Aplaza nuevamente AMLO decisión sobre participar en la Cumbre de las Américas

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A escasos diez días de que se inaugure la reunión en Los Ángeles, el presidente dijo que espera una respuesta formal de la Casa Blanca a su propuesta de que todos los países del continente sean invitados.

El presidente Andrés Manuel López Obrador mantuvo en suspenso su participación en la Cumbre de las Américas que será inaugurada el próximo 6 de junio en Los Ángeles, California.

Ayer jueves, al concluir su conferencia de prensa matutina, adelantó que hoy viernes ya daría una postura final sobre su participación. Esto, porque desde el primer momento aseguró que no asistiría a la reunión en caso de que fueran excluidos Cuba, Nicaragua y Venezuela, que no son considerados regímenes democráticos.

Voceros del gobierno estadounidense indicaron en las últimas horas que Nicaragua y Venezuela no serían invitados y que, en el caso de Cuba, no se invitaría al presidente Miguel Díaz-Canel sino a una representación del gobierno de la isla.

Con esto, se esperaba que en la conferencia de este viernes —celebrada en Culiacán, Sinaloa— finalmente definiera si asiste a la Cumbre o envía una delegación encabezada por el canciller, Marcelo Ebrard.

Sin embargo, cuestionado al respecto, señaló que “todavía estoy esperando que se giren las invitaciones a todos los países de  América para que, en efecto, sea una Cumbre de las Américas”.

“Vamos a esperar que, formalmente, nos respondan y a partir de ahí vamos a tomar una decisión”, añadió. Es decir, la misma postura que ha mostrado en las últimas semanas.

Esa respuesta a la que hizo referencia, tendría que venir ya fuera de la propia Casa Blanca o del Departamento de Estado.

López Obrador también insistió en que, independientemente de que él asista o no, México impulsará la idea de crear un organismo similar a la Unión Europea con las naciones del continente.

Consideró que esto ayudaría a que el continente americano fuera la región más próspera y justa del mundo. Además, bajo las actuales circunstancias económicas, dejar de importar mercancías de otras regiones reduciría costos para los consumidores.

Por Raúl Castro-Lebrija