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Mientras muchos países de América Latina recortaron las tasas de interés y sucumbieron a la presión de flexibilizar la política monetaria, el Banco de México (Banxico) resistió y mantuvo una postura de política proactiva al establecer astutamente una tasa de referencia que ha sido consistente con la reducción de la inflación general a la meta de 3%.
El banco central, que inició un ciclo de endurecimiento en junio de 2021, hizo importantes esfuerzos para comunicar por qué era necesaria una postura monetaria restrictiva. A partir de su reunión de mayo de 2022, la Junta de Gobierno, encabezada por la gobernadora Victoria Rodríguez Ceja, comenzó a incluir en sus declaraciones de política monetaria una hoja de ruta para la tasa de referencia. Esto ayudó al mercado a entender las intenciones de Banxico para futuras acciones de política monetaria.
Estos esfuerzos dieron sus frutos cuando la inflación comenzó a disminuir en el cuarto trimestre de 2022, aunque todavía está por encima de la meta.
Las autoridades seguían empeñadas en confiar en la flexibilidad de los tipos de cambio para facilitar el ajuste en función de las perturbaciones externas e internas. Sin embargo, Banxico adoptó un enfoque más cauteloso para mantener los niveles de reservas y optó por un programa de cobertura de derivados para complementar el conjunto de herramientas de política para las intervenciones cambiarias.
A pesar de las estrictas condiciones monetarias y financieras mundiales, el peso mexicano se ha mantenido resistente en comparación con las monedas de otras economías de mercados emergentes.
La economía mexicana se ha mantenido fuerte gracias a un sólido marco macroeconómico. “Este marco se ha construido a lo largo de muchos años, anclado en la disciplina fiscal y una política monetaria centrada en la estabilidad de precios, un sistema financiero sólido, un sistema bancario bien capitalizado y cuentas externas sostenibles, un régimen cambiario flexible y niveles adecuados de reservas internacionales”, dice Rodríguez citada por The Bankers.
Aún más, asegur que el banco central de México ha respondido rápidamente a otros desafíos. El huracán Otis azotó el estado de Guerrero en octubre, destruyendo infraestructura bancaria e infraestructura. Junto con otras autoridades mexicanas, Banxico activó un plan de emergencia para proporcionar dinero en efectivo y permitió a los bancos ofrecer programas de ayuda a sus clientes. “Acciones como las adoptadas para paliar los daños causados por Otis nos remiten a nuestro objetivo final: mejorar el bienestar de la población mexicana.
Estas acciones acercan a Banxico a la gente y crean una relación de confianza central para el funcionamiento y la transmisión de la política monetaria”, dice Rodríguez.
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