Prevalecen los riesgos de una recesión mundial

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Analistas de Bank of America Merrill Lynch mantienen perspectivas pesimistas sobre la economía mundial debido a la ineficaz política fiscal, sobre todo de la zona euro, por lo que todavía vislumbran riesgos de recesión.

Al dar a conocer las perspectivas para la segunda mitad de 2012, los expertos dijeron que sus pronósticos de crecimiento han variado muy poco desde su anterior reporte en diciembre pasado y se mantienen ante la expectativa de los riesgos que representan España, Italia y Grecia. Sus estimaciones de crecimiento para Alemania son de 0.5% y para Francia de 0.2%.

Señalaron que la zona euro en su conjunto tiene un manejable déficit presupuestario de sólo el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) con lo que puede impulsar una política fiscal para frenar la crisis.

La extensión de la crisis en España, aunque sea manejable, demuestra la fragilidad de la zona euro y la ineficacia del mecanismo de rescate actual, apuntaron los analistas.

Consideraron que aunque Italia ha avanzado de manera paulatina en las reformas y tiene problemas muy diferentes a los de España, la incertidumbre aumentará a medida que se acerquen las elecciones en la primavera de 2013.

Por su parte, indicaron que Grecia no calmó los mercados luego de las elecciones y se mantiene la duda si su salida de la zona euro puede contribuir a paliar la crisis.

Dijeron que en Estados Unidos siguen viendo el mismo patrón trimestral y anual de crecimiento del PIB, mientras la inflación cayó del 3.9% en septiembre pasado a sólo el 1.7% en junio, por lo que mantienen  un crecimiento de 1.9% para 2012 y de 1.4% para 2013.

En Estados Unidos, lo mejor sería que los líderes republicanos y demócratas emitieran una declaración conjunta con la promesa de que van a trabajar juntos después de las elecciones para resolver el déficit fiscal y que la austeridad se aplicará paulatinamente.

Aunque este resultado parece lejano, señalaron que la posibilidad de un agravamiento de la crisis podría llevar a las partes a dejar de lado la política para centrarse en la economía y en los mercados