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2010 ¿Año de la infraestructura?
- En el sexenio de la infraestructura, la inversión se desploma 55% en primer trimestre
- Javer de Aspe Armella tiene su propio banco no banco
- Antonio del Valle, banquero con química
- Sadasi toma control de Altta Homes
Sin temor alguno a que lo desmientan, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Juan Molinar Horcasitas, reiteró en Tulúm, Quintana Roo, que la administración de Felipe Calderón es el sexenio de la infraestructura por los montos de inversión canalizados o impulsados con la iniciativa privada. Sin embargo, basta decir que en el primer trimestre de 2010, la inversión federal y estatal a ese rubro se desplomó 55 por ciento al sumar alrededor de 34,000 millones de pesos, cifra que se ubica muy por debajo de los 76,000 millones que fueron pactados en los primeros tres meses de 2009. Además en los tres primeros meses de este año el monto es 35 por ciento inferior respecto al mismo lapso de 2008.
El interés de Calderón de impulsar la inversión de infraestructura es real, sin embargo sus colaboradores parecen no estar en la misma frecuencia. Recientemente Julio Scherer García publicó en Proceso las palabras de uno de los capos más buscados en el mundo, Ismael “El Mayo” Zambada, quien aseguró que al presidente lo “engañan” sus colaboradores. Los avances en la infraestructura podrían ser un caso de esta situación.
No vayamos tan lejos, ejemplos sobran. El aeropuerto de carga en Tizayuca, Hidalgo, planeado para descongestionar el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), pero que aún no se construye. Los cientos de amparos que hay en los tribunales por los derechos de paso o de vía contra la SCT, lo que ha detenido millonarias inversiones en autopistas. Otro punto es la incapacidad de coordinación para tener rutas alimentadoras de pasajeros al Tren Suburbano 1. Esa incertidumbre fue la que llevó a la española CAF y a una subsidiaria de ICA a no presentar en diciembre pasado una postura en el concurso de la línea 3 del Suburbano Chalco-La Paz-Nezahualcóyotl.
Los litigios por los derechos de paso mantienen empantanadas obras de construcción. Por ejemplo, basta citar el caso de la empresa Red de Carreteras de Occidente (RCO), la firma propiedad de Empresas ICA y Goldman Sachs, que ganó en 2007 la licitación del llamado FARAC 1 al ofrecer al gobierno la nada despreciable suma de 4,000 millones de dólares para operar por 30 años alrededor de 600 kilómetros, extensión en la que se destaca el tramo Maravatío – Zapotlanejo con más de 300 kilómetros.
Otro caso es el proyecto carretero Arco Norte, una autopista de cuota de 223 kilómetros que evitará la circulación de camiones que viene del sur-sureste con destino al norte del país. Sin embargo, esa vía concesionada a la constructora de Carlos Slim Helú, IDEAL, la SCT también la tiene empantanada por dos juicios en los tribunales por los derechos los derechos de paso. En Jilotepec, Estado de México, al parecer hubo una orden de despojo sin que mediara un decreto expropiatorio. En otro juzgado, pero en Naucalpan, los ejidatarios reclaman los daños causados a sus predios por la construcción de esa vía.
Esa incapacidad del equipo de la SCT, llámese Luis Téllez, en su momento, o Juan Molinar Horcasitas se ha hecho patente en las licitaciones. Para muestra basta citar que en la reciente licitación del paquete carretero del “Noreste” que de 250 kilómetros tiene a la autopista Cadereyta- Reynosa de 132 kilómetros. Ahí los tiradores fueron el mega-enroque que formaron la portuguesa Mota-Engil y el capítulo México del poderoso banco de inversión australiano Macquarie, los cuales ofrecieron un pago inicial de poco más de 1,550 millones de pesos, cifra 150 por ciento superior a los 650 millones de pesos que ofreció IDEAL. Con esas posturas, el concurso se declaró desierto.
Los que saben comentan que eso mismo podría pasar en el fallo de la concesión del proyecto carretero Mitla-Tehuantepec, ya que la licitación inició con una ley que ya no está vigente. Con el actual marco legal no importa si sólo había un tirador, aunque con el anterior se requerían cuando menos dos. Algunos expertos dicen que podría haber alguna impugnación en esa licitación que involucra más de 9,000 millones de pesos.
El sexenio de la infraestructura fue reiterado por Juan Molinar el pasado 22 de marzo, el día que arrancó formalmente el proceso de licitación de lo que será el nuevo aeropuerto en la Riviera Maya. Un punto a destacar es que algunos especialistas temen que la nueva terminal aérea tenga el mismo desenlace que la millonaria inversión en el puerto de Punta Colonet (con más de seis años en el escritorio) en Baja California, es decir que también se empantane.
Para la Riviera Maya, más allá de las potenciales disputas legales en los tribunales, los que saben de números dicen que los 3,200 millones de pesos que requerirá ese aeropuerto representa un monto muy alto y un proyecto “caro” si se toma en cuenta que la tarifa más baja a cobrar será un factor fundamental para adjudicar la concesión en caso de que supere los escollos legales. Quien podría ser un rival de peso en la corte sería Asur de Fernando Chico Pardo, esto si la Comisión Federal de Competencia no rechaza su participación en el concurso. Al respecto, el poderoso grupo financiero estadounidense Citigroup se dice sorprendido por el interés del gobierno federal de concesionar y construir un nuevo aeropuerto en Quintana Roo, el cual se sumará a los tres que ya tiene la entidad en Chetumal, Cozumel y Cancún, siendo este último el segundo más importante en todo el país.
A estos temas habría que agregar la problemática de las telecomunicaciones. Bueno, pero por el bien del país, habrá que darle el beneficio de la duda al titular de la SCT, Juan Molinar, y a su equipo para que cuándo menos ellos aporten su grano de arena para convertir la administración de Calderón en el sexenio de la infraestructura y si lo hacen que no sea en la opacidad que ya caracteriza las inversiones portuarias (zonas federales propiedad del Estado).
Gigante – Consorcio Ara
Con una chequera repleta de billetes verdes, alrededor de 280 millones de dólares, la empresa de Ángel Losada Moreno, Grupo Gigante, podría ser uno los interesados en comprar los cinco centros comerciales que tiene la viviendera Consorcio Ara de Germán Ahumada Russek en sus complejos del Estado de México y Tijuana. Los que saben, dicen que la operación podría oscilar en unos 140 millones de dólares, recursos que se repartirían al 50 por ciento con su socio estadounidense O’Connor Capital Partners.
Gigante anda con la espada desenvainada desde hace dos años cuando vendió su negocio de supermercados a la regiomontana Soriana en alrededor de 1,350 millones de dólares. Tan sólo en 2009 invirtió poco más de 100 millones de dólares para abrir más de 200 tiendas, principalmente Office Depot (11) y Súper Precio, de está última fueron 186 y de ellas más de 100 surgieron de la compra de su rival comercial Despensa del Hogar, cadena que adquirió a finales del año pasado. La firma cerró el año con casi 600 tiendas.
Antonio del Valle, banquero con química
La fórmula secreta del mítico Mago Merlín de transformar los metales en oro palidecería respecto a la fórmula que aplica el empresario mexicano llamado el “banquero alquimista” o “banquero con química”, Antonio del Valle Ruiz con su empresa Mexichem, la mayor empresa del ramo en América Latina y una de las más grandes del mundo.
¿De qué hablo?, se preguntará con justa razón. Déjeme contarle. Después de concretar la venta del Banco Bital al inglés HSBC por parte de Del Valle y sus socios en 2002, el empresario a través de Grupo Empresarial Kaluz compró el 43 por ciento de las acciones de Mexichem en manos de la francesa Total. Pues bien, después de los miles de millones de dólares invertidos en adquisiciones, la empresa se ha revaluado 91 por ciento en promedio cada año. Es decir, una inversión de 1,000 unidades monetarias (UM) en Mexichem de diciembre de 2003 al 6 de abril de 2010 significaría ahora 25,400 UM. Ese mismo monto, en igual periodo en acciones de la francesa Total significarían sólo 834 UM. Bueno, para no hacerle el cuento largo, amen de los 350 millones de dólares que desembolsó recientemente para la compra de la inglesa Ineos, para este año el también llamado empresario del sexenio de Felipe Calderón, Antonio Del Valle podría firmar cheques para adquisiciones de Mexichem por alrededor de 550 millones de dólares.
Viviendera Javer con banco no banco
Fue en octubre pasado cuando Servicios Corporativos Javer, la tercer mayor constructora de vivienda en el país con créditos Infonavit, tuvo nuevos socios encabezados por los fondos de inversión de capital privado Protego que comanda el ex secretario de Hacienda (SHCP), Pedro Aspe Armella, y el argentino Southern Cross. Bueno, pues bien, la compañía ahora ya tiene integrado su propio banco no banco (Sociedad Financiera de Objeto Múltiple, Sofom): Casas Consentidas Javer, Sofom; con un capital social de alrededor de 48 millones de dólares.
Sadasi toma control de Altta Homes
Después de cinco años, la constructora de vivienda que fundaron los hermanos Isaac y Enrique Vainer Girs, Grupo Sadasi, se hizo del control accionario de la también viviendera Altta Homes, firma que compró en sociedad con el fondo de inversión estadounidense especializado en bienes raíces, Walton Street Capital, después de la salida de México de la estadounidense Pulte Homes. Esto podría facilitar una potencial colocación de acciones en los mercados de valores de México y Estados Unidos.
¿Autocompras en Cemex?
Ya que andamos por el norte del país, déjeme comentarle que los que saben dicen que Cemex, que comanda Lorenzo Zambrano, con la asesoría del banco de inversión Lazard participa en el fondo de inversión Blue Rock Cement para la compra de activos cementeros. La regiomontana aportará 100 millones de dólares de 500 millones a recaudar. Aunque lo interesante del asunto, es que en un momento dado, ese private equity podría adquirir algunos activos Cemex, los cuales podrá recomprar en un plazo de cinco años. Un modelo interesante para cumplir sus compromisos de deuda ¿O no?
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