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La correcta interrelación entre empresarios y consumidores genera un círculo virtuoso que permite generar el proceso económico
Por Eduardo López Chávez*
“Cuando la confianza se rompe, es muy difícil reconstruirla. Solo los buenos resultados pueden lograrlo; la simulación solo lo empeora…”- Macraf –
Uno de los principales activos de cualquier economía es la confianza, tanto de los empresarios, es decir, los dueños del capital que invierten para producir bienes y servicios, como de los consumidores, quienes buscan la satisfacción de sus necesidades, a través de la adquisición de bienes y servicios.
Esta relación es una de las más comunes y a la vez compleja dentro de la economía de cualquier país, dado que, la correcta interrelación entre empresarios y consumidores genera un círculo virtuoso que permite generar el proceso económico.
Dado lo anterior, se vuelve muy importante tener un indicador respecto del sentimiento tanto de empresarios, como de consumidores, respecto de lo que ha sucedido en los últimos meses, sucede en este momento y sucederá, considerando que esas expectativas son las que pueden provocar, en cierto sentido, la expansión o contracción de la producción, para dicho fin en el caso de nuestro país, se utilizan el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) y el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC), ambos publicados por el INEGI de forma mensual.
Ambos indicadores se construyen como forma de índice, es decir, parten de una escala numérica que va del 0 al 100, considerando que el cero implica una total desconfianza y el 100 una total confianza todo lo que se encuentra en medio de estos 2 valores se debe de analizar respecto del 50, que es el punto central del índice, dónde, valores mayores al 50 implican una zona de confianza. Por el contrario, menores al 50 señalan una zona de desconfianza.
Sobre la información recabada en el caso de la confianza del consumidor se responde a cinco preguntas: (I) Situación económica en el momento actual de los miembros del hogar comparada con la que tenían hace 12 meses, (II) Situación económica esperada de los miembros del hogar dentro de 12 meses, respecto del actual, (III) Situación económica del país hoy en día, comparada con la de hace 12 meses, (IV) Situación económica del país esperada dentro de 12 meses, respecto a la actual y (V) Posibilidades en el momento actual de los integrantes del hogar, comparadas con las de hace un año, para realizar compras de muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos, etc.
Al respecto y de acuerdo con los últimos datos publicados, el ICC global se ubicó en 44.8 puntos, es decir, desconfianza, en el comparativo anual, se reporta un incremento de casi dos puntos (1.7), lo que significa que en este momento, los consumidores perciben menor desconfianza que el año previo, sin embargo, de las cinco preguntas, la segunda, se encuentra en terreno de confianza (56.1 puntos), en buen cristiano, los consumidores perciben que la situación mejorará dentro de un año, pero, al solo ser una de cinco, implica un mal resultado.
Ahora bien, en lo relacionado con el ICE, se obtienen cuatro percepciones relacionadas con los sectores: manufacturero, construcción, comercio y servicios privados no financieros, siendo los resultados más recientes los siguientes en lo relacionado con el sector manufacturero: El ICE se posicionó en 52 puntos, donde la confianza mejoró respecto al mes previo, pero empeoró respecto del año anterior; para el sector de la construcción el indicador se posiciona en 47.5 puntos, en un terreno de desconfianza.
De igual forma, el indicador mejora respecto al mes previo, pero empeora respecto del año anterior; el sector comercial, por su parte, arroja un indicador de 47.7 puntos, que mejora con respecto al mes anterior, pero empeora con respecto al año previo.
Finalmente, en lo relacionado con los servicios privados no financieros, tenemos un indicador de 48.3 puntos, desconfianza, con una posición positiva respecto del mes previo, pero, negativa sobre el año anterior.
En conclusión, los empresarios del país perciben desconfianza para invertir, sobre la situación económica actual y futura del país y sobre la situación económica de sus empresas, tres sectores de cuatro se encuentran en terreno de desconfianza, mal resultado.
Dado que ambos indicadores caen en el terreno de la desconfianza, es necesario que desde el gobierno, se impulse una política económica que permita cambiar esa percepción.
¿Qué sucede si seguimos sin hacer los cambios necesarios?
De entrada, no sería motivo de sorpresa que conforme avance el tiempo, disminuyan la inversión y el consumo, generando, por un lado, una desaceleración de la economía, y, por el otro, un incremento en las brechas de desigualdad.
Después de todo, menos consumo e inversión significan menos producción y empleo, lo que resulta, finalmente, en niveles más altos de pobreza y desigualdad. La confianza tanto de empresarios como de consumidores debe tener una gran relevancia en la toma de decisiones económicas, por lo que son indicadores sensibles que nos están indicando el curso de las cosas. Y que no debemos soslayar.
*Eduardo es académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, conferencista, consultor experto en temas económicos, financieros y de gobierno, director fundador del sitio El Comentario del Día y conductor titular del programa Voces Universitarias.
Contacto: https://flow.page/eduardolopezchavez
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