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El Paquete Económico 2022 —presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a la Cámara de Diputados la semana pasada— cuenta con aspectos positivos como son la simplificación fiscal, un mayor gasto en salud y una mayor inversión física pública.
Sin embargo, en lo general “el Presupuesto continúa privilegiando las políticas que el gobierno se fijó desde un principio, que en algunos casos han probado ya su ineficiencia y en otros no tienen prueba de su rentabilidad social”.
Peor todavía, el Presupuesto para el año próximo “no atiende de manera suficiente las necesidades más apremiantes agudizadas por la reducción del Producto Interno Bruto —desde 2019— y por la pandemia de Covid-19”.
En su análisis económico semanal, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) recordó que uno de los tres pilares del Paquete Económico 2022 es apoyar los proyectos nacionales de inversión que detonan desarrollo social y que tienen impactos positivos directos e indirectos en el bienestar y el empleo.
“Esto confirma claramente —continuó— la intención de continuar impulsando los programas y proyectos que el gobierno ha establecido como prioritarios para su estrategia desde el inicio del sexenio, independientemente de las necesidades supervinientes que trajo la pandemia”.
“El gasto social es de carácter mayoritariamente asistencial, carece de incentivos y mecanismos para erradicar la pobreza y, además, ha fallado en beneficiar más a la población más pobre en el corto plazo”, alertó.
En opinión del CEESP, “a su interior, la estructura general de las finanzas públicas sigue mostrando signos de debilidad y una deficiente asignación del gasto”.
Hasta ahora se ha puesto en evidencia la fragilidad de las fuentes de ingresos recurrentes, “que en la primera mitad del gobierno ha sido compensada con fuentes no recurrentes como la liquidación de múltiples fideicomisos, incluidos los de desastres naturales y previsiones para gastos catastróficos de salud”.
Por ello, “es probable que a la larga la necesidad de mayores recursos sea manifiesta y, en algún momento, ello podría demandar más impuestos, medidas más estrictas para elevar la recaudación fiscal o menor gasto público”.
Por Raúl Castro-Lebrija