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Mantener la inflación a raya durante 2020 en medio de la peor crisis sanitaria y económica en décadas no sólo permitió la preservación del poder adquisitivo de los mexicanos, sino que repercutió en una mayor solidez del sistema bancario, hoy listo para financiar el crecimiento económico, aseveró en un análisis la Fundación de Estudios Financieros (Fundef).
Los expertos de la organización ponen de relieve que al ser la inflación la variable más destacada en la estabilidad de indicadores financieros, su control durante la crisis del año pasado por parte del Banco de México (Banxico) derivó en una realidad apenas vista: el choque que significó la Pandemia desatada por el Covid-19 no se amplificó porque este referente se mantuvo bajo control.
Si bien los bancos tenían una solidez probada desde antes de la Pandemia, lo que les permitió manejar eficiencias en plena crisis, las familias mexicanas, en promedio, no contaron con este recurso, pero consumieron menos, mientras que el excedente se fue directo al ahorro, además de que hubo una menor demanda del crédito.
En la crisis, la disminución del monto de crédito al consumo equivalió a 0.44% del PIB, lo que implica que los hogares destinaron recursos adicionales a disminuir su deuda, resalto la organización especializada en el Sistema Financiero mexicano.
Varias empresas mexicanas tampoco registraron un sobreendeudamiento.
Mientras hogares, familias y empresas mexicanas no rebasaron el crédito bancario por el equivalente al 34.2% del PIB, incluyendo el crédito hipotecario, la deuda del sector privado de Estados Unidos, equivalió al 216% de su PIB, la de Corea del Sur a 165% y la de Brasil a 70% del PIB, entre otros ejemplos señalados por Fundef.
Sin cargas
La organización explica que con base en estimaciones para cuantificar lo que implica el nivel de endeudamiento de la economía de México en términos del pago del servicio de la deuda para los hogares y las empresas en 2020, el saldo coloca favorable inclusive si se compara con 2019.
El servicio de la deuda como porcentaje del PIB del crédito al consumo pasó de 1.48% a 1.44% entre un periodo y otro, mientras que el del servicio de la deuda de las empresas pasó de 2.01% a 1.82 por ciento.
Así, los datos revelan que la carga financiera del crédito al consumo y de las empresas fue menor en 2020 que un año antes.
La única carga financiera que subió dentro del financiamiento que realiza la banca al Sector Privado fue el segmento hipotecario, que pasó de 1.09% a 1.17%
“El costo del servicio de la deuda hipotecaria subió marginalmente por el mayor monto de crédito. En todos los casos parece no ser excesivo”, resaltó la organización.
Fundef cita documentos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que dan evidencia de lo que sucedió a nivel micro en hogares y empresas revelan que, en promedio, estos grupos estuvieron en posibilidad de seguir pagando sus deudas. Y lo hicieron.
El resultado es que en el nivel promedio de los hogares el flujo neto después del pago de las erogaciones financieras fue positivo, resalta.
“La conclusión es que seguimos teniendo un Sistema (bancario) sólido, que puede apoyar a la recuperación económica”, enfatiza.