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“Evitar o mitigar el incremento de las gasolinas puede ser acertado para la popularidad del régimen, pero es poco eficiente desde el punto de vista económico y va en contra de los objetivos de control del cambio climático”, reconoce el organismo.
La política gubernamental de subsidiar el precio de las gasolinas y no cobrar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) podría costarle a las finanzas públicas 175,000 millones de pesos en todo 2022, de acuerdo con estimaciones del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su análisis económico semanal, el organismo reconoció que a lo largo de 2021 los ingresos totales del sector público se incrementaron sustantivamente, tendencia que continuó el pasado mes de enero.
“Ello se debió principalmente al elevado precio del petróleo, que en el 2021 promedió 65.3 dólares por barril, 23.2 dólares por arriba del precio aprobado. En enero pasado el precio del petróleo era ya 21 dólares superior al previsto para el 2022. Al cierre de la semana pasada el precio del crudo ya superaba los 100 dólares por barril, su mayor nivel desde 2008”, detalló.
“Hoy —continuó— es factible que el precio internacional de la mezcla de petróleo mexicana de exportación llegue a promediar unos 90 dólares por barril en este año. Con base en el análisis de sensibilidad del presupuesto 2022 esto podría traer ingresos adicionales de aproximadamente 475,000 millones de pesos”.
Por ello, “suponiendo que el consumo de gasolinas se mantendrá fijo durante todo el año y el estímulo fiscal, o la disminución del IEPS de gasolina, para todo el año fuese el publicado en el diario oficial para la semana del 12 al 18 de marzo, el costo para el erario durante todo 2022 podría alcanzar a 175,000 millones de pesos”.
De hecho, advierte el organismo, según el SAT, durante el 2021 la estimación del costo del estímulo IEPS combustibles automotrices ascendió a 104,000 millones de pesos.
Según el CEESP existen otros factores que presionarán las finanzas públicas de manera negativa en 2022 respecto a lo presupuestado, “como la menor recaudación tributaria por menor crecimiento, mayor costo financiero de la deuda pública y plataforma de producción de petróleo por debajo -el tipo de cambio podría situarse por arriba de lo previsto, lo que tendría un efecto positivo sobre los ingresos”.
Al sumar estos efectos al del mayor precio del crudo y la reducción del IEPS, “el efecto total podría ser positivo para las finanzas públicas en el año por alrededor de 170 mmp. No obstante, a ello habría que añadir el costo del programa anunciado para subsidiar las ventas de gasolina de Pemex y de otros importadores a fin de evitar o limitar el precio al que venden a las estaciones expendedoras al menudeo”.
Finalmente, el CEESP reconoció que “evitar o mitigar el incremento de precio de las gasolinas puede ser acertado para la popularidad del régimen, pero ciertamente es poco eficiente desde el punto de vista económico y va en contra de los objetivos de control del cambio climático”.
Por Raúl Castro-Lebrija