Exponen a The New York Times por violar normas éticas en cobertura en conflicto de Gaza

The New York Times ha sido cuestionado en los últimos días por violar sus propias normas. La discusión más reciente gira en torno

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The New York Times ha sido cuestionado en los últimos días por violar sus propias normas. La discusión más reciente gira en torno a un supuesto trabajo de investigación “Gritos sin palabras’: cómo Hamás convirtió la violencia sexual en un arma el 7 de octubre”. La polémica inició por la posible alteración de pruebas por parte de los autores y se hizo aún más fuerte cuando investigadores independientes e internautas descubrieron la parcialidad de los mismos al realizar el trabajo.

La supuesta investigación relata un presunto patrón de violaciones y torturas por parte de la resistencia palestina a mujeres israelíes el 07 de octubre y fue realizada por Jeffrey Gettleman, Adam Sella y Anat Schwartz.

Alteración de pruebas

En principio los propios medios israelíes informaron que la familia involucrada en el presunto reportaje ha desautorizado la historia, afirmando que los periodistas manipularon sus declaraciones.

Luego, dos importantes organizaciones de medios palestinos, The Palestina Chronicle y Friends of Palestina Network llevaron a cabo una investigación conjunta, basada en informes de los medios, además de datos históricos. y análisis políticos. El resultado de su investigación dio lugar al lanzamiento de ‘The Black Dress’, un documental de 18 minutos que analiza las acusaciones del New York Times y la posible falsificación de pruebas sobre lo que realmente ocurrió el 7 de octubre.

Pero ¿Por qué un periodista falsificaría pruebas?

Diversos medios y páginas de internet han revelado que Anat Schwartz no es propiamente una periodista sino que se trata de una directora de cine y escritora que incluso sirvió en la Inteligencia de la Fuerza Aérea de Israel en Modi’in.

En 2017 Anat Schwartz dirigió y filmó una serie documental titulada “La Promesse”, que fue transmitida por el canal YesDocu. Posteriormente, en 2023, ella y su sobrino Adam Sella, coescribieron con el ganador del Premio Pulitzer Jeffrey Gettleman este controvertido artículo.

La cuestión que más ha llamado la atención de los lectores y críticos independientes es que The New York Times contrató repentinamente a Anat Schwartz en octubre y la dejó tratar una historia tan sensible como ésta, escrita durante la niebla de la guerra, cuando se esperaría que el medio buscara a alguien con experiencia periodística real entre corresponsales propios en su plantilla.

Parcialidad

Pero la polémica sobre este texto no termina con la posible falsificación de pruebas sino que va ligada a la evidente parcialidad de dos de los escritores. Actualmente, Anat Schwartz es investigada por el propio medio por expresar, a través de redes sociales, su inclinación política proisraelí a pesar de que el New York Times tiene reglas estrictas para que sus reporteros mantengan la apariencia de objetividad.

En este sentido, el New York Times establece que los periodistas no deben asistir a manifestaciones de ningún tipo, usar botones de campaña ni publicar opiniones en las redes sociales. Sin embargo, existen capturas de pantalla que evidencian que Anat Schwartz le dio “me gusta” a ciertas publicaciones de la red social X que repetían el engaño de los “40 bebés decapitados”, y que respaldaban otra publicación que instaba al ejército israelí a “convertir Gaza en un matadero” y llamaba a los palestinos “animales humanos”.

Después de que las preferencias de Anat Schwartz se hiciera público, usuarios de redes sociales reportaron que ella cerró sus cuentas y luego eliminó gran parte del contenido incriminatorio.

Al respecto, la portavoz del NYT , Danielle Rhodes declaró:

“Somos conscientes de que a un periodista independiente en Israel que ha trabajado con The Times le han dado “me gusta” en varias publicaciones en las redes sociales”.

“Esos ‘me gusta’ son violaciones inaceptables de nuestra política empresarial. Actualmente estamos revisando el asunto”.

Pero este tipo de situaciones no son nuevas para The New York Times, pues en 2022 el medio despidió al fotoperiodista palestino Hosam Salam, después de que uno de los grupos de vigilancia de los medios proisraelíes protestara por sus publicaciones en las redes sociales.

 

 

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