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Más aún, alerta el organismo, “recientemente hay señales de un nuevo episodio de debilidad, principalmente por la limitada inversión privada y pública”.
Ésta última “se concentra en pocos proyectos con efectos de demanda local, pero de rentabilidad social dudosa, mientras que obras de infraestructura que en algún momento podrían ser complementarias de la inversión privada se rezagan”.
En su análisis económico semanal, el CEESP reconoció que existe un rebote luego del confinamiento y del cierre de actividades “pero no se puede concluir que esta sea suficiente para, también, subsanar la fragilidad previa de la economía y menos aún entrar en una senda de crecimiento igual o más sólido que el de antes de 2019”.
Explicó que algunos estados se han beneficiado de obras como el Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el Aeropuerto de Santa Lucía. “Sin embargo, al primer trimestre de 2021 la mayoría de las entidades federativas, aún no recuperaban lo perdido durante la pandemia”.
De acuerdo con el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) en términos anuales solo ocho entidades mostraron crecimiento en el primer trimestre del presente año. La mayoría se relaciona con la zona de mayor actividad industrial y comercial ligada al comercio con Estados Unidos y dos alojan a proyectos de inversión prioritarios de la administración -Tabasco y Oaxaca-.
En tanto, al primer trimestre del año solo ocho entidades han recuperado su nivel pre-pandemia, aunque se perciben señales de un nuevo debilitamiento
Aunque la actividad económica de las entidades federativas muestra señales de una paulatina recuperación en la primera parte del año, “en pocos casos han recuperado los niveles prepandemia”. De hecho, el ITAEE demuestra que “sólo 8 estados han recuperado el nivel del primer trimestre de 2020”.
En suma, la evolución de la actividad económica a nivel de las entidades federativas confirma lo que se observa a nivel federal. “La recuperación después del rebote de la economía posterior a los confinamientos y cierres muestra signos de debilidad”.
“Un crecimiento más equilibrado en las entidades federativas sin duda ofrecería más oportunidades de desarrollo duradero a las rezagadas y menos integradas a la economía moderna”, concluyó.
Por Raúl Castro-Lebrija