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El sector turístico ha sido uno de los más afectados por la pandemia de Covid-19. De acuerdo a cifras de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), a lo largo de 2020 hubo una pérdida neta superior a los 118 mil 500 millones de dólares en la industria aeroportuaria. Una tendencia que, aunque con mejor pronóstico, se alargó a 2021 con un déficit de 38 mil 700 millones de dólares. Aunado a esta significativa pérdida, cifras de la IATA revelan que esta industria pierde hasta mil millones de dólares año por concepto de fraude con tarjetas.
En este contexto, algunos riesgos como fraude electrónico y robo de identidad también han crecido. En la medida que la reactivación económica a nivel mundial ha permitido un tránsito aéreo más constante, las aerolíneas deben enfocar sus esfuerzos en reforzar sus estrategias de seguridad.
“Las aerolíneas están expuestas todo el tiempo a diversas amenazas, como ataques, fraudes, contracargos y robo de identidad. Puede sonar reiterativo, pero hay que repetirlo y subrayarlo: cada transacción que concretan es susceptible a alguna violación de seguridad. Se trata de una industria que está casi digitalizada en su totalidad y que mueve grandes cantidades de dinero. Debido al crecimiento de las amenazas, el aumento en el flujo de clientes y las ventas pronosticadas, estas empresas necesitan blindarse y robustecer su ciberseguridad”, explica José Andrés Chávez, CEO de la plataforma de prevención de fraudes y optimización de pagos electrónicos, Bayonet,
Protección contra amenazas
Al respecto, el experto comentó que una estrategia fuerte de optimización de pagos es una de las herramientas claves para la protección contra amenazas a una aerolínea. De esta manera, las empresas pueden mejorar su tasa de aprobación, detectar los posibles fraudes e, incluso, incrementar sus ganancias.
“Los fraudes y ataques son cada vez más sofisticados y los procedimientos tradicionales de protección no son demasiado certeros para cuidar una transacción. Es necesario apoyarse en tecnologías de inteligencia artificial y machine learning para articular algoritmos poderosos que reconozcan patrones para neutralizar amenazas oportunamente. Sin embargo, esto no puede hacerse a costa de los clientes; es decir, no se debe hacer mediante procesos tediosos y complicados, sino ágiles”, apuntó Andrés Chávez.
La optimización de pagos se puede lograr mediante procesos de autenticación multifactor (biométricos, métodos de doble autenticación, contraseñas de un solo uso, verificación mediante redes sociales, pago a través de sitios encriptados de instituciones, entre otros), que al mismo tiempo privilegian la velocidad y la seguridad de la transacción.
Con el cliente en mente
La prioridad para las aerolíneas este 2022 debe ser el fortalecimiento de su ciberseguridad en transacciones, para cuidar las ventas a la vez que se pone al centro la experiencia del usuario. Un buen proceso de pagos permite que la tasa de aceptación aumente, lo que se traduce en una experiencia sin fricciones para el cliente. Asimismo, propicia mayor claridad en el flujo de pagos, un aumento de ventas, detectar amenazas de fraude y resguardar la información con mayor seguridad.
“La implementación de una estrategia de ciberseguridad tiene beneficios tanto para las empresas que las ejecutan como para los usuarios. En primera instancia, por medio de estos sistemas se pueden detectar y evitar amenazas que pongan en riesgo las operaciones de la empresa. Por otro lado, los clientes pueden tener una experiencia satisfactoria y sin fricciones, caracterizada por la confianza y la seguridad”, comenta José Chávez.
La ciberseguridad en transacciones representa un reto para las aerolíneas y empresas de otros sectores. Se estima que para 2025, las pérdidas por ciberdelincuencia en el mundo alcanzarán un costo anual de 10.5 billones de dólares, según un reporte realizado por Cybersecurity Ventures.
Las empresas deben continuar con su proceso de transformación digital y apalancarse de la tecnología para protegerse ante las nuevas amenazas en el ecosistema digital y continuar su recuperación después de dos años complejos, recomendó el especialista de Bayonet.