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El incremento en los precios del huevo y de la carne de pollo no sólo afecta el bolsillo de los mexicanos sino también daña la actividad económica de los sectores relacionados con estos productos en un 30%, advirtió el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM.
Señaló que los altos precios de estos productos persistirán hasta mayo de 2013, por la inestabilidad internacional causada por la reducción en la producción avícola de China y Estados Unidos
Analistas del centro de estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijeron que la demanda no puede satisfacerse con importaciones, pues potencias como Estados Unidos y China han disminuido su producción.
La escasez de huevo y carne de pollo se debe a la influenza aviar registrada en junio pasado en el estado de Jalisco y cuyos daños se calculan en ocho mil 617 millones de pesos.
Esto provoca inestabilidad en el precio de los productos avícolas, lo que significa el aumento de artículos relacionados o derivados, como gelatinas, alimentos procesados y huevo deshidratado, entre otros alimentos, indicaron Luis Lozano, David Lozano, Jaime Vázquez y David Moctezuma, integrantes del CAM.
Una pieza de pan dulce se vende hasta en ocho pesos en algunas regiones. Además, ante el incremento, los pedidos mayores de restaurantes, fondas y cocinas económicas, disminuyeron.
En las últimas tres semanas, esto significó una pérdida de entre 5% y 7% en el volumen de ventas en negocios pequeños, como panaderías, tiendas de abarrotes y fondas.
Se estima que el 30% de estos establecimientos no resistirá los costos cada vez más elevados y la escasez de pollo y huevo, por lo que se verían obligados a cerrar, lo que significaría pérdida de empleos.
En el caso del pan, los insumos necesarios cada vez son más costosos. En noviembre, de acuerdo con los productores, una pieza pequeña del tradicional pan de muerto llegaría a costar hasta 40 pesos.
Se estima que a fin de año, los alimentos alcanzarán los precios más elevados y que se registrará una baja sustancial en las ventas de restaurantes. No sólo las personas dejarán de comprar, ya no utilizarán cierto tipo de servicios.
Los expertos consideraron necesario establecer medidas para contrarrestar sus efectos como destinar mayores recursos al sector agrícola del país.
Si el campo no tiene un incremento en su presupuesto superior al 20% para la producción de alimentos, padeceremos las consecuencias de no garantizar nuestra soberanía alimentaria, concluyeron.
Foto: Cuartoscuro