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El empleo es hoy uno de los puntos de preocupación constante en las personas de cualquier edad, desde las que empiezan la vida laboral hasta los experimentados veteranos, y esto se debe a que hay una alta rotación en los puestos de trabajo, particularmente desde la sacudida económica que nos dio la pandemia. Así, enfrentar nuevos retos y ambientes de trabajo se ha puesto a la orden del día para muchos.
A raíz de lo antes expuesto, una nueva vertiente en el manejo de los recursos humanos se ha tornado preponderante, y es la referida al acompañamiento que se realiza a un nuevo trabajador que llega para incorporarse a un equipo previamente establecido.
La inducción es una de las claves para que una contratación sea exitosa, pero debe lograrse una mayor profundidad en la incorporación de una nueva persona a la empresa.
Normalmente, hace años, se hubiese desarrollado una pequeña inducción a las actividades a desarrollar e incluso esa tarea se hubiese abandonado un poco a la suerte, soltándola al propio equipo de trabajo y a quienes los encabezan. Por fortuna, las oficinas de recursos humanos han abandonado esas prácticas y ahora hay una sistematización tan detallada de estos procesos que incluso es muy recomendable apoyarlos vía los programas informáticos de recursos humanos.
Los especialistas de talla internacional Buk comenta al respecto que una oficina de recursos humanos que desea ser de excelencia debe tener claro que la inducción debe ser muy buena, pero que sólo es una parte de lo que se denomina Onboarding (en verdad un proceso de acompañamiento para el abordaje del nuevo elemento a su lugar de trabajo, tareas y retos nuevos).
Así, si la inducción puede pensarse como breve y parte de ella recae en el jefe inmediato y los compañeros del nuevo empleado, Onboarding es un proceso completo que incluye la perfecta documentación del ingresado, la designación de espacios y equipo de trabajo adecuado (¿cómo pensar en un buen abordaje al trabajo si nadie le da al nuevo su clave de acceso a la red informática?) y resulta finalmente un procedimiento mucho más completo que requiere la plena participación de Recursos Humanos.
De allí que los softwares de nueva generación para las oficinas que administran al personal no se limiten a temas de nómina o vacaciones, sino que integran expedientes completos de las personas y eso, pro supuesto, incluye si el personal paso por un conjunto de actividades que se enfocan a que sepa objetivos, metas y políticas de la empresa.
Esto resulta vital, algo bien sabido por los directivos de recursos humanos, pues en muchas ocasiones la selección atinada de personal daría paso a una etapa de incertidumbre para saber si el recién contratado se adaptará y terminará rindiendo al 100 por ciento de sus capacidades.
En lugar de estar expectante, la oficina de Recursos Humanos interviene activamente para lograrlo.
Hay un efecto cascada positivo en esto, pues significa que la organización del trabajo apuesta a tener plenamente identificadas funciones, responsabilidades y otros aspectos de cada puesto individual y de las diversas oficinas que coexisten. Sólo así un Onboarding es realizable y se logra el vaciado de información que el nuevo empleado requiere.
Como puede apreciarse, un nuevo colaborador, a la par de aprender nuevas habilidades y conocimientos para desempeñar sus funciones, logra integrarse con mayor fluidez y –algo que es vital- se siente bien recibido y valorado desde que pone un pie en su nuevo trabajo.
Como puede verse, tanto la inducción bien entendida, como el largo y entrañable proceso de fondo de recibir a una persona que será nuestro compañero de trabajo, es un proceso que requiere un acompañamiento detallado, por lo que nuestros sistemas y softwares de gestión de personal deben incluirlos invariablemente.