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América Latina debe impulsar marcos institucionales que estimulen la creación de capacidades financieras y el desarrollo de habilidades sociales y tecnológicas en medio de la peor crisis sanitaria y económica en décadas que deja un legado de mayores niveles de desempleo y pobreza, dijo el viernes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Los países de la zona, catalogados como en desarrollo en transición, exhiben una estructura productiva poco diversificada, un bajo nivel de productividad y rezagos en el manejo de tecnologías. Al cierre de 2020, estos factores estructurales y el arribo de la Pandemia Covid-19 provocaron el cierre de 2.7 millones de pequeñas y medianas empresas (Pymes), de acuerdo con cifras del propio organismo.
Los impactos en el mercado laboral significaron además la pérdida de 47 millones de empleos.
Los países de la Región también han sufrido aumentos en la pobreza y la desigualdad, a pesar de los avances sociales realizados en la última década.
“Hemos estimado que en 2020 el total de personas pobres ascendería a 209 millones, 22 millones de personas más que el año anterior, y el índice de Gini promedio (que mide la desigualdad) podría incrementarse en 5.6%, respecto a 2019”, mencionó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, en el marco del quinto aniversario del programa regional de la OCDE en la zona.
Bárcena, de acuerdo con información del organismo, hizo un reconocimiento al desempeño del secretario general de la OCDE, el mexicano José Ángel Gurría, quién dejará el cargo el próximo 31 de mayo, además de dar la bienvenida a Mathias Cormann, ex ministro de finanzas de Australia, quien sucederá a Gurría en el cargo a partir del 1 de junio.
La tarea de diseñar nuevos marcos institucionales, según Bárcena, es clave para crear capacidades financieras y desarrollar habilidades sociales y tecnológicas, “asuntos fundamentales para construir sociedades más resilientes e inclusivas”.
La Cepal citó como referencia la Agenda 2030 y sus 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS), los cuales llaman a un cambio de paradigma donde los modelos de desarrollo predominantes y la actual cultura “del privilegio” den paso a un nuevo modelo de Sostenibilidad e igualdad.
“Esta agenda global requiere acciones y políticas dirigidas a un crecimiento inclusivo, la eliminación de la pobreza y patrones sostenibles de producción y consumo, integrando las esferas económica, social y ambiental”, expuso Bárcena.
Otros de los flagelos que azotan a la Región son la limitada capacidad impositiva, la falta de reformas tributarias progresivas y los impactos del Cambio Climático, cuyas iniciativas están llegando tarde respecto a los avances que muestran a nivel mundial.