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La Sociedad Mexicana de Cardiología y la Alianza por un Corazón Saludable exhortan a hombres, mujeres y niños a aumentar su actividad física con el fin de proteger la salud de su corazón y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
De acuerdo con la Federación Mundial del Corazón, las cardiopatías y los accidentes vasculares cerebrales son las primeras causas de muerte en el mundo, ya que provocan 17.3 millones de decesos al año y este número va en aumento.
Con el propósito de reducir las enfermedades cardiovasculares, el lema de este año del Día Mundial del Corazón que se conmemora el 29 de septiembre es: “Tome el camino hacia un corazón sano”, que tiene como objetivo incentivar a las personas a realizar alguna actividad física.
Se pretende dar importancia al enfoque de “ciclo vital” para la prevención y el control de la enfermedad cardiovascular, con especial atención a las mujeres y los niños, ya que tener niños saludables conduce a adultos sanos y esto genera familias y comunidades saludables.
Los médicos señalan que la conciencia es el primer paso para un corazón sano. Prestar atención a qué tanto caminamos, debería ser tan simple como ver lo que comemos. El ejercicio moderado en forma regular -como caminar, andar en bicicleta o participar en los deportes- tiene muchos beneficios para la salud del corazón. Caminar, en particular, es una de las formas menos costosas y más ampliamente accesibles de la actividad física en el mundo.
Con un mínimo de 30 minutos de ejercicio moderado, que incluye la caminata a paso ligero, por lo menos cinco días a la semana, se puede reducir hasta en 11 por ciento el riesgo de enfermedades cardiovasculares y prevenir muchas muertes prematuras. Esto puede aumentar hasta en tres años la esperanza de vida.
Maricarmen Lacy Niebla, de la Sociedad Mexicana de Cardiología, afirmó en conferencia de prensa que cada vez más se registra mayor número de casos de infarto en mujeres jóvenes, y entre los factores de riesgo cardiovascular están el sobrepeso, la diabetes, la hipertensión, el tabaquismo y la falta de ejercicio, aunado al estrés.
Dijo que la tasa de mortalidad femenina es mayor que la observada en los hombres y que 1 de cada 3 mujeres puede morir de un infarto.
La mayoría de las mujeres que están sufriendo un infarto no solicitan ayuda a tiempo, principalmente porque lo confunden con otras enfermedades como gastritis, neumonía, gripa o bronquitis y las sitúa en riesgo de muerte súbita cardiaca, señaló.
La doctora agregó que después de los 60 años de edad, 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 4 hombres sufren un infarto y que, en promedio, la enfermedad se presenta en las mujeres 8 a 10 años después que en los hombres. Mientras que 1 de cada 23 mujeres adultas puede fallecer por cáncer mamario, 1 de cada 3 mujeres va a morir de un infarto.
Enfatizó que todas las evidencias señalan que la cardiopatía isquémica es en gran parte prevenible, ya que el 82 por ciento de los eventos coronarios pueden en alguna forma atribuirse a la falta de un estilo de vida saludable.
Salvador Ocampo Peña, de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México (Ancam), dijo que la hipertensión arterial se considera el “asesino silencioso e invisible” y que, según datos de la Organización Mundial de la Salud, afecta el 30 por ciento de la población mundial adulta.
Indicó que una tercera parte desconoce que tiene la enfermedad y otra tercera parte no tiene buen control de ella a pesar de tomar medicamentos. Un billón de personas son hipertensas en todo el mundo y cerca de 9 millones mueren al año fundamentalmente por problemas cardiovasculares, vasculares cerebrales e insuficiencia renal crónica.
Ocampo Peña aseveró que esta enfermedad puede prevenirse con detección oportuna y tratamientos médicos de calidad, así como al modificar estilos de vida, con ejercicio aeróbico, bajar de peso, disminuir el consumo de sal y comer alimentos con menos grasas de origen animal.
Enrique Gómez Álvarez, de la Asociación Mexicana para la Prevención de la Aterosclerosis y sus Complicaciones (AMPAC), dijo que diversos estudios epidemiológicos realizados en los últimos años en México revelan una rápida progresión en la prevalencia de la hipercolesterolemia y otras moléculas lipídicas, que aumentan la incidencia de enfermedades cardiovasculares, particularmente el infarto del miocardio, la enfermedad vascular cerebral y la enfermedad arterial periférica.
Se estima que alrededor del 40 por ciento de los adultos en México tiene cifras indeseables de colesterol y sus fracciones, siendo el colesterol LDL el de mayor peso en el desarrollo de estas enfermedades.
Por otra parte, más del 60 por ciento de los encuestados mostraron cifras muy bajas del colesterol HDL, que es la molécula “protectora“ de la acumulación de grasa en las arterias, colocándonos entre los primeros países del mundo con estas características que incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.