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Todos los días, miles de infantes sufren de abuso sexual, violencia intrafamiliar, abandono y lesiones… ¿Alguna buena noticia para ese universo de personas?
Por Luis Hernández Martínez*
Proteger a nuestra niñez mexicana no solo es una obligación constitucional, también es una orden convencional. De ahí parte la relevancia de que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) atrajera un asunto cuya resolución podría determinar si prescribe el delito de abuso sexual cuando se comete en contra de menores de edad.
Con la atracción, “la Sala busca determinar si el delito de abuso sexual prescribe cuando se comete en contra de menores de edad, atendiendo al interés superior de la niñez, a los artículos 1 y 4 de la Constitución Política del país, y 3, 4 y 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño, pues las reglas en este caso podrían ser distintas a las que aplican en términos generales en materia de prescripción de los delitos y, al respecto, la Suprema Corte no cuenta con un pronunciamiento específico”.
La Primera Sala atrajo el caso porque “consideró necesario determinar si el artículo 106, último párrafo, de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, al señalar que ‘no podrá declararse la caducidad ni la prescripción en perjuicio de niñas, niños y adolescentes’, implica que no opera la prescripción y con ello la extinción de la acción punitiva del delito de abuso sexual cuando es cometido en contra de menores de edad, a pesar de que el artículo 123 del Código Penal del Estado de Guanajuato, vigente en la época de los hechos, establece un plazo para que se dé esta figura”.
Es un tema de gran interés, sin duda, incluso de los llamados paradigmáticos. Sobre todo, en un país como México donde miles de niños sufren diariamente maltrato intrafamiliar, lesiones, abuso sexual, abandono y orfandad. De ahí la relevancia del trabajo que realiza la asociación Ministerios de Amor, dedicada al rescate y transformación de niños de la calle, niñez en riesgo e hijos de presos.
El objetivo de la organización es que los pequeños salgan de la Institución cuando puedan valerse por ellos mismos. Igual de importante es el propósito social de las sinergias que lleva a cabo con algunas empresas. Tal es el caso de la relación que mantiene con Grupo Tecnocasa.
Una firma del sector inmobiliario que, en el umbral de las fiestas de fin e inicio de año, llevó a cabo una recolecta de juguetes para la niñez que vive en el refugio ubicado en la Ciudad de México. Luego de la repartición de pelotas, muñecas y osos de peluche, entre otros artículos, la empresa agradeció a “todos y cada uno de los que fueron parte de la recolecta de juguetes para niñas y niños que viven en el refugio Ministerios de Amor”. A decir de la compañía, “la campaña fue un éxito al lograr tantas sonrisas y alegrando corazones”.
Con el futuro generacional de México en juego, cumplir con los derechos de la niñez, hacer válido su derecho de vivir, ayudarle en su desarrollo mediante la educación, salud y nutrición deben ser labor y tarea no solo del gobierno, también de las empresas y organizaciones de la sociedad civil. De todos nosotros.
*El autor es abogado, administrador, periodista y educador. Es perfeccionador y experto en compliance en Alta Dirección de Empresas y docente a nivel posgrado en materias de innovación, negocios y derecho.
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