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¿Puedes imaginar -y construir- un México mejor?
Por Luis Hernández Martínez*
¿Qué sería de nuestras vidas si cada día que transcurre hacemos mejor nuestro trabajo? ¿Cómo cambiaría nuestra relación con los demás si en cada uno de nuestros roles somos mejores personas luego de 24 horas?
Y no sugiero que midamos nuestros avances con rebuscados indicadores de desempeño. No. Solo digo que imagines tu –nuestro– mundo si contribuyes a disminuir de manera paulatina los comportamientos abusivos que crean ambientes laborales hostiles, por ejemplo.
O qué ocurriría si te conduces todos los días sin mentirle a tus empleados (colegas, jefes, clientes, pareja…). O si evitas los conflictos de intereses que pongan en entredicho la reputación de tu empresa y, por supuesto, la tuya.
Contesta con honestidad: ¿respetas las políticas de la compañía relacionadas con el uso de internet? ¿Visitas tus redes sociales con los recursos tecnológicos de la empresa que te contrató? ¿Y qué me dices de los actos discriminatorios? ¿Estás libre de culpa como para lanzar la primera piedra?
También te invito a imaginar un México donde tú no violas las normas de seguridad, tránsito, salud, impuestos… Una nación donde tú no alteras las estadísticas para colocar a tu producto, servicio o empresa en una mejor posición de productividad y competitividad. Un país donde no entregas artículos –o elaboras trabajos– defectuosos.
Responde: ¿haces contribuciones indebidas a funcionarios públicos, políticos u organizaciones relacionadas con la delincuencia organizada? ¿Ofreces efectivo, obsequios, entradas a espectáculos, condominios y/o boletos de avión para influir en la obtención de algún permiso o contrato de obra pública? ¿Realizas un uso indebido de la información propiedad de tu competencia? ¿Respondes que tienes otros datos cuando la terca realidad te coloca contra la pared?
¿Manipulas la información financiera que reportas a tus grupos de interés? ¿Aceptas sobornos o regalos inapropiados de proveedores o clientes? ¿Falsificas informes de gastos, facturas, contabilidad o documentos empresariales? ¡Que tus actos te definan!
*El autor es abogado, administrador, periodista y educador. Es perfeccionador y experto en compliance en Alta Dirección de Empresas y docente a nivel posgrado en materias de innovación, negocios y derecho.
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