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Al Mundial de Qatar 2022 ahora solamente le queda un partido, el más importante, una final que quedará marcada a fuego en los libros de fútbol. Con la finalización de esta Copa del Mundo se terminan muchas cosas, entre ellas, la fantasía memorable, sin precedentes, que le tocó vivir a Marruecos. Estamos en la noche fresca de Khalifa y el equipo africano acaba de perder contra Croacia el partido del tercer puesto, pero esos rótulos no cambian lo hecho por los marroquíes: dejar al continente en lo más alto con su cuarto puesto, algo que nadie había logrado. Además de ello, se lleva el recuerdo de haber ganado su grupo y eliminado a equipos como España y Portugal en fase definitiva.
En el año 2006, todo cambió y ahí empezó este crecimiento. El Rey Mohammed VI apoyó económicamente la construcción de la Academia de Fútbol Mohammed VI, una institución que tenía como fin ofrecer educación y fútbol. Esa construcción de nueve mil metros cuadrados, costó alrededor de 1400 millones de dólares, se inauguró en 2009 y desde entonces quedó todo en manos de la Real Federación Marroquí de Fútbol (FMRF).
El objetivo de la Federación estaba más que claro: formar futbolistas que aseguren el crecimiento del fútbol en el país. Para ello se contrató a ojeadores de primer nivel llegados desde Europa, que forman parte de un plan que está en pleno auge y sean los encargados de encontrar los talentos y además fabricarlos, pulirlos. El predio construido por Marruecos cuenta con cuatro hoteles de cinco estrellas, ocho campos homologados por la FIFA -uno de ellos cubierto en un edificio climatizado- y un centro médico que incluye hasta un dentista.
Lo hecho por Marruecos tiene una onda expansiva que es absoluta en toda esa región. El candidato a presidente de Nigeria, Abdulsalami Abubakar fue contundente en sus palabras: “Lo que encuentras en Marruecos es que han instalado campos de fútbol en casi todos los barrios. En todos los barrios donde vas a Marruecos, en pequeños pueblos, pueblos y ciudades, encuentras público campos de fútbol. Verás a los niños de primaria jugando al fútbol temprano en la mañana antes de ir a la escuela y más tarde en la noche cuando regresen a casa de la escuela, creo que debemos fomentar eso”.
Esos campos de fútbol en medio de los barrios marroquíes también son parte de la inversión y forma parte del anzuelo para encontrar esos futbolistas. La FIFA ya anunció que el próximo Mundial de Clubes se jugará en Marruecos, algo que muestra la solidez del fútbol en ese país.
Marruecos se marcha de Qatar con el mayor de los honores y serán recibidos en su país como héroes. La marca quedará para siempre y será difícil de repetir. No obstante, para los que están metidos en el fútbol marroquí, esto no es una sorpresa, sino un efecto preciso de una inversión histórica.