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“México sigue bien posicionado como destino para empresas que están reconfigurando sus cadenas de suministro para minimizar los riesgos que se hicieron evidentes con la pandemia”, señaló la institución.
Aunque México se mantendrá como un destino atractivo para la Inversión Extranjera Directa (IED), Banorte advirtió tres riesgos que podrían provocar que los flujos en el 2022 crecieran en solo un dígito.
Esos riesgos son “incertidumbre por nuevas olas de contagio, menores estímulos fiscales y monetarios en medio de persistentes presiones inflacionarias y la posibilidad de disyunciones por mayores riesgos geopolíticos”.
Incluso “en el lado doméstico, no descartamos un impacto por una mayor volatilidad antes de las elecciones intermedias, con eventos políticos importantes típicamente disminuyendo los flujos”, manifestó.
“En conclusión —dictaminó Banorte— esperamos que la IED crezca en 2022 a una tasa de solo un dígito”.
La institución recordó que, según el estimado preliminar de la Secretaría de Economía, la IED en el 2021 alcanzó 31,600 millones de dólares, lo que representaría un incremento de 8.7% contra lo registrado en 2020.
“Tras una fuerte caída en 2020 (-18.8% anual) por la pandemia, la IED parecería haber retomado una tendencia positiva. Sin embargo, todavía hay espacio para crecer, con una brecha de 2,500 millones de dólares aun por cerrarse. En nuestra opinión, los desafíos persistieron a través del año, principalmente aquellos asociados al virus, con el mundo batallando con nuevas variantes y olas de contagios que provocaron episodios de incertidumbre”, explicó.
“Aunque el incremento de 8.7% anual parece moderado frente al promedio mundial de 77% estimado por las Naciones Unidas”. En el 2022 podría continuar esa tendencia positiva, aunque los riesgos antes señalados.
“Consideramos que la extensión de la recuperación global debería seguir apoyando a los flujos, especialmente por algunas ventajas clave en manufacturas”, expuso.
“México —añadió— sigue bien posicionado como destino para empresas que están reconfigurando sus cadenas de suministro para minimizar los riesgos que se hicieron evidentes con la pandemia”.
Por Raúl Castro-Lebrija
