Victoria Rodríguez Ceja, candidata a la gobernatura del Banxico, dice que reservas garantizan estabilidad

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Al asegurar que su experiencia profesional está íntimamente ligada al conocimiento macroeconómico, y a la práctica intensa en el terreno fiscal, financiero y monetario”, Victoria Rodríguez Ceja dijo hoy ante Senadores que de ser ratificada por el Senado de la República se compromete a cumplir cabalmente el mandato constitucional del Banco Central

“La experiencia que he tenido en todos estos ámbitos me permitirá en caso de ser aprobado mi nombramiento, aportar conocimiento y experiencia al Banco Central de nuestro país, el cual además de tener como mandato único preservar el poder adquisitivo de la moneda nacional”, dijo la funcionaria pública.

A continuación, presentamos el posicionamiento íntegro de la Subsecretaria de Egresos, Victoria Rodríguez Ceja

 

Agradezco mucho que se me reciba en esta sesión de trabajo de la Comisión de Hacienda. Es para mí un honor el haber sido propuesta por el señor Presidente de la República, como Gobernadora del Banco de México. Me gustaría compartir con ustedes aspectos de mi trayectoria profesional y académica, así como una reflexión sobre la situación económica y monetaria actual de nuestro país.

La preocupación por los efectos que las variables económicas tienen sobre las personas y las familias, así como sobre los retos que las empresas y los países enfrentan; para poder generar empleos y competir en el mundo, entre otros factores, me llevaron a elegir la profesión de Economista. Mis estudios de Licenciatura los concluí en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Y posteriormente, realicé estudios de maestría en Economía en el Colegio de México.

Mi trayectoria profesional se ha desarrollado en ámbitos económicos y financieros de la Administración Pública.

En los inicios de ésta, me desempeñé como directora de Deuda Pública del entonces Distrito Federal, en donde tuve la responsabilidad de estructurar, contratar y gestionar el financiamiento para la capital de nuestro país, participando activamente en las colocaciones de instrumentos de deuda en la Bolsa Mexicana de Valores, que se realizaron por primera vez por parte del Gobierno de la ciudad.

En esa responsabilidad, mis contrapartes cotidianas fueron la Banca Comercial, la Banca de Desarrollo, la Bolsa Mexicana de Valores, así como organismos financieros internacionales.

Ahí se inició la estructuración de los primeros bonos de deuda, instrumentos financieros que en ese momentos resultaban innovadores para los gobiernos subnacionales y que a la fecha están consolidados como instrumentos financieros de uso recurrente en las finanzas de nuestra capital.

Posteriormente, me incorporé como Directora de Finanzas del Sistema de Transporte Colectivo Metro, donde tuve a mi cargo durante un periodo de cinco años a administración de los recursos de la empresa paraestatal más importantes de la Ciudad de México; una de las empresas públicas de transporte más relevantes a nivel mundial y que genera un significativo monto de ingresos propios, colocándola como una de las mayores empresas del país.

Dentro de otras actividades, el manejo de tesorería, así como la administración financiera, fueron de vital importancia; desde allí instrumenté esquemas financieros estratégicos para la adquisición de trenes y para el mantenimiento y operación del sistema, con la visión de mantener en todo momento un manejo de caja responsable para atender las grandes necesidades financieras de dicha empresa.

A partir de marzo de 2009, me incorporé nuevamente a la Secretaría de Finanzas del Gobierno de la Ciudad de México, llegando a ocupar la Subsecretaría de Egresos de la Ciudad durante un periodo de casi seis años.

Ahí tuve la responsabilidad de planear el presupuesto del Gobierno más grande a nivel subnacional, en donde se desarrollaron distintos proyectos de infraestructura y se ejerció un presupuesto de más de 200 mil millones de pesos anuales, en un contexto de creciente demanda de servicios públicos.

Esta tarea, por supuesto, demandó gran compromiso social y una especialización en materia de finanzas públicas.

En diciembre del 2018, fui nombrada Subsecretaria de Egresos del Gobierno de México.

Durante mi gestión, enfrentamos diversos retos que exigieron un decidido compromiso con el país y una enorme responsabilidad, en particular para poder direccionar el gasto y atender las necesidades asociadas a la pandemia, puesto que enfrentamos un escenario con menores ingresos derivado del cierre de actividades económicas a nivel mundial y sus consecuentes efectos en los procesos productivos asociados a las cadenas globales de valor de algunos sectores.

A pesar de lo anterior, se logró el financiamiento de las vacunas contra el COVID-19, con el fin de acelerar el proceso de reactivación de las actividades económicas.

Asimismo, se otorgaron mayores recursos a sectores de la población con menores recursos a sectores de la población con menores ingresos y a micro empresas familiares.

Quiero resaltar que esto se logró sin comprometer la estabilidad macroeconómica de la Nación, pues la prudencia y eficacia con la que se ha manejado el gasto público, ha permitido contar con un balance fiscal equilibrado que mantiene a México en una posición más sólida que las que tienen otras economías emergentes similares a la nuestra.

En materia monetaria, la contraparte de este ejercicio del gasto es llevada a cabo por el agente financiero del Gobierno Federal, es decir, el Banco de México.

Esta Institución realiza sistemáticamente operaciones de mercado abierto para mantener un equilibrio monetario que garantice el cumplimiento de su objetivo constitucional, por lo que existe una estrecha y cotidiana relación entre el Banco de México y la Secretaría de Hacienda para preservar los fundamentos macroeconómicos del país.

De esta forma, es natural que esta responsabilidad sea compartida en el ejercicio de las finanzas públicas.

La Subsecretaría que encabezo, también participa en distintos foros, comités y grupos de trabajo al interior de la Secretaría de Hacienda, en donde, además de la responsabilidad del gasto, se llevan a cabo discusiones y decisiones en materia de programación financiera, manejo de pasivos y operaciones de cobertura.

La Subsecretaría también participa cotidianamente en órganos de gobierno y de comités especializados, tales como los consejos directivos de BANCOMEXT, BANOBRAS, BANJERCITO, NAFIN, el Comité de Crédito de Banobras, comités técnicos de fideicomisos para el fomento económico como FIDA, FEFA, FOVI y FONADIN, entre otros.

Lo anterior me ha dado una experiencia valiosa en esta importante rama del sistema financiero.

En suma, quisiera resaltar que mi experiencia profesional está íntimamente ligada al conocimiento macroeconómico y a la práctica intensa en el terreno fiscal, financiero y monetario, y que la especialización que he tenido en todos estos ámbitos me permitirá, en caso de ser aprobado mi nombramiento, a aportar conocimiento y experiencia al Banco Central de nuestro país, el cual, además de tener como mandato único preservar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, también tiene la responsabilidad de mantener el funcionamiento y el sano desarrollo del sistema financiero y el sistema de pagos, por lo que mi empeño y mis capacidades estarán enfocadas a cubrir cabalmente con el mandato constitucional.

Llevamos más de 20 meses desde la declaratoria de pandemia causada por el virus SARS.CoV-2.

Las economías del mundo tuvieron ante sí una situación inédita contra la que seguimos luchando hasta el día de hoy, y de la que, con el enorme esfuerzo de las familias, las empresas y las autoridades, estamos saliendo adelante.

El confinamiento derivado de la pandemia, impuso restricciones a la movilidad de personas y familias, pero a nivel económico, tanto en la economía local como en la global, existen disrupciones serias y complejas en las cadenas de suministro, las cuales han sido acompañadas por inusitados cambios en los patrones de consumo.

La conjunción de dichos factores, ha propiciado un ajuste en precios relativos que hoy presentan un reto para el análisis, diagnóstico y combate del fenómeno inflacionario.

La inflación global está en buena medida afectada por estos hechos, y ha cobrado una relevancia mayor al interior de nuestro país.

Dentro de los determinantes de la dinámica de precios, se encuentran tradicionalmente tres canales:

El canal de expectativas, el canal de la actividad económica y el canal de costos.

Este último ha sido de vital importancia para comprender el ajuste de los precios tras la pandemia, y dada su naturaleza, ha implicado cambios en la formación de precios de manera heterogénea.

Esta característica es inédita en la historia de la dinámica inflacionaria, y ha implicado costos asociados en la reasignación de recursos, dada la característica asimétrica del choque.

En el caso de México, dichas presiones se manifestaron, principalmente, en el caso de las mercancías no alimenticias asociadas a productos domésticos, muebles y artículos de cuidado personal, pero de manera adicional se han combinado con otro tipo de choques inflacionarios, como han sido las presiones en materias primas y alimentos asociados, especialmente a los genéricos derivados del maíz, la soya, carne y aceites comestibles, los cuales han sido afectados por condiciones climatológicas que afectaron los ciclos de siembra-cosecha, así como por la integración comercial que tenemos con el resto del mundo en las cadenas alimenticias procesadas, especialmente con Estados Unidos.

Lo anterior, ha significado un repunte en la inflación importada de nuestro país.

Asimismo, se concatenaron presiones energéticas relevantes a lo largo de todo el año y un efecto base adverso debido al comportamiento de la inflación durante el año anterior.

Todos los factores anteriores han llevado a que la inflación general se ubique actualmente en una tasa anual superior al 7 por ciento, mientras que el componente subyacente que elimina las presiones provenientes de alimentos y energéticos, se ubique alrededor del 5.5 por ciento, sus niveles más altos en las últimas dos décadas.

No obstante, las más recientes proyecciones del Banco de México indican que estas presiones se comenzarán a desvanecer a lo largo del próximo año, y que la inflación terminará por convertir al objetivo de 3 por ciento alrededor del tercer trimestre de 2023.

Cabe señalar que dichas proyecciones son publicadas en cada decisión de la Junta de Gobierno a partir del mes de agosto de este año, y que son parte esencial dentro del régimen de inflación basados en pronósticos, lo que implica que dichas proyecciones son condicionales a la postura monetaria de la institución. Por lo que en todo momento deben evaluarse, monitorearse y en su caso, ajustarse con base en la postura monetaria más eficiente, para cumplir con el mandato constitucional de nuestro Banco Central.

Lo anterior es un reflejo de los avances que ha tenido el Banco de México en materia de transparencia y comunicación, lo que deriva en mayor confianza y credibilidad en la autoridad monetaria.

Cabe señalar que se han logrado importantes avances desde que se inició con la publicación de las minutas de decisión de política monetaria, hasta nuestros días; donde el público actualmente tiene acceso al sentido del voto de los integrantes de la Junta de Gobierno.

Dado el comportamiento reciente de la inflación y el aún endeble proceso de recuperación económica; el canal de actividad en México ha sido limitado para explicar localmente la dinámica inflacionaria. No obstante, el canal de expectativas ya comenzado a jugar un rol preponderante, ya que el papel de este canal puede determinar la inercia y persistencia de las presiones que actualmente enfrentamos; por lo que su monitoreo, vigilancia y anclaje, serán factores a los que hemos de estar atentos para definir el actuar de la política económica.

Autoridades fiscales y monetarias, han brindado estímulos en mayor o menor escala, a sus distintas economías, según se lo han permitido sus márgenes fiscales y, en muchos de los casos, mediante estímulos onerosos que pueden explicar en gran medida el incremento de los precios en las distintas regiones del orbe.

En nuestro país, tanto la autoridad  fiscal como la autoridad monetaria, actuaron de manera decidida para evitar un deterioro de las condiciones económicas y financieras. Esta actuación, se caracterizó también por ser prudente y responsable; pues ésta no se otorgó de manera desproporcionada como se observó en el caso de otras economías.

Las medidas anunciadas por el Banco de México durante el año pasado, proveyeron de liquidez suficiente y necesaria al mercado financiero local, para evitar una propagación de la crisis pandémica a una financiera.

Por su parte, la responsabilidad fiscal con la que se actuó para redireccionar el gasto a la atención de la emergencia, también se hizo de manera responsable, en un contexto en donde las economías parecen haber priorizado la laxitud, nuestro país tuvo la virtud de lograr contar con la prudencia que nos coloca en una mejor posición macroeconómica que la que tienen otras economías similares.

Aunado a la pandemia, incluso muy buena parte como resultado de ella, un reto no solamente para México, sino a escala mundial, es la inflación. Ante esta situación, nuestro Banco Central ha optado por un enfoque prudente y decidido, en cumplimiento con su mandato prioritario de procurar la estabilidad del poder adquisitivo.

Quiero destacar que la fortaleza de nuestro Banco Central, descansa sobre pilares fundamentales para su funcionamiento y para la eficacia en la implementación de sus decisiones.

La autonomía del Banco de México le ha permitido mantenerse independiente del ciclo fiscal y político, esta ha sido primordial para el anclaje de las expectativas de inflación de largo plazo, y es una muestra de la gran credibilidad institucional con la que cuenta esta institución.

El fenómeno inflacionario es pernicioso para la economía en general. Pero lo es más para los que menos tienen, es por ello que quiero recalcar la importancia de mantener un mandato único y un respeto irrestricto a la autonomía del Banco de México, pues estos elementos son indispensables para mantener la certidumbre necesaria para el buen funcionamiento de la economía nacional.

Por otro lado, recordemos que nuestra economía ocupa un lugar importante en el comercio internacional.

En este sentido, otro pilar fundamental sobre el que descansa la fortaleza del Banco de México, son sus reservas internacionales, que actualmente ascienden a poco más de 199 mil millones de dólares.

Las reservas internacionales tienen como objetivo coadyuvar a la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, mediante la compensación de los ingresos y egresos de divisas del país; además de atender desequilibrios abruptos en el mercado cambiario.

Las reservas del Banco de México dan certidumbre al financiamiento externo, lo que nos permite tener acceso a condiciones financieras más eficientes y evitar episodios de alta volatilidad.

Quisiera comenzar a concluir, enfatizando que otro de los pilares más importantes que tiene el Banco de México, es su capital humano.

El profesionalismo de cada una de las personas que desempeñan su labor diariamente, es vital para el sano desarrollo del sistema financiero, el sistema de pagos, la operación de las decisiones de política monetaria y, por supuesto, la provisión de moneda nacional, entre otras funciones que recaen en profesionales comprometidos, a los que les quiero manifestar mi más profundo reconocimiento.

Hacia adelante los retos que tiene la política monetaria son de una enorme complejidad y requieren de un análisis profundo, tanto de las variables observables como las no observables.

Tengo la plena confianza y la seguridad de que, en caso de ser ratificada por este Senado de la República, de la mano de las personas integrantes de la Junta de Gobierno, así como de los profesionales que integran la gran institución, que es el Banco de México, habremos de actuar en todo momento con las herramientas necesarias para la conducción de la política monetaria que aseguren la estabilidad de precios en nuestro país y el sano desarrollo del sistema financiero, en beneficio de toda la población.

Lo anterior, siempre en plena observancia al mandato que la Constitución ha conferido al Banco de México, así como en cumplimiento a las leyes en la materia, respetando la autonomía del Banco Central y trabajando por el cumplimiento de sus objetivos.

Por último, quisiera agradecer el espacio que esta Soberanía me brinda para exponer ante las senadoras y senadores de la República de la Comisión de Hacienda, mi trayectoria profesional y académica, así como mis posicionamientos sobre la situación económica, que permitirán conocer y tener un acercamiento a mi visión de trabajo y mis posibles aportaciones a una institución tan importante y sólida en la vida de los mexicanos, como lo es el Banco de México.

Quedo a disposición de ustedes para los c