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De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), en su discurso con motivo del Tercer Informe de Gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó datos “inexactos, no comprobables y hasta falsos”.
Al hacer un balance llegado el tercer año de gobierno de López Obrador, el CEESP reconoció que uno de los aspectos más favorables ha sido la estabilidad macroeconómica. “La inflación se ha mantenido bajo control —a pesar de sus repuntes recientes—, el tipo de cambio ha mostrado gran estabilidad y el gobierno ha conservado acceso a los mercados de capitales en relativamente buenas condiciones”.
“De hecho —agregó— el logro más relevante es no haber elevado excesivamente el endeudamiento público como proporción del Producto Interno Bruto, aunque hay que aclarar que sí ha habido nueva deuda pública”.
Sin embargo, la estructura del gasto del gobierno no cambió a pesar de la pandemia. “No se llevaron a cabo programas especiales para defender a la población, empresas y empleos de la calamidad, el gasto en salud se elevó de manera magra y su gestión ha sido muy deficiente. Ello ha provocado el sufrimiento en los hogares (vidas perdidas) y el cierre de negocios (muertes de empresas) a niveles innecesarios, con la consecuente pérdida de empleos e inversión”.
En su discurso, el presidente aseveró que la inversión extranjera directa (IED) registró récord histórico en el primer semestre de 2021. “Ello es inexacto en el mejor de los casos, ya que esos datos son preliminares aún y normalmente se ajustan al paso del tiempo. Si la cifra se compara con la corregida del mismo lapso del 2020, como se hace en la información de la balanza de pagos, la IED refleja una caída de 23.2 por ciento”.
El presidente afirmó que las remesas y los programas de bienestar, “es la esencia de nuestra estrategia para enfrentar la crisis; en otras palabras, con esta inyección rápida y directa de recursos a las familias, se ha fortalecido la capacidad de compra o de consumo de la gente y con ello se ha podido reactivar pronto la economía”.
No obstante, “se puede inferir que la efectividad de la política social ha sido deficiente y ha representado más un golpe que un beneficio a la mayoría de los hogares de menores ingresos”. De hecho, el CEESP recordó que entre 2018 y 2020 la población en pobreza y pobreza extrema creció en casi 6 millones.
El presidente dijo que el 70% de los hogares reciben algún apoyo de los programas sociales. No obstante, la Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares “indica que el porcentaje de hogares que recibe el beneficio de programas del gobierno fue solo el 29.7% en 2020”.
Y todo lo anterior, aunado a supuestos “records históricos” en el nivel de remesas, las reservas internacionales del Banco de México o el índice de la Bolsa Mexicana de Valores que no son logros del actual gobierno ni son producto de políticas públicas.
“Después de once informes, tres de ellos obligatorios constitucionalmente, el mensaje del presidente sobre la situación del país no coincide, en buena parte, con los registros oficiales”, advierte el CEESP.
“Esto —agregó— genera confusión entre la ciudadanía, descalifica la estadística profesional y neutra y puede abonar a la incertidumbre de los inversionistas. Ello no es deseable desde ningún punto de vista a excepción quizá de los intereses políticos de la administración”.
Por Raúl Castro-Lebrija
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