Yula Moguel y cómo el machismo la retiró del básquetbol

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Yula Moguel dirigió equipos masculinos y pudo presidir una asociación del deporte varonil, pero el machismo y Jorge Toussaint lo impidieron.

“Yo era muy torpe”, reconoce abiertamente Yula Moguel.

Como estudiante de la Escuela Superior de Educación Física, tenía la obligación de llevar materias teóricas y prácticas, y estas últimas no eran su especialidad, precisamente.

“Te podías quedar después de tus clases y yo me quedaba en las tardes a tomar las clases prácticas de casi todos los deportes porque era muy torpe y uno de los deportes a los que me quedaba era el basquetbol”, recuerda en entrevista con Revista Fortuna.

Sola, sin compañeros. Solo eran el balón, la canasta y ella, practicando una y otra vez.

Sin embargo, el trabajar en sus limitaciones le permitió ser observada por una compañera que la invitó a participar en el equipo Pumas del Distrito Federal, cuyo entrenador era Juventino Rosas Sosa.

A partir de ahí todo fue crecer… o casi.

Yula Moguel asistió a torneos nacionales y siguió preparándose con entrenadores extranjeros y otros nacionales como Constancio Córdoba. Empezó a traer equipos estadounidenses para jugar en México y consiguió becas para que mexicanas jugaran en ese país.

Para finales de los años setenta, Yula Moguel fue nombrada presidente de la Asociación de Básquetbol Femenil del —entonces— Distrito Federal.

“Como presidente conseguí muchas giras con la Selección del Distrito Federal y creé el Salón de la Fama del Básquetbol Femenil del Distrito Federal. Entonces, la Federación ,me sugirió hacer también el Salón de la Fama nacional”, detalla.

Su salón de la fama se ubicaba en el Palacio de los Deportes pero, una vez que el recinto fue operado por la compañía Ocesa, la corrieron “y empecé como judía errante a buscar dónde me aceptaban”.

Finalmente se instaló en el Deportivo Venustiano Carranza, uno de los primeros de carácter popular en la Ciudad de México. Pero, un buen día, llegó un nuevo dirigente “que dijo: estas son puras cosas viejas… ¡tírenlas!”.

Ahí se perdió un gran acervo histórico, documentos y fotografías, del básquetbol femenil capitalino. Incluso se perdieron uniformes originales de Las Politas, que fue la primer escuadra mexicana que triunfó en Estados Unidos.

“Cuando me avisaron me fui hasta la basura pero no encontré ya nada”, lamenta

EL SALTO AL BÁSQUETBOL VARONIL

La gestión de Yula Moguel fue tan exitosa, que recibió una invitación para presidir también a la Asociación Varonil del Distrito Federal. Sin embargo, desde las sombras, algunos sectores comenzaron a operar para que una mujer no presídela el sector masculino.

Y todavía fueron más allá: “un año después cambiaron los estatutos de la Asociación de Básquetbol del Distrito Federal para que ninguna mujer pudiera dirigir una asociación varonil”.

— ¿Quién hizo esos cambios?

— Jorge Toussaint.

¿RECUERDA A JORGE TOUSSAINT?

El mayor escándalo de Jorge Toussaint surgió en el año 2004, cuando era presidente de la ya desaparecida Federación Mexicana de Baloncesto.

En aquel entonces, el directivo decidió abandonar la Confederación Deportiva Mexicana, lo que inició un conflicto legal que terminó en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Para finales de 2015, fue la propia SCJN la que desconoció a Toussaint como presidente de la FMB. Ese fue uno de sus muchos conflictos.

ÚLTIMOS EXITOS DE YULA MOGUEL

Pero el trabajo de Yula Moguel siguió rindiendo frutos.

Las giras de sus equipos ya no solo fueron a Estados Unidos sino a destinos europeos. Incluso dirigió a un equipo varonil, de nombre Brujos, al que tomó en Cuarta Fuerza y lo llevó hasta Liga Mayor.

Pero el machismo no cambió.

“No me querían por ser mujer. ¿Cómo era posible que una mujer tuviera tan buenos resultados y, además, con puros jugadores amateurs? Porque yo no le pagaba a nadie. Al contrario, ellos tenían que pagar arbitrajes”, recuerda.

Yula Moguel comparte una anécdota de ese periodo: como parte del entrenamiento, sus jugadores tenían que anotar 100 canastas de tiro libre consecutivas. “Si la fallaban volvían a empezar pero no se iban hasta que anotaran las 100 canastas… y un día estuvimos hasta las 5:00 de la mañana”.

Su filosofía la resume de este forma: “Tienes que entrenar como estuvieras en el campeonato mundial, pero tienes que jugar como si fuera un entrenamiento”.

Los obstáculos con Jorge Toussaint, no obstante, también continuaron.

El federativo le pedía a Yula 1,000 dólares por cada equipo de Estados Unidos que trajera a jugar contra mexicanas. También se negaba a apoyar con los gastos cuando ella invitaba a algún entrenador estadounidense a ofrecer clínicas al país.

“La situación ya no me gustó. Este personaje, al que yo le llamo Atila, porque todo lo que toca lo destruye, acabó con el básquetbol cuando teníamos un semillero”, expresa.

Al paso de los años, en medio de tantos obstáculos, Yula Moguel decidió abrir un negocio, ahorrándose disgustos y perdiéndose así lo que fue uno de los más importantes esfuerzos por llevar al básquetbol mexicano a otro nivel de desarrollo.