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Por Gabriela Siller*
El lunes 13 de septiembre la empresa inmobiliaria Evergrande, advirtió que podría incumplir el pago de su deuda debido a una escasez de efectivo. En los últimos años la deuda de Evergrande se incrementó significativamente alcanzando 300 mil millones de dólares y convirtiéndose en una de las desarrolladoras inmobiliarias más endeudadas del mundo, con una razón de deuda sobre capital contable de 491.3%.
La deuda de Evergrande equivale al 2.04% del PIB de China, la segunda economía más grande del mundo lo que eleva el riesgo de moratoria a nivel sistémico y recuerda la quiebra de Lehman Brothers en 2008, que tenía deudas por 613 mil millones de dólares.
Evergrande es una empresa China fundada en 1996. Sus oficinas centrales están en Shenzhen China y sus acciones cotizan en Hong Kong, incluidas en el índice de Hang Seng.
En lo que resta del 2021, Evergrande deberá pagar cerca de 669 millones de dólares en intereses relacionados a bonos y en 2022 el pago proyectado es de 10,085 millones de dólares. De hecho, este jueves 23 de septiembre la compañía deberá pagar los intereses relacionados a su bono con vencimiento en el 2022, equivalentes a un total de 83.53 millones de dólares. Asimismo, el próximo 29 de septiembre vence el cupón del bono con vencimiento en el 2024, equivalente a 45.17 millones de dólares.
En caso de que la compañía no liquide los intereses en los 30 días posteriores a la fecha de vencimiento, ambos bonos entrarían en default. Cabe mencionar que, su bono del 2022 muestra una tasa de rendimiento de más de 500% en el mercado secundario, comparada a la tasa de 13.7% observada al inicio del año. Por su parte, el bono del 2024 muestra un rendimiento mayor al 80%, mientras que al principio del año era de 14.6%.
La situación de Evergrande también ha afectado otros indicadores financieros, pues ha provocado una oleada de aversión al riesgo: cambios en los portafolios de inversión con los capitales volando hacia activos considerados refugio como el oro, el yen japonés y el franco suizo, a la par de pérdidas en los índices bursátiles, subidas en los tipos de cambio con el peso mexicano siendo la tercera divisa más afectada y un alza significativa en los Credit Default Swaps (CDS) de China.
Además, el efecto de Evergrande se da en un entorno de desarticulación global causada por la pandemia, con las cadenas de suministro afectadas, escasez de productos, inflaciones altas y desgaste de las políticas económicas, particularmente la monetaria.
En cuanto a los tenedores de deuda de Evergrande (bonos), se destaca Ashmore Group PLC quien posee el 13.18% de los bonos totales, seguido por BlackRock con 11.19%, UBS con 9.17%, HSBC con 6.69% y Royal Bank de Canadá con 4.96%. Evergrande también debe pagar préstamos a diversos bancos, iniciando este lunes con el vencimiento de un pago a un banco local chino, con el que tiene 24 horas de periodo de gracia.
Las acciones de Evergrande que cotizan en la bolsa de Hang Seng, han caído cerca del 47% en el último mes, registrando una caída del 10.24% el día de hoy (lunes 20 de septiembre) y cotizando en 2.28 dólares de Hong Kong, su menor nivel desde mayo del 2010.
Arrastrado por la caída de Evergrande y por la aversión al riesgo global por el miedo a un efecto sistémico, el índice de Hang Seng cerró hoy (sesión asiática) con un retroceso de 3.3%, ubicándose en su menor nivel de cierre desde el 6 de octubre del 2020. Con respecto a su máximo del año, alcanzado el 18 de febrero, el Hang Seng muestra una pérdida de 22.72%, por lo que ha entrado en un comportamiento bajista o “Bear Market” que ocurre cuando un activo pierde más del 20% desde su último pico. Con respecto al máximo histórico del 29 de enero del 2018, el índice pierde 28.03%.
Cabe recordar que en Japón y en China los índices accionarios permanecieron cerrados por festividades nacionales, lo que también incrementó la volatilidad en el resto de las bolsas. Mañana, 21 de septiembre los mercados de China permanecerán cerrados, mientras que el miércoles el mercado de Hong Kong no tendrá operaciones.
Durante la semana pasada el Banco Popular de China inyectó 14 mil millones de dólares para tratar de ayudar a contener el efecto de Evergrande, siendo la mayor inyección de corto plazo desde febrero, cuando se inyectaron 12.3 mil millones de dólares para mantener la liquidez tras la temporada de pago de impuestos. La inyección se dio a través de acuerdos de recompra inversa a 7 y 14 días.
China es una economía que se ha caracterizado por su alto crecimiento basado en el gasto en infraestructura y en las exportaciones. Desde hace varios años se habla del riesgo de la banca en sombra de este país, por el crecimiento en los créditos que ha otorgado y que podrían requerir que el Banco Popular de China inyecte continuamente liquidez.
Aunque Evergrande lograra pagar los intereses este año, queda el riesgo que en 2022, fecha de vencimiento de su siguiente bono, enfrente una alta tasa de interés, lo que le imposibilitaría reestructurar su deuda sin ayuda del gobierno. Si llega a caer en moratoria o irse a la quiebra podría provocar que sus tenedores de deuda enfrenten falta de liquidez y causen una nueva crisis financiera.
Cabe destacar que el mercado financiero está muy sensible ante noticias de este tipo, pues la crisis del 2020 fue vista como un terremoto devastador el cual podría tener réplicas de corto y mediano plazo, siendo la situación de Evergrande una de ellas. Tampoco ayuda la desconfianza que el mercado financiero tiene hacia el gobierno de China, que con el objetivo de ganar participación en el PIB podría dejar caer en moratoria a su gigante inmobiliario.
La situación de Evergrande debe resolverse pronto, pues el mercado podría seguir liquidando activos que considera riesgosos, lo que provocaría alzas en el riesgo país principalmente de economías emergentes, salidas de capitales (que para México podrían ya convertirse en fuga), alzas en tasa de interés y hasta un freno en la actividad económica real en el mundo.
También podría provocar que las empresas que planean extender sus vencimientos de deuda este año, mediante nuevas emisiones, tengan que aplazarlas.
En resumen, la situación de Evergrande es delicada debido a su alto endeudamiento y a la sensibilidad que tiene actualmente el mercado y son dos los canales mediante los cuales puede darse un efecto dominó: 1) con las empresas a las que Evergrande dejaría de pagar los intereses y que podrían enfrentar falta de liquidez y 2) mediante la mayor aversión al riesgo global que podría llevar al mercado financiero global a la baja en este año, con subidas en las tasas de interés y en general generando un ambiente poco propicio para nuevas emisiones de deuda o capital, con freno en la recuperación económica global.
*Gabriela Siller Pagaza, PhD
gsiller@bancobase.com