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Es difícil pasar día a día, en medio de una pandemia, sin sentirnos como en serie con el subtítulo “música ominosa”: los medios, las redes y hasta en nuestras conversaciones privadas se filtra la sensación de un futuro que nos arrastra hacia la distopía, el horror, el fin de la civilización.
Sólo que el futuro no se construye solo. Quizá uno de los ejercicios ficción/noficción que nos permiten reflexionar sobre nuestro impacto personal es la miniserie “Years and Years” que sigue la historia de una familia inglesa durante 15 años, empezando en 2019, y donde se perfilan ya los elementos de de crispación social, tensiones políticas, incorporaciones tecnológicas por las que sacrificamos la privacidad. Un Black Mirror más cercano y reconocible.
Conforme pasan los años, en un punto de quiebre, uno de los personajes nos recuerda que no llegamos ahí por casualidad. “Todos somos responsables, cada uno de nosotros. Podemos pasarnos el día culpando a otros: a la economía, a Europa, a la oposición, al clima y al vasto incontrolable curso de la historia, como si no dependiera de nosotros, seres indefensos e insignificantes. Pero sigue siendo culpa nuestra”.
¿Cuántas veces ignoramos a un semáforo?, ¿ignoramos las juntas de condóminos?, ¿ridiculizamos a los policías?, ¿buscamos un atajo a un trámite?, ¿nos estacionamos en un lugar prohibido “solo un minuto”?, ¿justificamos una agresión porque “así son las cosas”?
La suma de todas esas pequeñas omisiones es lo que nos llevará a despertarnos el 7 de junio en el que prevalecerán las acusaciones y la crispación, con la misma inercia de los mismos ejercicios de elecciones intermedias donde lo importante es el ruido y la furia.
No se trata de buscar giros dramáticos, el “viaje del héroe” hacia la felicidad eterna. Sólo entender que desde nuestro día a día tomamos decisiones que tienen una consecuencia, mayor o menor, con mayor alcance que otras.
Así es que se han logrado avances como la Ley Olimpia, que reconoce la violencia digital como un tipo de delito; están los seis niños que lograron detener en tribunales las actividades de una granja porcícola en el área protegida del Anillo de los Cenotes de Yucatán.
Parafraseando al escritor C. S. Lewis, autor de la saga de Narnia: nos asomamos al futuro como una tierra prometida para los héroes y no algo que está al alcance de todos, a un ritmo de sesenta minutos por hora.
Lilia Carrillo es socia de Meraki México
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