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La reelección de Barack Obama en la presidencia de Estados Unidos tiene varias aristas en la información. Vayamos por partes. El demócrata ganó frente al republicano Mitt Romney, con lo que aseguró otros cuatro años al frente de la Casa Blanca.
En el discurso donde se ungió como ganador de la elección del pasado “Súper Martes 6 de Noviembre”, Obama afirmó que lo mejor estaría por venir, con lo que se le abre una segunda y última oportunidad para construir el “cambio” que prometió desde 2008, cuando por primera vez en la historia del vecino país se convirtió en el primer presidente afroestadunidense en ocupar ese cargo.
Barack Obama logró consolidar suficiente apoyo entre una coalición amplia del voto femenino, del cual tuvo 55 por ciento de este sector; de los jóvenes obtuvo un 60 por ciento; de las minorías, aproximadamente 76 por ciento. Y fue quizá el voto latino el que empujó a Obama al triunfo, pues obtuvo 71 por ciento de ese sector, 93 por ciento del voto afroestadunidense y 73 por ciento del asiático.
¿Y es una buena noticia que haya ganado otra vez Barack Obama para México? Por lo menos en la encuesta publicada por Reforma el 5 de Noviembre, el 76 por ciento de los encuestados preferían a Obama como presidente de la unión americana.
Los resultados de la encuesta realizada por Consulta Mitofsky son similares. Aproximadamente 1 de cada 3 mexicanos dice que la elección de Estados Unidos le importa, porcentaje similar al que obtenía la lucha por la presidencia en 2008. El 28 por ciento de los encuestados pudo mencionar “espontáneamente” a los dos principales partidos políticos en Estados Unidos, siendo el Demócrata (Obama) el más conocido con 36 por ciento contra 29 por ciento del Republicano.
La misma encuesta señala que la ventaja en la preferencia de los mexicanos de nuevo es amplia, ya que 36 por ciento menciona que le gustaría que ganara Obama y sólo 6 por ciento que sea Romney. Sin embargo, estos resultados contrastan con la realidad, que es totalmente ajena y triste a la de estas encuestas.
Cuando llegó Barack Obama en 2008 a la Casa Blanca, prometió una Reforma Migratoria integral; cuatro años después esa reforma que quizá beneficiaria a cientos de connacionales sigue esperando. Tenemos que tomar en cuenta que Obama sorteó una de las peores crisis económicas y que la atención se centró precisamente en esa arista.
Mandatarios de ambos países han llegado y se han ido; lo cierto es que la patrulla fronteriza de aquel país sigue matando y vejando cientos de migrantes mexicanos y latinoamericanos que siguen anhelando ese “sueño americano”.
Y otra arista se abre en este asunto: la lucha contra el narcotráfico que tantos miles de muertos ha dejado en nuestro país. Un suceso que debemos destacar y que sucedió también en el “Súper Martes”, fue que algunos estados de la unión americana legalizaron el uso de la marihuana, lo que sin duda obliga a repensar la estrategia de combate al crimen organizado en nuestro país.
Por eso importa, y mucho, lo que sucede en Estados Unidos. Es momento de que México tenga políticas novedosas para enfrentar el hecho de que el principal consumidor haya liberado su uso.
Y por lo menos así lo ha planteado Manlio Fabio Beltrones; el coordinador de los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) dijo que “el referéndum que se llevó a cabo en varios estados de Estados Unidos para fijar políticas públicas con relación al uso de la marihuana hace pensar que los mexicanos estamos obligados a producir las leyes reglamentarias de una reforma política”.
En este mismo sentido, Luis Videgaray, coordinador general para la Transición Gubernamental, aseguró que la aprobación de la marihuana con usos recreativos en Colorado y Washington “lleva a replantear las políticas conjuntas, tanto del combate al tráfico de drogas y en general de seguridad… no podemos darle un trato a un producto que es ilegal en México, tratando de evitar el trasiego hacia los Estados Unidos, cuando en los Estados Unidos tiene ahora el estatus de legal”.
La gran pregunta con la que iniciará el sexenio de Enrique Peña Nieto. y por supuesto el mandato de Barack Obama, es: ¿serán capaces ambas administraciones de lograr leyes con una visión integral que atienda los problemas que conlleva el tráfico y consumo de drogas?
Sin duda los estados de Colorado y Washington que aprobaron iniciativas para legalizar y regular la venta de marihuana son botones de muestra de que probablemente representen el inicio del fin de la prohibición de la marihuana en ese país y que traerá sin duda un golpe económico al negocio de los cárteles mexicanos por un lado, y por otro, un rechazo a la guerra fallida contra las drogas.
Por lo pronto, la posición del propio Peña Nieto y sus colaboradores es en contra de la legalización como manera para enfrentar el tema de las drogas, pero saben y reconocen que no podemos seguir “poniendo los muertos” en esta guerra contra el narcotráfico; el costo político sería altísimo y sino habría que preguntarle al presidente saliente: Felipe Calderón Hinojosa.
*Salvador Zaragoza es productor y locutor
Twitter.com/SalvadorZA