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La agencia de riesgos crediticios Fitch Ratings dijo el miércoles que ratificó la calificación del Soberano de México en “BBB-“, con Perspectiva Estable, una acción que confirmó el 11 de noviembre de 2020, tras la rebaja desde un “BBB+” de abril de ese año, en pleno arribo de la Pandemia del Covid-19.
“La calificación de México está respaldada por un marco de política macroeconómica prudente, finanzas externas estables y sólidas, y deuda pública (frente al) PIB estable, proyectada en niveles por debajo de la mediana de ‘BBB’”, dijo la firma calificadora en un comunicado, fechado en sus oficinas centrales de Nueva York.
En contraste, apuntó la empresa experta en riesgos crediticios, la calificación del País se ve limitada por una gobernanza débil y un crecimiento moderado a largo plazo, además de poner énfasis en la “intervención política” persistente del gobierno, misma “que afecta las perspectivas de inversión”.
“Un patrón de intervención de la política ´microeconómica´ en los mercados y la desconfianza en las entidades reguladoras autónomas continúa afectando el clima de (la) inversión y la calidad de la gobernabilidad de México, aunque el enfoque principal sigue siendo el sector energético”, asevera Fitch.
La calificadora también menciona las implicaciones sobre las Finanzas Públicas de la estrategia del Gobierno Federal por aliviar la carga fiscal de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Si bien las primeras consideraciones habían sido expuestas hace un año, cuando refrendó la calificación de México, ahora incorpora una opinión sobre el presupuesto de 2022 apenas aprobado por el Congreso la semana pasada, donde, asegura, no hay elementos para corregir los bajos ingresos del gobierno, que además están presionados por el costo de las pensiones.
“El presupuesto mantiene el compromiso del Gobierno de no aumentar los impuestos, pero incluye medidas tributarias para incentivar a las pequeñas empresas a unirse al sector formal”, pero donde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, dice, no asume que esta acción repercutirá en la ampliación recaudatoria.
“Los colchones fiscales, como el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP), aunque no se agotan por completo, ya no están disponibles para compensar las pérdidas materiales de ingresos”, destaca Fitch.
La firma calificadora pone énfasis en la agenda política del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya piedra angular ha sido la reversión de las reformas que permiten la participación privada en el mercado de la energía y la electricidad.
El último esfuerzo es una reforma constitucional que modifica el sector eléctrico presentada al Congreso en septiembre de 2021, recuerda.
La reforma pretende transformar a la CFE en una entidad estatal autónoma, limitar la participación del sector privado y otorgar a la CFE y la Secretaría de Energía plena autoridad reguladora y de despacho.
Lo barato sale caro
Si bien la agencia resalta el modesto apoyo fiscal que ha dado México a la reactivación de su economía, en lo que representa la peor crisis sanitaria y económica en 100 años, lo que ha resultado en bajos déficits fiscales y en un aumento menor de la relación deuda/PIB frente la mayoría de los demás países con calificaciones de “BBB”, advierte que, hacia adelante, traerá consecuencias.
“…en opinión de Fitch, el impulso fiscal limitado probablemente resultará en costos sociales más altos (por ejemplo, índices de pobreza y subempleo más altos), lo que aumentará el riesgo de cicatrices económicas y afectará el potencial de crecimiento futuro”, indica.
Otros expertos ya han reprobado el bajo apoyo fiscal de México a su economía durante la Pandemia, con recursos equivalentes a apenas 1.3% del PIB, frente a lo canalizado en economías similares, como Brasil, de 6.5% del PIB, o inclusive más pequeñas, como Perú o Colombia, de 9.2% y 2.6%, respectivamente.
La última encuesta de expectativas entre especialistas del Sector Privado que recaba el Banco de México (Banxico) indica que los expertos modificaron a la baja sus proyecciones de PIB del País a 6% al término de este año; 2.90% para 2022 y de 2% para 2023.
El promedio de crecimiento de México ahora es de 2.10% para los siguientes 10 años.
Fitch anticipa déficits para el “Gobierno general” (aproximación utilizada para propósitos de comparación y en su modelo de calificación soberana) de 2.5% del PIB en 2021 y de 2.3% en 2022, desde el 2.4% que reportó el año pasado.
El factor Pemex
Fitch dijo el miércoles que ve la deuda de la petrolera estatal Pemex, equivalente al 9% del PIB, como un pasivo contingente del Soberano.
Fitch menciona que espera que el Gobierno Federal continúe apoyando financieramente a Pemex, rebajado a grado especulativo, “BB-“, y con Perspectiva Estable.
“…una prioridad de esta administración ha sido fortalecer el papel de las empresas estatales de energía de México”, resalta.
El presupuesto de 2022 reduce el impuesto a la participación en las utilidades de Pemex, el DUC, o derecho de utilidad compartida de 54% a 40%, lo que reduce la carga tributaria de Pemex en aproximadamente 80,000 millones de pesos (mdp), equivalente al 0.3% del PIB.