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La sequía que afecta al territorio nacional y que estará presente, al menos hasta junio próximo, ha generado una presión adicional sobre el ritmo de incremento en los precios (inflación), el cual ya se había acelerado por presiones externas como el incremento en los precios de los combustibles y de algunas materias primas ante la reactivación económica.
“Definitivamente la sequía afecta la oferta porque ésta se reduce y suben los precios. Esta situación se suma al incremento en el precio de los commodities a nivel internacional” , explicó a Fortuna, Gabriela Siller, directora del área de Análisis de Banco Base.
El maíz, por ejemplo, acumula un incremento de más del 103% en los últimos doce meses, lo que también impacta la inflación al consumidor. Además, otras materias primas también registran incrementos que afectan ya la inflación al productor.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el cien por ciento de la cuenca del sistema Cutzamala ya enfrente alguna afectación luego de que desde el año pasado las precipitaciones han sido escasas. Las presas del sistema no se han recuperado, reconoció la CONAGUA. El almacenamiento actual es de sólo 335.2 millones de metros cúbicos, lo que equivale a menos del 45% del sistema hídrico cuando para este momento del año se debería de tener una reserva superior al 65%. La sequía de esta forma afecta ya a más del 84% del territorio nacional.
Históricamente, agrega Siller en entrevista, cuando hay sequía suben los precios. Por eso preocupa a los mercados que ante el estiaje que afecta a la producción de alimentos se pueden dar los llamados efectos de segundo orden que se presentan cuando se contaminan las expectativas a largo plazo y entonces termina subiendo la inflación, pero por esa contaminación de las expectativas, como un efecto dominó.
No sería transitorio el impacto
Por ello, Siller considera que en Banco Base estiman que las presiones en los precios que generan inflación podrían no ser transitorias sino con un impacto mayor.
“Se estuvo diciendo mucho cuando se publicó la inflación para la primera quincena de abril que había sido por el efecto matemático de comparación cuando los precios de los combustibles se desplomaron, nosotros en Grupo Financiero Base creemos que es al revés, más bien, la mayor parte es por presiones inflacionarias por distintas causas y una pequeña parte sería por el efecto matemático de baja base de comparación”, explicó Siller.
Entonces, bajo estas circunstancias, agregó, la inflación en México alcanzará su pico en abril de 2021 y luego podría descender para terminar el año y terminar en un nivel de 5%, lo cual está muy fuera del objetivo del Banco de México.
Así, se combinan en un escenario preocupante: sequías, incrementos de commodities a nivel nacional y a nivel internacional. La analista destacó que los commodities están subiendo porque las economías se están recuperando sobre todo en los países desarrollados como Estados Unidos.
En el caso de México, se presenta una lenta recuperación. De hecho, se estima que al publicarse el Producto Interno Bruto (PIB), se confirmará que al primer trimestre la dinámica de la economía podría ser de cero o con un nivel máximo de 0.15%. México tendrá, bajo este escenario, cero crecimiento, inflación desde la economía internacional, sequía y sólo un rebote rápido pero sin un crecimiento impulsado por políticas contra cíclicas.
¿Estanflación a la vista?
Mucha gente habla de estanflación, dice la analista, pero en el caso de México no podemos ubicar ese fenómeno, pero sí una coyuntura en la que el mundo se recupera rápidamente después de la crisis del coronavirus y México, al no haber contado con una política contra cíclica, sólo tendrá un efecto rebote y un efecto de arrastre por el crecimiento de Estados Unidos pero con una demanda interna que sigue bastante deprimida
Aún más, en México, los datos de empleo muestran un cambio estructural porque en el mercado laboral mexicano la mayor parte de la ocupación se ha dado en la informalidad afectando los ingresos de las familias mexicanas. Si a esta situación se suma el impacto del a inflación, entonces sí se podría establecer que la economía, dice Siller, experimenta un mal momento.
Si en México, reflexiona Siller, se aplicará ahora una política fiscal contra cíclica podríamos crecer a una tasa más acelerada y, entonces, la economía nacional se subiría a una tendencia en donde la demanda interna crece más el efecto de rebote de EU, y quizás se podría ir en contra de la inflación que, una buena parte, viene a nivel internacional pero definitivamente sufrirían menos las familias mexicanas al tener mejores condiciones en su empleo.
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