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Cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) revelan que las emisiones de gases de efecto invernadero producidos por los sectores agrícola y forestal significan actualmente más del 30% de las emisiones anuales -la deforestación de los bosques el 17.4% y la agricultura el 13.5%-. Sin embargo, el organismo asegura, la agricultura puede contribuir a reducirlas a través de la adopción de dietas sostenibles
Estas, definidas por la misma organización como: aquellas con bajo impacto ambiental, que contribuyen a la seguridad alimentaria, son protectoras y respetuosas con la biodiversidad y los ecosistemas, culturalmente aceptables, asi como económicamente justas y asequibles; nutricionalmente adecuadas, seguras y sanas para las generaciones presentes y futuras.
Comer menos carnes rojas, así como productos ultraprocesados, no solo mejorará la salud de las personas, sino también la del planeta, por lo que las dietas sostenibles serán la alternativa si se desea amortiguar el daño ambiental que provoca la producción alimentaria y, al mismo tiempo, disminuir entre un 20 y un 40% las probabilidades de desarrollar enfermedades como la obesidad, la diabetes o cardiopatías, de acuerdo con estudios realizados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO).
Ante este panorama, el Boston Consulting Group (BCG) asegura que, hoy en día, varias de las principales empresas productoras de carne se encuentran redefiniendose; fabricando y comercializando sus propias alternativas de proteína.
En consecuencia, se estima que los ingresos de estas proteínas alternativas alcanzarán los 290 mil millones de dólares en 2035 y que este mercado aumentará más de siete veces su tamaño actual en la próxima década y media, pasando de los 13 millones de toneladas métricas anuales actuales a 97 millones de toneladas métricas en 2035, cuando representará el 11% del mercado global de proteínas, según proyecciones de especialistas integrantes del Foro Económico Mundial.
De hecho, 9 de cada 10 de los platos más populares del mundo pronto podrán ser realizados con proteínas alternativas a un precio razonable, especialmente los que utilizan carne menos estructurada, como la carne picada de un espagueti a la boloñesa; carne picada de origen vegetal que ya se puede comprar hoy en la mayor parte del mundo.
Para el consumidor individual, esto significa que se pueden ahorrar tantas emisiones de carbono como las que emite un coche nuevo en un trayecto de 10 km, simplemente con una ración de este platillo.
El concepto en sí mismo reconoce la relación entre de la producción y el consumo de alimentos con las necesidades alimentarias y las recomendaciones de nutrientes y, al mismo tiempo, reafirma que la salud de los seres humanos está estrechamente relacionada con la salud de los ecosistemas.
Yareth Arciniega Villa