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Sólo algunos economistas destacaron la cifra adelantada del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) de México a marzo, cuando creció 0.8% a tasa mensual; de confirmarse el crecimiento, la economía nacional mostraría una saludable recuperación en el primer trimestre del año, contra toda perspectiva.
Las proyecciones de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), o la de varios analistas, sin embargo, no contribuyen “a la ecuación”. Sobre todo a más largo plazo.
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) asevera que el PIB del país solo crecerá 1.4% al término de este año, mientras que la encuesta más reciente de expectativas de Citibanamex arroja una proyección mediana de 1.9% entre los 34 grupos financieros participantes, donde el propio Citi coloca entre los más bajos, con 1.3%.
El mismo ejercicio indica que BBVA y Paribas dicen que el crecimiento para 2022 de México no rebasará el 1.2 por ciento.
Alejandro Hernández, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) asevera que las condiciones de la economía han seguido deteriorándose a consecuencia “tanto de un panorama global más retador como de un entorno doméstico más adverso”, donde cita la decisión de la Suprema Corte de Justicia de declarar inconstitucional las impugnaciones contra la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), negativa para la inversión privada al prevalecer el criterio de despacho prioritario de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Con el Indicador Oportuno de la Actividad Económica de marzo, sujeto a revisiones posteriores, los especialistas tienen ya un pronóstico del desempeño de la economía más acertado. Al menos para el primer trimestre de 2022.
Al alza
Grupo financiero Monex calcula que la cifra adelantada de marzo contribuiría a un crecimiento de 1.6% del PIB entre enero y marzo de este año, la más alta en 10 años.
La proyección de Monex no toma en cuenta los resultados distorsionados del tercer y cuarto trimestre de 2020, con los efectos más pronunciados de la Pandemia del Covid-19, por lo que significaría la mayor variación trimestral del PIB “no solo de la presente administración, sino de los últimos 10 años”.
Si bien otros grupos financieros hacen sus pronósticos con cifras originales, que excluyen el efecto calendario, y con los datos confirmados a enero, los datos del indicador adelantado del tercer mes del año arrojan también un crecimiento trimestral positivo.
El grupo financiero Banorte estima que entre enero y marzo la economía del país habría crecido 1.1%, apoyada por un menor impacto de “Ómicron”, la nueva cepa del coronavirus surgida en diciembre en Sudáfrica, y ante una mayor fortaleza de la demanda externa, especialmente en las manufacturas.
“Además, pensamos que las condiciones domésticas fueron relativamente positivas, evidenciadas por un mejor desempeño hasta ahora en los servicios”, sostiene.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el dato de marzo del indicador preliminar exhibió un progreso tanto para la Industria como para el Sector de los Servicios, que habrían crecido en 1% y 0.7%, respectivamente, comparándolos con el resultado de un mes antes.
Monex destaca que las cifras de marzo son relevantes porque exhiben un cambio de tendencia para la economía mexicana, con cinco meses de crecimientos consecutivos y variaciones mensuales superiores al promedio obtenido durante 2021.
Qué sigue
José Luis de la Cruz, del IDIC, estima que el crecimiento preliminar del tercer trimestre se ubicaría en 1.7%, apoyado principalmente por una sólida expansión trimestral de 3.3% del Sector Industrial.
El Sector Servicios, por el contrario, mostraría debilidad, con un progreso de sólo 0.9%, en su medición trimestral, de acuerdo con de la Cruz.
El especialista coincide que el aumento en la inflación al consumidor y al productor ha venido superando las expectativas del Banco de México; también lucen deterioro frente a los Criterios Generales de Política Económica del propio gobierno. Enfrente, las proyecciones de incrementos de la tasa objetivo de México para contener la presión en los precios siguen al alza.
El estimado mediano del sondeo de Citibanamex la ubica en 8% en este año, y en niveles de 8.50% para 2023, por lo que el dinero más caro también impactaría la reactivación.
Los especialistas resaltan el menor ritmo de crecimiento para EU, el principal socio comercial de México; el FMI dijo ayer que ahora espera que la principal economía del mundo crezca en 3.7%, tres centésimas menos a su anterior proyección.
La guerra de Ucrania, el principal argumentario del FMI para reducir sus proyecciones de crecimiento global desde un 4.4% a un 3.6% paa este año, puede complicar más las cosas.
“Los riesgos exógenos y endógenos han aumentado y se manifestarán durante el segundo trimestre del año; será relevante prever un programa contingente para evitar que la economía nacional entre en una fase de mayor desaceleración”, apunta de la Cruz, también presidente de la comisión de estudios económicos de la confederación de industriales, Concamin.