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Mientras la mayor red bancaria de México cuenta con 1,800 sucursales, el banco gubernamental se propone levantar casi 2,800. Sin embargo, el 55% de ellas muestran rezagos, asegura el organismo.
A pesar de ser un proyecto emblemático del actual gobierno para atender a la población vulnerable y dispersar los programas de bienestar, la construcciones de la red de sucursales del Banco del Bienestar muestra opacidad, retrasos y falta de planeación, denunció el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
El organismo reconoció que el banco “es un proyecto prioritario del Gobierno federal (2018-2024) que busca promover el acceso de la población vulnerable a servicios financieros, facilitar la dispersión de apoyos económicos del gobierno y asegurar el acceso de la población mexicana a las remesas”.
Sin embargo, en la práctica, la institución cuenta con un plan de expansión ambicioso. Según la última meta anunciada, se construirán 2,744 sucursales a lo largo del país. “Esta cifra llama la atención al considerar que la red bancaria más grande en México actualmente cuenta con 1,800 sucursales”..
Además, existe un rezago en la construcción del 55% de dicha red. “De acuerdo con la meta planteada, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) debía construir 2,700 sucursales para finales de 2021. Sin embargo, a febrero de 2022 han sido construidas 1,212 sucursales, 663 están en construcción y 834 están pendientes de construir”.
Peor aún, no hay claridad ni continuidad en la meta de expansión. “La meta de sucursales a construir, entre documentos oficiales y declaraciones, ha variado de 7,000 sucursales en 2021, a 2,700 para el mismo año y 2,744 para 2023. Esto, sumado al rezago actual, evidencia la falta de una planeación rigurosa que considere el tiempo de construcción por cada sucursal”.
Además hay opacidad por parte de la Secretaría de la Defensa. “No es posible conocer cómo ha gastado la Sedena para la construcción de las sucursales ni hay información disponible sobre el uso de recursos materiales y humanos para la construcción del Banco del Bienestar”.
Finalmente, el IMCO denunció que las compras hechas por la Sedena muestran una planeación deficiente. “La institución ha adjudicado directamente contratos para suplir una demanda de bienes de forma inmediata o en períodos de tiempo muy cortos, y ha cancelado contratos de suma importancia para el proyecto: transacciones bancarias y cajeros automáticos”.
Aunque existe la obligatoriedad de publicación de la información de compras públicas, tanto en la Plataforma Nacional de Transparencia como en Compranet, el nivel de publicación de los documentos es bajo. “En 2021, 49% de los contratos de la Sedena y 26% del Banco del Bienestar incumplieron con la Ley de Transparencia”.
La Sedena adquirió bienes para todas las sucursales sin que estuvieran construidas en su totalidad. “Esto indica falta de coordinación en su labor: el ritmo de construcción, que ha sido más lento de lo planeado, no ha sido coherente con las dinámicas de compras públicas de equipamiento para las sucursales”.
En síntesis, denuncia el IMCO, “el proyecto del Banco del Bienestar carece de una planeación adecuada, lo que refleja irregularidades en la información, construcción a marchas forzadas, cancelación de contratos, riesgos de corrupción en la compra de bienes y servicios, mayores costos y desafíos operativos”.
Por Raúl Castro-Lebrija