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La Confederación criticó las declaraciones de la directora general del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, quien comparó los programas de posgrado de las universidades con “comida chatarra peligrosa”.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) se dijo preocupada por las recientes declaraciones de la directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, sobre los programas de posgrado impartidos por universidades particulares.
La funcionaria señaló que dichos programas son “comida chatarra peligrosa” y que “son un negocio que vende conocimiento con poco énfasis humanístico, científico o aplicado a la incidencia social y ambiental”.
Al respecto, el organismo aseguró que “la embestida desde el gobierno en su contra y en contra del conocimiento debe parar. México sólo saldrá adelante con unión, diálogo, mutuo entendimiento y respeto a la pluralidad”.
Por principio, señaló Coparmex, estas aseveraciones constituyen una descalificación lamentable, que desconoce las aportaciones realizadas por las instituciones de educación superior particulares a la educación nacional.
Más aún, “en México, las universidades particulares, cuentan con académicos que son parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y con programas de posgrado evaluados y acreditados por el propio Conacyt; además, mantienen alianzas estratégicas con importantes universidades a nivel nacional e internacional, que les permiten ofrecer a sus estudiantes y docentes, una sólida formación académica”.
Coparmex reiteró que la enseñanza por universidades particulares a nivel licenciatura y posgrado “ha sido fundamental en la educación de profesionistas de alto nivel académico, de gran conciencia social y en la generación, difusión y divulgación de conocimiento reconocido en México y el extranjero”.
“Estamos convencidos que los programas académicos deben diferenciarse por la calidad, pertinencia y contribución al desarrollo nacional y no por si son impartidos por instituciones de educación pública o particular, pues esta última no puede ni debe concebirse como contraria o en detrimento de la educación superior pública”, concluyó.
Por Raúl Castro-Lebrija