Tiempo de lectura aprox: 5 minutos, 30 segundos
El panorama de recuperación planteado en el Cuarto informe de gobierno se apoya sólo en indicadores macroeconómicos y sustenta la recuperación económica en la comparación con cifras de los momentos más agudos de la crisis económica reciente.
Contrario al triunfalismo vertido en el Cuarto informe de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, en el que se afirma que este año “la economía mexicana regresó al sendero del crecimiento”, un análisis del Instituto de Investigaciones Económicas (Iiec), de la Universidad Nacional Autónoma de México, señala que se trata de un “optimismo inconsistente”, pues no ofrece datos que permitan un análisis completo de cómo se encuentra actualmente la economía del país.
El boletín Momento económico (nueva época), presentado una semana después de que el mandatario entregara su informe de labores al Congreso de la Unión, cuestiona que en el documento presidencial se hable de recuperación económica sin contemplar aspectos como el fuerte impacto que tendrá en México la desaceleración económica de Estados Unidos, dado el alto grado de dependencia que el país tiene respecto de la economía estadunidense.
También hace señalamientos sobre lo que la administración actual considera una recuperación económica, ya que si bien el Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó un crecimiento de 5.9% en el primer semestre del año, continúa siendo menor en tres puntos porcentuales a la cifra que se tenía en el mismo periodo de 2009, dato al que no se hace referencia en el documento oficial.
De acuerdo con el Iiec, la “anémica recuperación” de la que habla el gobierno se da de forma desigual, ya que una decena de los 19 sectores en los que se reporta el PIB presenta un crecimiento menor a la tasa general, además de que cuatro presentan un crecimiento negativo.
De éstos destaca el rubro de la construcción, con -2.7%, lo que representa un “fuerte impacto económico” dado que dicho sector representa el 6.2% de la producción nacional y en él se emplean 5.7 millones de trabajadores.
La doctora Genoveva Roldán Dávila, investigadora del Iiec y colaboradora del boletín, pone énfasis en la importancia de analizar el informe presidencial para entender cómo se va a definir el presupuesto del próximo año, pues el diseño presupuestal estará basado en la evaluación de la economía mexicana que plantea el Cuarto informe de gobierno, lo que “reafirmaría las tendencias ya sugeridas” en el documento oficial.
De este modo, advierte Roldán Dávila, “cualquier nueva acción de política económica se orientaría a profundizar las características del modelo actual porque se considera que está funcionando bien o va para bien”.
Roldán Dávila advierte que la crisis mundial no ha terminado y que incluso podría estar comenzando una etapa “más compleja”. Lo anterior lleva a la investigadora a manifestar su preocupación respecto de las dudas que tiene la autoridad sobre el impacto que tendría la desaceleración económica estadunidense en la economía mexicana, dada la relación “tóxica” que mantiene México con su vecino del Norte.
Refiere que el bajo crecimiento del PIB estadunidense, aunado a un índice del desempleo cercano al 10%, un déficit presupuestal equivalente casi a la décima parte de su PIB y una deuda pública de más del 100% de su PIB, ha convertido a la economía de Estados Unidos en una de las más endeudadas en el mundo.
Sin embargo, sostiene Roldán Dávila, todos estos factores no están contemplados en el Cuarto informe de gobierno, “por lo que la idea que trata de dar el gobierno mexicano de que vamos bien no se sostiene con lo que los datos económicos nos están presentando y por lo tanto resulta muy cuestionable el análisis que nos propone el informe presidencial”.
Nada que festejar
La doctora Josefina Morales Martínez, investigadora del Iiec y quien también contribuyó a la elaboración del boletín, refiere que el periodo de 2000 a la fecha, en el que han gobernado miembros del Partido Acción Nacional, ha sido la década de menor crecimiento desde la década de 1950 y que se estima que tendrá el ritmo más bajo de crecimiento de los últimos cuatro sexenios. “Estamos ante una situación que es para preocuparse más que para festejarse”, advierte.
La investigadora considera que aún más grave que el retroceso del PIB es el cálculo del PIB per cápita, sobre el que pronostica que alcanzará el nivel que tenía previo a la crisis hasta 2012. Morales Martínez considera que, aun alcanzándolo, se tratará de un crecimiento “raquítico” y uno de los más bajos de América Latina, además de desigual y vulnerable.
De acuerdo con el documento del Iiec, la vulnerabilidad de dicha recuperación se debe a que está basada en un crecimiento determinado por el consumo externo, por lo que la desaceleración del mercado exterior marcará el ritmo de crecimiento del país.
Al respecto, el Iiec destaca que la Inversión Extranjera Directa cayó más del 50% durante el año pasado, de modo que es insuficiente el análisis que al respecto se hace en el informe presidencial, en el que sólo se alude al crecimiento de 27.7 % que tuvo durante los primeros seis meses de este año.
La doctora Morales Martínez considera que la política económica mexicana está reducida al “manejo elemental” de las variables macroeconómicas como la inflación, la moneda, la deuda pública y la promoción de la economía en el exterior, lo que la hace insuficiente.
No obstante, el análisis de los factores macroeconómicos no ha servido para mermar la debilidad de la moneda frente a las oscilaciones de los mercados, pues en lo que va del sexenio el peso mexicano se ha devaluado 20%, de acuerdo con el análisis del Iiec.
Aunado a ello, la inversión pública ha tenido retrocesos que se evidencian en los subejercicios de más del 70% en rubros clave para la recuperación, como la construcción y modernización de carreteras, infraestructura en seguridad pública, la inversión en maquinaria y equipo y los programas de apoyo alimentario.
Otro elemento que aborda el análisis del Iiec –y que en el informe oficial “prácticamente se considera una variable aleatoria”– es la desigualdad y la polarización social, dado su impacto en la articulación y la conformación del mercado interno.
Al respecto, los datos de los censos económicos 2009 “ponen en evidencia la profunda heterogeneidad y concentración de la estructura económica”, ya que sólo 1 mil 183 establecimientos, de un total de 3 millones 700 mil, concentran la cuarta parte del personal remunerado, la tercera parte de las remuneraciones totales y casi el 40% de los ingresos totales.
Asimismo, la Encuesta nacional de ingresos y gastos en los hogares reportaba desde 2008 (es decir, antes de la crisis) una pérdida de los ingresos respecto del inicio del sexenio, en la que los más pobres perdieron entre 7 y 8%.
Empleo, aún insuficiente
En materia de empleo, que fue la principal propuesta de Calderón Hinojosa durante su campaña en 2006, la doctora Roldán Dávila señala que la cifra “que ya tenemos martillada” del medio millón de empleos creados este año, no se contrasta con otros datos ni se aclara que sigue por debajo de los empleos que se habían generado en 2008.
La investigadora aclara que la cifra de empleos creados sigue por debajo de las necesidades del país, ya que en los últimos cuatro años se han generado 800 mil empleos, mientras que los requerimientos del mercado de trabajo son de más de 1 millón 200 mil empleos al año.
El panorama laboral presentado por Calderón Hinojosa tampoco da cuenta de cifras como la tasa de desempleo formal, ubicada en 5.3%, una de las más altas de la historia de México, a decir de Roldán Dávila, y que se traduce en la falta de trabajo para 2 millones 687 mil personas.
En consonancia, el informe La recuperación económica del México informal, elaborado por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey campus Estado de México, refiere que, en el último año, la economía informal se incrementó 77.8%, al alcanzar la cifra histórica de 12 millones 800 mil personas para el segundo trimestre de 2010.
Basados en datos de la Encuesta nacional de ocupación y empleo, que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los investigadores José Luis de la Cruz Gallegos y Carlos Canfield Rivera refieren que el número de personas que laboran sin contrato escrito creció a 13 millones 300 mil, mientras que la cantidad de trabajadores que no tienen acceso a servicios de salud se incrementó a 28 millones 800 mil en el último año.
En el mismo periodo, los trabajadores que carecen de prestaciones sociales creció casi medio millón y la subocupación sumó 4 millones de personas.
Con estos datos, los investigadores corroboran en su informe que “la tendencia negativa del mercado laboral persiste aún cuando las condiciones económicas del país han alcanzado una mejoría relativa”.
Señalan, sin embargo, que las condiciones del mercado laboral continúan siendo “preocupantes” y advierten que en lo que resta del año no habrá una recuperación económica suficientemente robusta para superar dicha situación.
Los investigadores advierten, además, de una disparidad entre las cifras del Inegi y las que da a conocer el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ya que las primeras plantean un panorama del mercado laboral con un deterioro mayor al de 2009 y con una tendencia negativa, lo que en opinión de los especialistas “obligaría al diseño e implementación de una política pública que solucione el problema laboral con un sentido de urgencia y como prioridad nacional”.
Por el contrario, los datos del IMSS muestran que si bien hay rezagos, el país se encuentra en camino de solventar los daños de la crisis en materia laboral, “por lo que el sentido de urgencia y prioridad nacional podría matizarse”.