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La artista Berta Kolteniuk expone en el Museo de la Ciudad de México
Redacción.
“Mi trabajo se encuentra dentro del contexto de la pintura expandida. Investigo la pintura misma y su campo de acción dentro y fuera del bastidor explorando el espacio hacia lo tridimensional. Mi interés y asombro por la naturaleza me han llevado a investigar sobre el origen de la vida, las formas biológicas como las células, animales, plantas o planetas, de lo micro a lo macro cósmico”, señala Berta Kolteniuk, quien inaugura hoy una exposición en el Museo de la Ciudad de México (Pino Suarez # 30, Centro Histórico).
La artista Berta Kolteniuk expone su más reciente trabajo en pintura, escultura e instalación en dialogo curatorial con Rodrigo Ramírez, presentando 21 piezas realizadas durante la pandemia.
Se trata de una reflexión sobre el mundo en el que vivimos, una visión del planeta desde el espacio, como ese pequeño punto azul que orbita en el universo.
“Somos todos pequeñas criaturas que habitan un planeta generoso en naturaleza, que nos da vida y es nuestro único hogar posible, el planeta que debemos cuidar. La pandemia, nos ha puesto a todos en el mismo nivel de incertidumbre y afectación, sin importar el lugar, la geografía, la condición social o racial, es una conciencia que nos ha unido en medio de una realidad compleja”., agregó.
Pero también, hay muestras de lo contrario, actos infames como por ejemplo la muerte de George Floyd en Estados Unidos, que motivó a la artista a realizar la obra “I can’t breathe”, que consiste en una instalación de 54 paneles pequeños de diferentes tonos de azul, pintados al óleo, con un horizonte blanco colocado a distintas alturas, para generar un ritmo con la idea de un respiro, era como pintar el aire, el cielo en todos los tonos posibles. Estarán colocados sobre unas pequeñas repisas, en hileras de tres, formando una longitud de 7 metros, para que el espectador lo camine.
“Pangea”, titulo de otra pieza, realizada con pintura acrílica derramada sobre un bastidor con tela de casi dos metros, está hecha con una paleta cromática de colores sutiles, los tonos más bajos posibles que dan una vibración fría en relación al blanco.
“Es una referencia a la fragilidad de la vida, así era como muchos nos estábamos sintiendo, no podía usar otros colores en ese momento y realicé muchas piezas que curiosamente, lo que produjeron en el espectador fue una sensación de ternura. Pangea es el mundo en origen, cuando todo era un solo continente”, dice Kolteniuk.
Según Rodrigo Ramírez, el trabajo de Berta Kolteniuk se genera como una afectación tectónica-(exterior) corporal- (interior), como respuesta sensible y afectiva a su apertura absoluta del mundo.
“Concebidas así, como Cuerpo- mundo, sus obras son constelaciones de órganos o universos colapsados al interior de espacios micro-afectivos que develan una existencia que no tiene limites fijos y surge como la intrusión de una dimensión maquínica inconsciente en la subjetividad ordinaria. Como practica, su obra busca dar corporalidad y posibilidad a la materia como sensación, volcando el interior del cuerpo al exterior, pintura de los bordes, receptáculo del afecto y de la pasión –afección del mundo”
La pieza central, y que da nombre a la exposición, es una escultura interactiva que consiste en una esfera cubierta con tiras de pintura acrílica de color azul y estará colocada al centro de la sala, sobre una tarima de madera donde el espectador tendrá la oportunidad de hacerla rodar de un lado al otro. Una pequeña acción puede tener mayores repercusiones.