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Brasil atraviesa un abril para el olvido y en lo que va del año, la moneda se depreció hasta un 5,5 por ciento. Un creciente protagonismo del dólar hace sufrir al real brasileño. Incertidumbre, preocupación y motivos de una devaluación importante que Lula da Silva deberá contener…
Buenos Aires. Argentina.- A fines del último mes de marzo, un dólar equivalía a 4,90 reales brasileños. Sin embargo, el momento del dólar provocó un salto importante en su precio y casi dos semanas después, un dólar equivale a 5,28 reales brasileños. La realidad es que la tensión cambiaria y financiera de Brasil se tensionó en estas horas como hacía mucho tiempo no sucedía. Los constantes saltos del precio del real contra el dólar instalaron el tema en la escena central de la economía brasileña y temen que pueda tocar cifras históricas en el corto plazo.
De acuerdo al medio económico, Blocktrends, la moneda que más se depreció en estas primeras semanas de abril es el real, incluso siendo comparada con el peso argentino y depreciándose un 3,17 por ciento. Además de la inestabilidad natural que atraviesa el real, el precio del mismo se ve afectada por la crisis en Oriente Medio, tras el ataque de Irán a Israel el último sábado. Como consecuencia de la tensión geopolítica y la escalada del conflicto bélico tuvo su onda expansiva en la economía y las criptomonedas, que se vieron afectadas por la preocupación general.
Si bien el dólar cedió frente a otras monedas, el ambiente que se respira no tiene nada de positivo. Irán anunció que no lanzaría otra ofensiva pero Israel aseguró que atacará cuando entienda que es el momento oportuno para hacerlo y con ese panorama, es imposible encontrar un nuevo equilibro en la moneda. También se debe tener en cuenta que estos hechos son altamente negativos para la conducción política de los bancos centrales, que sugieren una mayor cautela en cuanto al ritmo y al nivel de las reducciones esperadas de los tipos de interés de referencia.
En este caso del precio del real, hubo factores locales que también hicieron disparar la cifra de cotización. La tensión del mercado cambiario está siendo vinculada al anuncio del cambio del objetivo fiscal para 2025. En un principio, Lula se comprometió a lograr un superávit cercano al 0,6 por ciento del PBI, no obstante, determinadas proyecciones hicieron que el mandatario brasileño debiera revisar el objetivo, cediendo en lo fiscal.
Hace unos meses, el Gobierno de Lula apostó por recaudar más a partir de un mayor crecimiento económico. Eso nació a partir de la implementación de impuestos dirigidos a los más ricos de la población, como el impuesto a los superricos. Tuvo su efecto y de acuerdo a la Secretaría de Ingresos Federales de Brasil, la recaudación tributaria alcanzó los 280.636 millones de reales en enero, marcando un aumento del 7 por ciento comparándolo con el mismo mes pero de 2023.
“¿Por qué todos los países están obligados a hacer su comercio amarrados al dólar? ¿Quién decidió que el dólar sería la moneda (global)? Hoy un país necesita correr detrás del dólar cuando podría exportar en su moneda propia. ¿Por qué un banco como el de los BRICS no puede tener una moneda que pueda financiar la relación comercial entre Brasil y China, entre Brasil y otros países de los BRICS?”, marcó Lula, a mitad del 2023, sobre el condicionamiento del mercado cambiario con el precio constante del dólar americano.
Brasil atraviesa una inestabilidad en el precio dólar – real del que ya se había olvidado y que no parecía ser más un problema. Los próximos días serán determinantes para seguir de cerca la movilidad de la moneda brasileña, aunque el dato de que el real se haya depreciado más que el peso argentino, es todo un indicio de que las cosas no van bien.
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