Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 17 segundos
La semana pasada Banorte lanzó “Bineo”, un banco 100% digital con el que se planean ofrecer cuentas y préstamos personales en su fase inicial. Este nuevo neobanco se suma a las diversas iniciativas que tanto bancos tradicionales y empresas Fintech han traído al mercado para ofrecer nuevas soluciones financieras a los mexicanos. Por lo anterior, es un buen momento para hablar sobre el porvenir de la banca y los impactos que tiene en términos de inclusión financiera.
Inclusión financiera en México
Según el INEGI, para el año 2021 tan sólo el 49.1% de la población mexicana de 18 a 70 años tenía contratada una cuenta de ahorro formal, es decir, que sólo uno de cada dos mexicanos tiene acceso al ahorro bancario. Esta cifra va de la mano con la informalidad que tenemos en el país, ya que los trabajadores informales para el 2022 representaban el 55.4% de la ocupación laboral.
La mayoría de los mexicanos prefiere ahorrar “abajo del colchón” o por medio de las “tandas”. Según datos de la CONDUSEF, el 43.7% de la población adulta en México ahorra sin recurrir a instituciones financieras. En términos de acceso al crédito, tan sólo el 27.5% de los adultos tienen acceso al crédito formal, mientras que el 33.7% recurre a pedirle prestado a familiares o amigos, así como a las casas de empeño.
Al revisar estos datos, se puede concluir que el país aún tiene un largo camino por recorrer en términos de inclusión financiera. Pero ¿por qué es importante analizar esta situación?
El poder ahorrar o el acceder a créditos dentro de la formalidad puede brindar un mayor número de oportunidades a las personas. Recuerdo que hace un año asistí a una plática que dio Banco Coppel sobre inclusión financiera, en ella contaban la historia de un albañil de bajos recursos que para poder acceder a un trabajo en una obra tenía que llevar su propio equipo que consistía en unas botas de trabajo y casco. Como no tenía los recursos para comprar las botas de contado y el casco optó por adquirirlas en una de las tiendas de dicha marca y gracias a ello pudo acceder a un trabajo que le dio una mejor remuneración.
Este es un ejemplo de cómo hasta en la población más vulnerable, el acceso al sistema bancario puede repercutir positivamente en la calidad de vida de las personas, porque, así como el albañil pudo comprar sus botas, las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) también pueden obtener financiamientos que les permitan expandirse o las personas pueden acceder a instrumentos para el ahorro que les generen algún rendimiento y que su dinero no pierda valor por la inflación. En el largo plazo, la suma de todos estos factores permite un mayor desarrollo económico para el país.
El papel de las Fintech y los Neobancos
Cada vez entran más competidores a ofrecer soluciones financieras 100% digitales para los mexicanos: La más nueva, como señalé al principio, es Bineo de Banorte, que se suma a otras soluciones que dieron bancos tradicionales como Hey Banco de Banregio y Open Bank de Santander.
Por otro lado, también se ha visto la llegada de diversas empresas fintech como Nu, Mercado Pago o Ualá que incluso ya compró el banco ABC capital. Lo primero que hay que entender es la razón por la que, en los últimos años, se ha dado este aumento en el número de empresas que quieren ofrecer productos financieros de manera 100% digital.
Veamos el mercado que tienen estos llamados neobancos. Como mencionamos anteriormente, tan solo el 49.1% de los mexicanos tiene una cuenta de ahorros, pero ¿cuántos mexicanos tienen un celular inteligente? Según datos del INEGI, la cifra asciende hasta el 75.5% de la población, es decir que estos neobancos apuntan ya a bancarizar a ese 25% de la población que tiene un teléfono inteligente, pero no cuenta con un producto bancario; también buscan brindarle una solución más atractiva al otro 49% que ya cuenta con un producto bancario. El target principal de los neobancos son las personas jóvenes, ya sean los “Milenials” o la “generación Z” que apenas va comenzando su vida adulta. Las generaciones más jóvenes estamos acostumbradas a llevar toda nuestra vida desde el celular y muchos preferimos las facilidades de poder abrir una cuenta sin salir de casa y que, en caso de tener algún problema, preferimos chatear a estar una hora esperando en la línea telefónica o hacer una fila de 45 minutos para ser atendidos por algún empleado bancario en la sucursal.
La principal ventaja de los bancos digitales es que no necesitan tener sucursales, ya que tanto la atención a clientes como el registro se realiza por medio de la aplicación y el envío de las tarjetas es a través de los servicios de paqueterías. Esto se traduce en una reducción significativa de costos operativos y el poder tener un alcance a nivel nacional sin tener que invertir en locales físicos.
Los neobancos están jugando un papel importante al democratizar la banca, ofreciendo soluciones atractivas y accesibles para una gran parte de la población. El modelo de las fintechs está siendo un éxito, tal vez porque es más inclusivo o porque se adapta más a este nuevo modo de vida en donde queremos hacer todo desde el celular. Así, que los bancos tradicionales copien estos modelos de negocio sólo puede indicar que la digitalización del sistema bancario apenas está comenzando y esperemos que esto se traduzca en mejores oportunidades para más personas.
*Leonardo Serber Mesino, estudiante de Economía en el ITESM Campus Ciudad de México.
Quizás te interese leer también otra de las columnas de Leonardo Serber
Crónicas del shock, los primeros 40 días del Gobierno de Javier Milei en la Argentina