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La película narra la historia de Richard Williams, el padre de las dos tenistas más famosas y millonarias del del mundo.
Vicente Gutiérrez
La película King Richard, protagonizada por Will Smith, sobre Richard Williams, padre de Venus y Serena, dos de las tenistas más exitosas del mundo terminará en la ceremonia del Oscar con varias nominaciones y ganará algunos premios.
Es una clásica biopic sobre un hombre que diseñó, impulsó y cuidó la carrera de sus dos hijas para que al final dominarán y triunfarán (con todo en contra) en un deporte como el tenis.
Una familia afroamericana en un deporte de “blancos ricos”, viviendo en Compton, California y sin experiencia alguna es una historia de lucha y superación, que cuenta con todos los elemento para que Hollywood se rinda ante ella.
Pero más allá de su valor artístico, me llamó la atención las lecciones de negocios que incluye King Richard, porque el padre de las tenistas lo tenía muy claro: estaba trabajando en su patrimonio y en sus hijas.
Me explico. Durante toda la película, Richard Williams habla de un plan, el diseña todo para que sus pequeñas hijas triunfen en el tenis.
Se convierte en un vendedor del “plan” de negocios que tiene para Venus y Serena, sin embargo, lo rechazan constantemente, pero él, como buen emprendedor, insiste hasta que logra vender su idea.
Un ejemplo claro, es cuando Nike le ofrece a Venus 3 millones de dólares sin siquiera haberla visto jugar un partido de tenis; ella lo rechaza, juega y pierde contra Arantxa Sanchez…pero consigue un contrato de 12 millones de dólares con Reebok.
Richard Williams carga todo el tiempo con un folleto detallando el plan para sus hijas, de hecho, desde antes de que nazcan ya lo tiene y no se cansará de “capacitar” a sus hijas con frases como: “Eres la mejor”, “El éxito es tuyo”, “Tus sueños se harán realidad”.
Aunque en la película no se explica del todo el famosos plan; la realidad es que las decisiones del padre de Venus y Serena son las adecuadas, aunque, para la industria del tenis mundial sean descabelladas.
Como todo emprendedor, Richard se enfrenta al sistema y a las reglas establecidas para seguir su plan, siempre habla de un plan que tiene para que sus hijas sean las mejores del mundo.
Pocos lo entienden, todos piensan que es un charlatán hasta que ven a sus dos hijas jugar y entienden que Williams ha seguido paso a paso su idea con dinámicas rigurosas, repleto de esfuerzo y sacrificio.
La mejor enseñanza de negocios en la película es justamente diseñar y tener un plan de vida que nos permita alcanzar nuestros sueños en la vida y los negocios.
No podemos dormir sin un plan para el día siguiente, dice el padre de las tenistas.
“Toda la vida nos preparamos para este momento, tenemos un plan y no vamos a fallar”, dice Richard Williams.
El resto es historia: Serena Williams tiene una fortuna estimada de 225 millones de dólares, cuenta con alrededor de 34 empresas y es una leyenda del tenis mundial.
Mientras que la fortuna de Venus William supera los 100 millones de
dólares y tiene triunfos por doquier.
Ambas son consideradas las reinas del tenis mundial y su legado es histórico; todo, gracias al plan de un padre que se enfrentó a todo para que sus hijas triunfarán en la vida, dentro y fuera de la cancha.