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El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) concluyó en Montevideo, Uruguay, su reunión anual sin un acuerdo para crear un fondo de contingencia que permita apoyar a países vulnerables en caso de desastres naturales o por otros impactos externos.
El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, informó que será en abril cuando se defina el nuevo mecanismo de créditos de contingencia para apoyar a países vulnerables de América Latina y el Caribe cuando enfrenten desastres naturales o para “blindar” a los países pequeños en caso de impactos externos.
Precisó que el tema será tratado en la próxima reunión del directorio ejecutivo del BID, cuando se analice el fondo de contingencia que será financiado con las reservas que tiene la institución crediticia regional.
La 53 Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del BID y 27 Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores de la Corporación Interamericana de Inversiones (CII) se realizó del 16 al 19 de marzo de 2012 en la ciudad uruguaya.
La capitalización del BID supera los 170 mil millones de dólares y tiene una capacidad potencial de crédito de unos 12 mil millones de dólares anuales.
Fondo especial sobre seguridad ciudadana
Durante su presentación titulada “Un laberinto con salida: seguridad ciudadana en América Latina y el Caribe”, Moreno dijo que el aumento en la inseguridad es “una gran paradoja,” porque ha ocurrido durante el período en que la región consolidó sus democracias, avanzó en la reducción de la pobreza y fortaleció su gestión fiscal y comercial.
El presidente del BID informó que en la región unas 350 personas son asesinadas en promedio cada día, y que la zona registra 28% de todos los homicidios del mundo, a pesar de que representa apenas 8% de su población total.
En los últimos 15 años, el BID ha financiado 12 programas y múltiples cooperaciones técnicas en esas áreas y prepara otras nueve operaciones en seguridad ciudadana por un valor de 328 millones de dólares.
Fondo de Infraestructura para Mesoamérica y el Caribe
En el marco de la 53 Asamblea Anual de Gobernadores del BID, el secretario mexicano de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña, anunció el lanzamiento del Fondo de Infraestructura para la región, por 160 millones de dólares.
Con este mecanismo de colaboración, “el gobierno de México muestra el compromiso y solidaridad con los países de Mesoamérica y el Caribe en sus procesos de integración y desarrollo económico y social”, afirmó el funcionario.
Este Fondo fue establecido por el presidente Felipe Calderón mediante un decreto emitido en el marco de la XIII Cumbre de Tuxtla, celebrada en Mérida, Yucatán, en diciembre de 2011 y se constituyó en enero pasado con el objetivo de otorgar apoyos financieros y asistencia técnica a programas y proyectos de infraestructura que superan los anteriores esquemas de cooperación financiera entre México y la región.
Resistencia a impactos económicos externos
Según el Informe Macroeconómico de América Latina y el Caribe 2012 del BID presentado en Montevideo, la región ha mostrado tener resistencia a los choques externos y aunque este año podría enfrentar dos grandes riesgos: una desaceleración de la economía china más rápida de la esperada y una profundización de los problemas económicos de Europa, sólo sufriría “una recesión relativamente moderada”.
Indica que varios países, en especial exportadores de materias primas, han acumulado reservas internacionales que les ayudarían a protegerse de la turbulencia financiera internacional y han reducido sus pasivos externos.
Además han implementado paquetes de estímulo fiscal efectivos para amortiguar la desaceleración y la mayoría de las economías más grandes de la región adoptaron regímenes cambiarios flexibles que les permiten moderar las fluctuaciones.
Andrew Powell, asesor principal del Departamento de Investigación del BID y coordinador del estudio, dijo si bien el informe demuestra que aumentó la resistencia de la región, aún “perduran ciertas vulnerabilidades que podrían limitar el alcance de las políticas anticíclicas de empeorar la crisis en Europa”.
El informe destaca la alta dependencia de América Latina y el Caribe de las exportaciones de productos primarios y el aumento en los ingresos de capitales que incrementó los pasivos en divisas del sector privado; así como la presencia de un gran número de bancos europeos lo cual podría provocar que el sector financiero de la región sea vulnerable a una restricción crediticia.
Respecto a este último punto, el informe sugiere a los reguladores bancarios controlar la conducta de todos los bancos y desarrollar reglas que permitan fortalecer el gobierno corporativo de las subsidiarias locales.
Señala que las autoridades deben de buscar controlar la liquidez bancaria para asegurarse que no haya turbulencias en los mercados financieros domésticos en caso de un impacto negativo externo, y deberían trabajar con las instituciones europeas para asegurarse de que pueden vender activos latinoamericanos sin dificultades en caso de necesidad.
Por cuanto a la posibilidad de una desaceleración de la economía china, los exportadores de metales serían los más perjudicados que los productores agrícolas de la región. Mientras los precios de los granos no resultarían tan afectados porque su demanda se relaciona con cambios a más largo plazo en los patrones de consumo de alimentos.
Propone que los países y las compañías deben considerar la posibilidad de invertir en mecanismos de cobertura. Los riesgos no cubiertos por terceros pueden administrarse internamente mediante fondos de estabilización u otros instrumentos. (Patricia Pazarán)