The Batman, no es otra tonta película de superhéroes

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El director Matt Reeves y el actor Robert Pattinson lograron crear a un personaje fascinante.

Vicente Gutiérrez

Suena, lagrimea y desgarra Kurt Cobain en “Something in the Way”, mientras la voz en off de Batman acompaña al espectador por Ciudad Gótica, tierra de nadie, bañada en sangre y secuestrada por la oscuridad que impacta al espectador en rojo/negro de principio a fin.

Es  The Batman, la “misión imposible” del director Matt Reeves, quien se inspira justamente en Cobain para crear al nuevo Batman (Robert Pattinson),  un superhéroe que no es lo más.

Ahora es un suicida, un zombie que camina con su traje negro y antifaz que le permite esconder su tristeza y lágrimas; es un rockstar perdido a un paso del suicidio.

Batman sabe que perdió todas las guerras. El mal sí gana y Ciudad Gótica se lo hace saber a cada paso, son calles rabiosas y llenas de cicatrices esperando a devorarlo.

El millonario Bruce Wayne es una sombra, un zombie a punto de la quiebra, no es socialité ni influencer, no es nadie.

The Batman, no, no es la clásica y boba película de super héroes con chistes, acciones explosivas a todo momento para que el espectador grite de emoción mientras devora palomitas y su hotdog, es más un thriller, una cinta de detectives, con tonos de terror y se agradece.

Matt Reeves, director de películas como Cloverfield, Déjame entrar o El Planeta de los Simios, decidió que su Batman, no sería más el héroe, ni popular, digamos que ahora es el nerd, una sombra, un animal nocturno que deambula sin esperanza ni super poderes… aunque resiste todo.

Así, Batman se enfrentará a El acertijo (Paul Dano) sin el ridículo traje verde pegadito, aquí es un aterrador asesino en serie que hace transmisiones online de sus crímenes y convoca a sus fanáticos a matar mientras se escucha el “Ave María”, de Michael Giacchino que lo hará temblar.

El Acertijo pondrá a prueba a Batman y al Teniente Gordon (Jeffrey Wrigth), quien se vuelve su compañero inseparable.

Es inevitable no encontrar en la película guiños a Seven y Zodiac de David Fincher; la lluvia que cae insistentemente en Ciudad Gótica y la persecución del asesino con dos personajes que siempre llegan tarde, dentro de una atmosfera asfixiante, repleta de oscuridad y con un tono de cine negro contemporáneo que impacta.

La película se inspira en tres cómics, pero uno que sin duda influyó de manera determinante es Batman Año uno de Frank Miller, se nota en la brutalidad de cada escena, lo “bonito” no cabe aquí.

Pero en el mundo de Matt Reeves, resaltan personajes como: Carmine Falcone, un extraordinario John Turturro y el Pingüino, un irreconocible Colin Farrell, quien en es protagonista de uno de los  momentos más emocionantes de la película: una persecución en el famoso batimóvil, que pierde su elegancia para convertirse en una máquina de guerra.

Salvo algunos defectos, como cuando Batman vuela, el romance con Catwoman (Zoë Kravitz) y diferentes artificios visuales que intentan asombrar sin importar lo qué sucede en la historia, la realidad es que The Batman no necesita de la fórmula  del cine de superhéroes para ser grandiosa, emocionante y al mismo tiempo aterradora.

Es un Batman real, perdedor, vive traumado y repleto de miedos que está atormentado por su pasado que revive… pero aún así, tratará de salvar a su ciudad y tienen que ver cómo lo hace.

The Batman tiene una duración de tres horas y los fans lo van agradecer, el espectador no, de hecho, varios se salieron en mi sala.

Considero que el director pudo editarle uno 30 minutos, pero vamos, es un nuevo Batman, que sin duda es el inició de una nueva era para el personaje y su universo de enemigos que esperan desde el manicomio Arkhamacabar con él algún día.