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Esta compañía estadounidense que cotiza en la bolsa de valores de EU vio más potencial en México que en Sudamérica para hacerse de socios hace casi 15 años. Con esos frutos, ahora va por una tajada del comercio electrónico entre ambas naciones.
A principios de mayo, Ryder México, una firma de gestión de flota comercial, transporte especializado y soluciones en la cadena de suministro, anunció que expandía su capacidad en Ciénega de Flores, Nuevo León, y en Laredo, Texas, y que iba a fortalecer su enfoque de negocio tanto en Ciudad Juárez, Chihuahua, como en Tijuana, Baja California, de este lado de la frontera, la más dinámica del mundo. Y lo está cumpliendo.
En entrevista con Fortuna, Ricardo Álvarez, director de desarrollo de negocios y soluciones de Ryder México, cuya casa matriz facturó 9,700 millones de dólares (mdd) al cierre del año pasado, explica que el proyecto de Ciénega de Flores ha implicado el desarrollo de una nave de 18,000 metros cuadrados (m2) para los siguientes 5 años, con la posibilidad de renovar el contrato por 5 años más, mientras que el desarrollo en territorio estadounidense comprenderá 20,000 m2 adicionales a los 10,000 m2 originales, y cuyas obras arrancaron recién en este tercer trimestre.
En palabras de Álvarez -que argumenta que en este tipo de industrias los montos de inversión son irrelevantes frente al impacto de la proveeduría en las cadenas de valor- las iniciativas puestas en marcha significarán “triplicar” la capacidad de procesar transacciones de comercio internacional entre Estados Unidos y México.
Para Ryder México hay una relación especial con los estados norteños del país, como es el caso de Nuevo León, donde tienen presencia en el municipio de Santa Catarina con una nave de 100,000 m2.
La edificación de los centros de operación o naves de la compañía son producto de contratos a mediano plazo con desarrolladores industriales, hechos a la medida, y orientados a agilizar el flujo de las mercancías, más que su almacenamiento.
Es decir, los procesos se encuentran más relacionados con lo que en la jerga se conoce como expeditación, o recibir el producto, desconsolidarlo, procesar las órdenes más pulverizadas, y hacerlas llegar al consumidor de lado norteamericano, o de lado mexicano, con un escalón intermedio donde figuran plantas manufactureras que operan en ambos países, unidos por una frontera común de 3,152 kilómetros de longitud.
“Nuestra labor es facilitar, reducir tiempos, bajar costos. La escalabilidad, donde una misma Instalación puede servir a 6, 8 o 10 clientes de diversas industrias y obtener los beneficios de esa escalabilidad de nuestras soluciones”, menciona Álvarez.
Las acciones de la casa matriz de Ryder forman parte del índice promedio de transporte Dow Jones y el indicador S&P Mid Cap 400, de la bolsa de valores de EU, considerado el mercado financiero por excelencia.
¿Nubarrones?
La empresa ha dejado inalterable su plan de expansión en el país, a pesar de fenómenos como la alta inflación, agudizada por el conflicto bélico de Europa del Este, el estancamiento económico, o recientemente la crisis entre EU y Canadá contra México por la conducción de sus autoridades sobre la política energética nacional, con miras a centralizar la función del Estado, contraviniendo el espíritu de competencia.
Álvarez considera que el peor suceso para Ryder, el arribo de la Pandemia desatada por el Covid-19, estaría por terminar, con un saldo que en 2021 representó para el negocio una caída en su crecimiento de 12% y minusvalías para el Sector Automotriz. Un año después, la empresa creció a una tasa de 18%, lo que significó un alza neta de 6%.
Otra crisis se vivió entre 2008 y 2009, durante la debacle de los créditos hipotecarios en EU, para después mantener un crecimiento anual sostenido con tasas de 10% hasta 2019. Junto con la expansión neta del 6% ocurrida entre 2020 y 2021, las proyecciones ahora son de un crecimiento de 11% hacia adelante.
“Entre los próximos 12 a 24 meses (mantendremos) un ritmo de crecimiento entre el 10% y el 11%. Sabemos que para poder lograr esto, necesitamos estar alertas a las diversas industrias que servimos, dispuestos a adaptarnos a (su) nueva mezcla”, visualiza el ejecutivo sobre un negocio en donde un externo da servicios de logística a empresas que deciden terciarizar el control de sus operaciones.
Ryder México atiende las actividades del sector automotriz, además de un amplio espectro de consumo, que incluye a las industrias de alimentos, bebidas, medicamentos, y dispositivos electrónicos y de alta tecnología.
Después de modificar su mezcla de ventas, que en el pasado reciente dio un mayor protagonismo al sector automotriz, ahora la empresa asegura estar lista para seguir con su diversificación, donde el comercio electrónico es una de las grandes apuestas.
Lo que sigue
Álvarez asegura que los planes de generar una nueva unidad de negocio, el de comercio electrónico, que en EU se formalizó tras adquirir el 100% de una empresa especializada en el ramo a finales de 2021, les abrirá nuevas oportunidades; “arrancar esta tecnología de esta nueva compañía…es algo que estará en 2023 ya seguramente en el mercado (mexicano); en el primer trimestre”, anticipa Álvarez.
La casa matriz, Ryder, de hecho, anunció inversiones de 50 mdd a finales del año pasado por medio de su fondo de capital de riesgo RyderVentures, para empresas que creen soluciones de comercio electrónico, de vehículos de nueva generación, y sobre la automatización de las cadenas de suministro y el análisis de datos, lo que ayudará a identificar los “puntos débiles” de su clientela, a fin de acelerar la comercialización de sus productos.
En México, al igual que en todas las operaciones globales, la Pandemia causada por el coronavirus vino a abrir la cancha completa a actividades como el soporte logístico y las soluciones digitales, que se volvieron imprescindibles. Álvarez recuerda que su oferta de servicios cambió no solo en el tipo de industria a atender, sino en la manera de llegar al cliente, con órdenes más pulverizadas; “hoy día ya (estamos) convirtiéndonos en una empresa que quiere también jugar en el comercio electrónico”.
A partir de la regulación de la contratación por outsourcing, Ryder México también tuvo que asumir sus costos; en 2021 obtuvo el Registro como Proveedor de Servicios Especializados (REPSE) fundamental para ejercer este nuevo rol
“Teníamos una flotilla de más o menos 80% de empleados nuestros, y un 20% de colaboradores externos. Y todo esto implicó convertir al 100% los colaboradores externos y esto también implicó un costo”, que significó un peso del 6% sobre el costo de la administración de la nómina.
En medio de la crisis financiera mundial de hace 14 años, Ryder desinvirtió en Brasil, Argentina, Chile y Colombia y centró sus esfuerzos en el objetivo de crecer en el bloque económico de América del Norte, con un tratado comercial recién estrenado en 2020, el T-MEC, que hoy puede verse empañado por las disputas de la política energética de México, de acuerdo con quejas de EU y Canadá en el marco del acuerdo comercial.
Ryder dice que sostendrá sus planes de expansión, puesto que en eso también ha radicado parte de una estrategia bien lograda desde su llegada al país en 1994, en medio de la crisis conocida como el efecto Tequila, originada en México.