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Raúl Pierri/IPS
En un inusual consenso, el gobierno, el sector privado y la sociedad civil de Estados Unidos celebran la adhesión inicial de este país a una importante iniciativa mundial por la transparencia y la responsabilidad de las industrias extractivas.
La Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI, por sus siglas en inglés) aceptó la semana pasada la postulación de Estados Unidos para sumarse como “país candidato” a la agrupación.
De este modo, Estados Unidos se convirtió en el primer miembro del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos en integrarse formalmente a la EITI.
La iniciativa ahora está conformada por 26 Estados que adhieren plenamente a sus estándares, mientras que otros 18 tienen estatus de candidatos.
La EITI, que desde hace una década tiene su sede en Oslo, promueve una serie de estándares mundiales para los sectores petrolero, gasífero y minero que buscan reducir la corrupción y promover la buena gobernanza.
Sus proponentes sostienen que la participación de Estados Unidos pone de relieve una tendencia mundial cada vez más firme hacia la transparencia, particularmente en las industrias extractivas.
“Esto es apenas otra parte de la tendencia a la transparencia, un reconocimiento de que esta información es importante no sólo para los inversores, sino también para los países en los que opera la industria y para las comunidades que comparten su ambiente con minas y perforaciones”, señaló Paul Bugala, miembro del panel que redactó la postulación de Estados Unidos a la EITI y analista de Calvert Investments, una firma socialmente responsable.
“Llegó a su fin la época en que era fácil acceder a los recursos. Ahora los operadores tienen que adentrarse más en la tierra y corren más riesgos. Si los inversores no tienen información sobre los pagos que se realizan en el proyecto, se está andando a ciegas”, dijo a IPS.
El EITI ofrece igual voz a delegados de gobiernos, de la industria y de la sociedad civil, y la postulación de Estados Unidos fue impulsada y aprobada por una amplia representación de cada uno de estos sectores.
“La industria del petróleo y el gas trabaja con organizaciones de la sociedad civil y gobiernos desde hace una década a través de la EITI, para promover la transparencia de pagos en varios países”, dijo la semana pasada a una revista de comercio Stephen Comstock, del American Petroleum Institute (API), un grupo de presión industrial.
“La expansión de este esfuerzo a Estados Unidos le dará a los ciudadanos de ese país una nueva perspectiva sobre las significativas ganancias y el impacto económico de la exploración y la producción”, señaló.
Información de los proyectos
Básicamente, los estándares de la EITI establecen que gobiernos y empresas deben informar periódicamente las regalías y ganancias derivadas de la extracción de recursos naturales. La idea es que estos reportes paralelos permitan una fácil comprensión del dinero que se les puede estar debiendo a las comunidades locales, y dónde puede originarse cualquier discrepancia.
En su postulación, Estados Unidos propone ir más allá e incluir también fuentes renovables de energía y minerales adicionales. En 2013, el gobierno de Washington recaudó unos 14 mil millones de dólares de empresas involucradas en la extracción de recursos naturales, la segunda mayor fuente de ingresos del país.
Sin embargo, los críticos sostienen que los mecanismos de responsabilidad interna son muy opacos.
“La clase de información que está disponible para el público es acumulativa, rastreable sólo por año, estado y por algunas materias primas”, dijo Mia Steinle, coordinadora de la sociedad civil de la EITI para Estados Unidos e investigadora en el Project on Government Oversight (POGO), una organización de vigilancia, en diálogo con IPS.
“Las comunidades carboneras, por ejemplo, no pueden saber si efectivamente están recibiendo el dinero que les debe pagar el gobierno federal. Sin embargo, si la comunidad tuviera información a nivel de proyecto cuando una industria quiere trabajar con ella, sus miembros podrían tomar una decisión considerando si el proyecto anterior valió la pena o no”, explicó.
Empoderar al público con esos datos es, por supuesto, de particular importancia en los países en desarrollo, donde los contratos extractivos a menudo se firman entre empresas poderosas y gobiernos que muchas veces ignoran los intereses locales.
La EITI podría verse fortalecida con legislaciones aún pendientes de aprobación en Estados Unidos y en la Unión Europea.
Frente a la presión del bloque europeo, la británica Tullow Oil se convirtió el martes 24 en la primera empresa perforadora en presentar informes de pagos a nivel de proyecto en cada país en el que opera.
“La medida de Tullow muestra que las empresas petroleras mundiales pueden revelar ese tipo de información con un bajo costo y sin temor a daños competitivos”, dijo Ian Gary, gerente de políticas en la filial estadunidense de Oxfam.
Esto demuestra que “algunas empresas petroleras y mineras deciden seguir, en vez de combatir, la tendencia mundial hacia la transparencia”, añadió.
1504 pendiente
Mientras la UE avanza hacia la implementación el año próximo de su Directiva de Responsabilidad, un conjunto de requisitos de transparencia, una regulación similar en Estados Unidos continúa estancada en medio de litigios legales.
La iniciativa de transparencia estadunidense conocida como Sección 1504 se convirtió en ley en 2010, pero desde entonces su implementación se vio retrasada por la presión de la industria.
El año pasado, una disposición basada en la Sección 1504 requirió revelar todos los pagos hechos por empresas extractivas registradas en Estados Unidos a gobiernos extranjeros, pero fue revocada en tribunales.
Ahora los activistas esperan que la candidatura de Estados Unidos a la EITI estimule al principal regulador, la Comisión de Bonos y Valores (SEC, por sus siglas en inglés), en su trabajo de volver a redactar la regulación.
“El nuevo estándar de la EITI… exige que la empresa y el proyecto informen plenamente al público. Esto es lo que la SEC propuso en su regulación de 2012”, dijo Jana Morgan, coordinadora de Publish What You Pay USA (publica lo que pagas), entrevistada por IPS.
Es llamativo que la Sección 1504 fue impugnada en los tribunales por el American Petroleum Institute, grupo que ayudó a redactar la postulación de Estados Unidos a la EITI.
Steinle, de POGO, señaló que los debates de EITI entre representantes de la sociedad civil, la industria y el gobierno fueron sorprendentemente fructíferos.
“Es muy útil y poderoso para esos tres sectores estar cara a cara en este tipo de discusiones. Hemos derribado muchas murallas, simplemente juntando a gente que normalmente nunca hablaría entre sí”, dijo.
“Mientras otros países se comprometen con la EITI o con iniciativas similares, es muy importante que ahora Estados Unidos esté siguiendo estos buenos ejemplos internacionales. Es de esperar que esto ayude a sentar un ejemplo para aquellos países que todavía no están a bordo”, agregó.
Ahora Estados Unidos tendrá tres años para hacer que sus reportes se alineen con el estándar de la EITI. Funcionarios estadunidenses dicen que planean presentar su primer informe en 2015.