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El dictamen que desecho el Congreso sobre la iniciativa del Poder Ejecutivo para reformar cuatro artículos de la Constitución y dar paso a una nueva conformación del Sector de la Energía mexicano es un elemento favorable, pero no cambiará la inercia de un repliegue de la inversión extranjera en cuando menos dos años más, afirmaron especialistas.
Expertos reconocen que si bien la propuesta de reforma del presidente Andrés Manuel López Obrador, que planeaba centralizar en el Estado todas las fases de la dinámica económica del Sector Energético, encontró resistencia en el Legislativo al no alcanzar una mayoría calificada, las inversiones seguirán estancadas hasta el cambio de sexenio.
Lo anterior responde, principalmente, al ruido que causó la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que apenas una semana antes desestimó una acción de inconstitucionalidad que buscaba dar prioridad a despachos de electricidad económicos y de fuentes renovables sobre el de las plantas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que funcionan con combustibles fósiles, lo que no prosperó.
Lo anterior “da pie a que haya litigios y demás” y que aún puede haber cambios en las leyes secundarias, refirió Gabriela Siller, directora de análisis económico de banco Base.
“Por otra parte, se esperan cambios en ley Minera para lo cual no se necesita de una mayoría calificada…hay que recordar que el litio al ser un recurso natural ya es propiedad de la nación, no necesita nacionalizarse, pero lo que se espera que cambie es que se quiten las concesiones ya otorgadas, y que ya no se den nuevas”, anticipó Siller a Fortuna.
En una entrevista por separado, Sergio Fernández, analista senior de Banco Intercam, destacó que el resultado más palpable de que el Congreso haya desautorizado la iniciativa presidencial es que los planes de nacionalizar al Sector Energético encontrarán hacia adelante diques, lo que detendrá una visión estatista en la actividad, al eliminar el riesgo de potenciales cambios constitucionales en las leyes correspondientes.
“Al menos, lo que va a permitir es que empresas productoras de electricidad a través de fuentes renovables, sobre todo, puedan seguir operando”, destacó.
Sin embargo, el experto advirtió que con las condiciones de corto plazo en México, la reforma de 2013 difícilmente podrá seguir incentivando nuevas inversiones hacia el Sector de la Energía.
“Hay que empezar a pensar en que se reconvierta esta Industria…una industria que ha quedado rezagada y que sus costos de producción son altos”, recordó, sobre el objetivo de los cambios constitucionales que se dieron hace más de un lustro.
“Creemos que lo más conducente, que los más prudente sería que se siguiera proponiendo a favor de esa liberalización del Sector, en aras de que sean los privados quienes realicen las inversiones fuertes, y que el Gobierno pueda seguir disfrutando de (los) ingresos de este Sector a través de pagos de regalías, o a través de pagos de derechos, o el mismo pago de Impuestos de estas empresas que producen (la energía)” expuso.
Bajo los mismos términos de la reforma de 2013, la CFE, por ejemplo, sigue teniendo el monopolio de la transmisión y distribución de la energía eléctrica. Y ahora también el despacho preferente.