La historia de cómo McKinsey impulsó la crisis de adictos a los opioides en EU

McKinsey
Mckinsey artífice de la crisis de los opioides

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La firma de consultoría  McKinsey & Company  llegó a un acuerdo para resolver reclamaciones de subdivisiones políticas y distritos escolares en el litigio multidistrital relacionado con el trabajo de asesoramiento anterior de la empresa para fabricantes de opioides, lo que contribuyó a la crisis de adictos a las drogas en Estados Unidos.

Aunque accedió a pagar más de 230 millones de dólares que se suman a otras sanciones económicas, en un comunicado McKinsey insistió en la legalidad de su trabajo y negó, por lo tanto, las acusaciones en sentido contrario, y el acuerdo no contiene ninguna admisión de responsabilidad o irregularidades.

A principios de la década de los 90s, las empresas fabricantes de opiodes concretaron una agresiva época de ventas resultado de estrategias de mercado para incrementar la prescripción de estos fármacos, lo que resultó en aumento de las recetas en regiones como California.

El resultado de estas estrategias fue un incremento en el abuso, dependencia, sobredosis, adicciones y muertes.

De acuerdo con la demanda presentada por el estado de California contra McKinsey, las estrategias para incrementar las prescripciones de opiodes generaron millones de muertas pero también la ruina de miles de familias.

Por ello y ante el cúmulo de demandas en tribunales,  la firma celebró este acuerdo para evitar el tiempo y los gastos de litigios prolongados y, en el proceso, apoyar los esfuerzos de estas subdivisiones políticas y distritos escolares para ayudar a los afectados por la epidemia de opioides.

En 2019, McKinsey refirió en su comunicado que se comprometió a no asesorar más a sus clientes sobre ningún negocio relacionado con opioides en ningún lugar del mundo.

Y agregó: “También seguimos apoyando a las organizaciones que trabajan para combatir la crisis de opioides. En términos más generales, hemos implementado una rigurosa política de selección de clientes e invertido casi 700 millones (de dólares) desde 2018 para fortalecer nuestros equipos, capacidades y procesos de gestión de riesgos”.

Sanciones económicas por crear una crisis sanitaria

Según los términos de este acuerdo, que requerirá la aprobación del tribunal:

 

  • McKinsey pagará 230 millones de dólares, que las subdivisiones políticas y los distritos escolares utilizarán para abordar el impacto de la epidemia de opioides en sus comunidades.
  • Los miembros del grupo liberarán a McKinsey de todos los reclamos legales que surjan del trabajo anterior de la empresa para los fabricantes de opioides.
  • El pago financiero se distribuirá a las subdivisiones políticas y distritos escolares de manera supervisada y aprobada por el tribunal.
  • Los miembros del grupo tienen derecho a optar por no participar en el acuerdo si así lo desean, y McKinsey también tiene derecho a retirarse del acuerdo antes de la aprobación final.
  • Se espera que el tribunal revise y decida si aprueba preliminarmente el acuerdo en los próximos meses. Después de esto, los miembros del grupo recibirán una notificación formal aprobada por el tribunal sobre el acuerdo propuesto.
  • Luego, el tribunal celebrará una audiencia para determinar si aprueba el acuerdo.

McKinsey refirió que también llegó a un acuerdo para resolver todos los reclamos legales de las tribus nativas americanas, así como un acuerdo en principio para resolver todos los reclamos legales de terceros pagadores relacionados con el trabajo de asesoramiento anterior de la empresa para los fabricantes de opioides.

¿Qué pasó con la “prestigiada consultoría”?

El año pasado dos reporteros de The New York Times presentaron una investigación sobre las prácticas de negocios de McKinsey, una de las firmas que registra la mayor cantidad de solicitudes de egresados de las prestigiadas universidades de Estados Unidos.

De acuerdo con The Guardian, la devastadora investigación de los reporteros del New York Times Walt Bogdanich y Michael Forsythe sobre la consultora descubre una historia de secretos, engaños y daño indescriptible para la sociedad estadounidenses.

El periodista Tim Adams escribió que 200,000 de los graduados más brillantes del mundo solicitan empleo en McKinsey & Company cada año. Cada uno de ellos – dice Adams –  tal vez, lo hace con la creencia de que una solicitud exitosa no sólo les garantizará una gran cantidad de dinero en efectivo (aquellos con un MBA podrían ganar 195.000 dólares en su primer año), sino que también les permitirá crear, como declaran las diapositivas de PowerPoint. , “ un cambio que importa”.

De la revisión del libro de los reporteros de TNYT hecha por The Guardian, se desprende que la consultora de gestión original y más exitosa del mundo intentó, durante un siglo, venderse a clientes y empleados como una “organización impulsada por valores”.  Este relato detallado de las actividades de la empresa –resultado de una investigación de cinco años realizada por dos reporteros de alto nivel del New York Times– proporciona una historia interna, a menudo devastadora, de las formas en que McKinsey fracasa en esa misión.

La respuesta de McKinsey

En un comunicado, luego de la presentación del libro “Cuando McKinsey llegó a la ciudad”, la firma rechazó todas las acusaciones que no sólo se concentran en la crisis de los opioides sino en muchos de los negocios que ha asesorado la firma.

McKinsey difundió un comunicado en el que recuerda que hasta TNYT se ha beneficiado de sus asesorías.

La firma insistió en su decálogo de valores éticos:

“Creemos que los negocios, cuando se gestionan bien y responsablemente, son una fuerza positiva. En prácticamente todos los parámetros, desde la esperanza de vida hasta los niveles de ingresos y los logros educativos, las empresas han estimulado el crecimiento en todo el mundo, sacando a más de mil millones de personas de la pobreza e impulsando las innovaciones necesarias para enfrentar desafíos como las pandemias y el cambio climático”.

Y agregó: “Hemos contribuido a estos éxitos a través de nuestro trabajo apoyando a miles de clientes cada año”.  Sin embargo, dijo, un libro publicado recientemente tergiversa fundamentalmente nuestra empresa y nuestro trabajo.

El libro de TNYT también busca asociarla  con eventos como la crisis financiera de 2008, un escándalo de trampas en las Grandes Ligas de Béisbol o incidentes de seguridad en un parque temático.

“Quizás es por eso que el libro contiene más de una docena de descargos de responsabilidad, sobre estos y otros temas, reconociendo que nuestro trabajo no causó o no estuvo asociado con la tendencia o evento por el cual los autores nos critican.

Respaldamos nuestro historial de ayudar a los clientes a acelerar el crecimiento sostenible e inclusivo para sus organizaciones y el mundo. En los últimos años, nuestros clientes contribuyeron con el 20 % del crecimiento del PIB global y el 80 % de las reducciones reportadas en las emisiones de CO2.

Hemos ayudado a nuestros clientes a aumentar la producción mundial de ventiladores y a implementar vacunas contra la COVID-19, descarbonizar la generación de energía, financiar inversiones históricas en tecnologías de eliminación de carbono y apoyar a los refugiados y la reconstrucción en Ucrania.

McKinsey rechaza acusaciones

 

Y se defendió:

“A pesar del estereotipo que algunos tienen sobre los consultores, McKinsey generalmente es contratado para ayudar a nuestros clientes a hacer crecer sus negocios y ampliar su fuerza laboral.

Nuestros clientes agregan un millón de empleos por año y hemos mejorado o recapacitado a un millón de personas más a través de nuestro trabajo y esfuerzos pro bono.

De hecho, ayudamos al propio periódico de los autores, The New York Times, a desarrollar el modelo de suscripción digital que lo ha convertido en una de las empresas de medios más exitosas”.

Así, la defensa de McKinsey hace un año y ahora debe seguir pagando indemnizaciones a las víctimas de la crisis de los opioides.

El estado de California presentó una demanda contra McKinsey por los servicios de consultoría que brindó a compañías de opioides en relación con el diseño de los planes y programas de marketing de las compañías que ayudaron a causar y contribuyeron a la crisis de opioides.

McKinsey vendió sus ideas al fabricante de OxyContin, Purdue Pharma, L.P. (“Purdue”) durante más de quince años, de 2004 a 2019, incluso antes y después de que Purdue se declarara culpable en 2007 por un delito grave de mala rotulación.

En 2013, llegó el Plan Turbo

En 2013, según la demanda del estado de California, McKinsey realizó otro análisis de las oportunidades de crecimiento de Oxycontin.para Purdue y presentó nuevos planes para aumentar las ventas de OxyContin.

Entre los componentes clave del plan de McKinsey adoptado por Purdue era centrar las llamadas de ventas en prescriptores de opioides de gran volumen, incluidos aquellos que escribieron hasta 25 veces más recetas de OxyContin que sus homólogos de menor volumen.

McKinsey también sugirió eliminar la discrecionalidad de los representantes de ventas en los prescriptores objetivo;  centrar los mensajes de marketing de Purdue para lograr objetivos más elevados y lucrativos.

Además, sugirió aumentar significativamente el número de visitas comerciales a prescriptores de gran volumen; y crear un “modelo alternativo sobre cómo los pacientes reciben OxyContin”, incluida la distribución directa a pacientes y farmacias, para ayudar a abordar el problema del “acceso al producto”.

Purdue aprobó el plan de McKinsey y, junto con McKinsey, se trasladó a implementar el plan para “Turbocharg Purdue’s Sales Engine”, bajo el nombre Evolve, con lo que logró un aumentó significativamente las ventas de opioides de Purdue, en particular, durante OxyContin.

Asesores en casa para asegurar más ventas

Los socios de McKinsey participaron como parte de un Equipo de Supervisión Ejecutiva y Oficina de Gestión de Proyectos, reportando al Ejecutivo de Purdue, a la junta directiva de Purdue.McKinsey trabajó codo a codo con Purdue y ayudó a Purdue a planificar y a implementan el plan Turbo, ayudando con la capacitación, productividad, mensajería y llamadas de los representantes de ventas.

La respuesta de McKinsey ha sido ofrecer una disculpa y pagar:  “Cuando cometimos errores, los reconocimos y realizamos cambios. Nos disculpamos por nuestro trabajo anterior con los opioides y fuimos la primera empresa en trabajar con los fiscales generales estatales de EE. UU. para ayudar a las comunidades afectadas por la crisis”.

“En términos más generales, hemos invertido más de $600 millones para mejorar nuestras capacidades legales, de riesgo y de cumplimiento, y hemos contratado a algunos de los mejores expertos del mundo para liderar esos equipos. Actualmente seguimos una política global de selección de clientes más rigurosa que cualquier otra en nuestra industria”.

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