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Será el 31 de diciembre cuando concluya la gestión de Alejandro Díaz de León Carrillo como gobernador del Banco de México. Al menos durante tres décadas, después de graduarse como economista, Díaz de León contribuyó a fortalecer la memoria histórica del Banco Central, así como a la defensa de la autonomía del Instituto Central. A Díaz de León le correspondió recordar a los legisladores, en diciembre de 2020, que la Ley del Banco de México no debía modificarse para solucionar problemas de algún intermediario bancario. Les advirtió sobre los riesgos y buscó conciliar posiciones para que el Banco de México se mantuviera como una de las instituciones más sólidas que permiten apuntalar a las finanzas públicas del país. Antes, al iniciar la pandemia, Díaz de León diseñó junto con el entonces titular de la Secretaría de Hacienda, Arturo Herrera el paquete de medidas y apoyos para hacer frente al choque de oferta que caracterizó el inicio de la pandemia. Fue en marzo de 2020 cuando Banco de México y la Secretaría de Hacienda avizoraron que para la economía mexicana venían tiempos difíciles: vendrían coches de demanda tras el cierre de la economía, el momento en que el precio del petróleo registró cotizaciones negativas y cuando el gran confinamiento imponía la necesidad de inyectar dinero a la economía. Entonces, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió aprobar recursos para que la banca pudiera otorgar nuevos créditos a través de un paquete de facilidades. Después, la presión inflacionaria generó que la Junta de Gobierno tomara la decisión de interrumpir la trayectoria a la baja de las tasas de interés para tratar de contener el tercer choque al que se enfrentó la economía, el inflacionario. Al frente de estas fases críticas para la economía estuvo Díaz de León como responsable de la gubernatura y de la Junta de Gobierno del Banco de México. La transición política, sin embargo, definió que Díaz de León no fuera ratificado durante un segundo periodo para ceder la estafeta a Arturo Herrera. Alejandro Díaz de Léon concluye su gestión en el Banco de México satisfecho de los logros alcanzados y convencido de que se cumplió con la misión: un banco autónomo y fuerte para hacer a nuevos choques que podrían presentarse.
¿Qué significa para usted terminar esta gestión en medio de una pandemia y también de una transición política como gobernador?
Significa una reflexión de largo aliento. Fue un ciclo de un poco más de 30 años de haber entrado al Banco; una gran institución, que ha sido, en mi caso, un lugar de formación profesional, donde he estado la mayor parte de mi carrera laboral.
En ese sentido, para mí, haber tenido esa trayectoria, que se acerca a cerrar el ciclo, pues es un honor y un privilegio; haber estado en una posición de servir al país, a través de una institución que se ha hecho más fuerte con el tiempo y el trabajo de mucha gente. La verdad mucho entusiasmo.
Son temas que, para los que somos economistas, siempre representan un reto y una pasión; identificar cómo mejorar las cosas, cómo reforzarlas, ése es un poco el reto y lo que caracteriza al Banco. La verdad ha sido un gusto este ciclo tan amplio.
Estamos viendo que hay mucha preocupación respecto a la inflación, asimismo se han cuestionado, también, las decisiones de la Junta de Gobierno por parte del presidente López Obrador así como el tema de los remanentes, de los recursos del FMI; ha sido sujeto a crítica de muchas de las decisiones y las leyes del propio Banco de México, han sido objeto de cuestionamiento. Por otro lado, con esta transición ¿Se pondrá en riesgo la autonomía? ¿Cómo está viendo este nuevo gobierno y qué tan grave sería poner en riesgo la autonomía Gobernador?
Empezaría por detallar que siempre hemos tenido un entorno con retos de diferente índole, como tu apuntas; uno realmente histórico y sin precedentes es el Covid, así que retos los ha habido y los habrá.
Sin embargo, creo que lo más importantes es que se haya tratado de conducir de una manera ordenada y fortaleciendo a la institución para que pueda enfrentar choques futuros, creo que eso ha sido lo que ha pasado en un horizonte largo de tiempo.
Sigue habiendo retos, apuntas a uno que es el inflacionario y, después de un año de contracción como fue el pasado, este año nos hemos encontrado con una recuperación súbita, liderada por algunas economías avanzadas, especialmente Estados unidos, que ha propiciado incrementos en la inflación y, por la proximidad que tiene con nuestro país, ha propiciado el aumento en los precios internos. Este ha sido un reto.
A pesar de eso, después tener una contracción tan marcada, un proceso de reactivación y de aumento en la inflación, hemos tratado de tomar las medidas adecuadas para conducir el proceso inflacionario, evitar los riesgos y retomar la trayectoria hacia la meta del 3%.
En cuanto a los retos institucionales, por así decirlo, yo creo que el artículo constitucional en el cual se le da autonomía y un mandato prioritario al banco central es muy atinado y en todas sus dimensiones, así que, en la medida en que se mantenga el marco o el perímetro institucional del Banco de México, estoy seguro de que seguirá trabajando en mantener una inflación baja y estable.
¿Qué tanto estrago está dejando este indicador, la inflación, que está comenzando a crecer? ¿Es algo que le está preocupando, Gobernador?
La inflación es un tema que es de la mayor importancia para el Banco de México, ya que nuestro mandato prioritario es mantener una inflación baja y estable, por lo que tenemos que identificar las fuentes de estas presiones de precios y cuál es su origen.
Por la característica que tiene la pandemia, el año pasado tuvimos una contracción en la actividad productiva y a la vuelta de la esquina, en este año, nos encontramos con un estímulo de gasto sin precedentes en la economía norteamericana, que incrementó muy significativamente el poder adquisitivo de las familias y, además, en un entorno de pandemia donde no se puede gastar en los servicios, esos recursos se gastaron en la compra de bienes de consumo duradero.
Esto presionó los precios de las materias primas, presionó el precio de todo tipo de bienes, ha propiciado estos cuellos de botella en los suministros de semiconductores, que se necesitan para los autos y otros bienes y eso ha presionado a la inflación por la parte de las mercancías.
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