

Desde 2018 se advirtió que Línea 3 necesitaba inversiones por 1,398 mdp para ser segura.
Con ello, los trenes recuperarán la velocidad de 65 kilómetros por hora en el tramo intervenido. Durante dos fines de semana, cuadrillas de más de 150 trabajadores del STC Metro realizaron labores intensivas para corregir las deformaciones en las vías, provocadas por el asentamiento que ha sufrido la parte norte de la Avenida Insurgentes.

La deformación del cajón y del sistema de vías favorecía la acumulación de agua de lluvia, provocando el deterioro del balasto, lo que producía “puntos duros” de la vía que ocasionaban movimientos anormales de los trenes que afectaban la comodidad de los pasajeros y eran riesgo de daño para componentes y equipos del material rodante.

En la primera etapa se sustituyeron 184 metros cúbicos de balasto y se renivelaron 420 metros de la vía 1, en tanto que en la segunda se renovaron 176 metros cúbicos de balasto y se renivelaron 800 metros de la vía 2.

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