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La recaudación tributaria en México es la más baja de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el 2010, e incluso del promedio en América Latina si no se tienen en cuenta los ingresos de los derechos sobre la producción de hidrocarburos.
En este sentido, informa el organismo en un análisis, la recaudación depende en gran medida de los impuestos indirectos, y en particular de los impuestos específicos sobre la producción de hidrocarburos.
El papel dominante de la imposición indirecta combinado con el poco peso relativo del impuesto sobre la renta de las personas físicas en la recaudación total contribuyen a una reducida progresividad potencial del sistema tributario, agrega el informe.
La presión tributaria en México (ingresos tributarios como porcentaje del PIB) ha aumentado ligeramente durante las dos últimas décadas en comparación con los países de la OCDE, donde se ha mantenido relativamente estable. Sin embargo, esta tendencia alcista viene principalmente determinada por los derechos sobre la producción de hidrocarburos. De esta forma, si los ingresos de estos derechos se reducen de la recaudación tributaria total, la presión tributaria muestra tan sólo un ligero aumento entre 1990 y 2010.
La tendencia a la alza de los ingresos tributarios es un rasgo común a toda América Latina.
En general, la presión tributaria en México fue mayor que el promedio en América Latina del 1990 al 2008, alcanzando este último año su nivel más alto al 20.9 por ciento.
Después de una fuerte caída (3.5 puntos porcentuales), en el año 2010 los ingresos tributarios en México comienzan a mostrar signos de recuperación del impacto de la crisis global, aunque con niveles por debajo del promedio de la región. No obstante, si no se tienen en cuenta los derechos sobre la producción de hidrocarburos, la presión tributaria en este país llega sólo al 13,9% en 2010, por debajo del promedio regional.
Asimismo, en relación con los países de la OCDE, México es el país con menor recaudación tributaria en el período 1990-2010 (excepto en tres ocasiones, en 1990 y 1991 después de Turquía, y en 2009 después de Chile).
Esto se explica principalmente por bases impositivas estrechas, un alto nivel de informalidad, y una administración tributaria más débil.
Estructura impositiva actual y su evolución La evolución de la presión tributaria en México durante el período 1990-2010 ha estado acompañada de cambios en la estructura impositiva; es decir, la importancia de los diferentes impuestos en la recaudación total.
Por un lado, los ingresos tributarios en México dependen significativamente de los impuestos indirectos, los que representaban en 2010 más del 50% en comparación con el 33% en la OCDE.
Si bien esta importancia relativa se ha mantenido estable en las dos últimas décadas, su composición ha cambiado de manera considerable. En particular, destaca un aumento significativo de los impuestos especiales sobre la producción de hidrocarburos (principalmente del petróleo). Al mismo tiempo la importancia de los impuestos sobre el comercio internacional se ve reducida como consecuencia de los procesos de liberación del comercio. Adicionalmente, la recaudación de IVA alcanza sólo el 3,9% del PIB en 2010, la segunda más baja a nivel regional y muy por debajo del promedio de América Latina (6% del PIB) y de la de la OECD (6,6% del PIB).
Por otro lado, la proporción de los impuestos directos en la recaudación total se ha mantenido bastante estable durante el período 1990-2010. En el 2010 los ingresos de la imposición sobre la renta de las empresas seguían representando poco más del 2% del PIB en México, en comparación con el 3% en la OCDE, aunque existen grandes variaciones entre países.
De forma paralela, la contribución del impuesto sobre la renta personal en México es relativamente baja, menos del 15% de la recaudación total en el 2010 en contraste al 24% en la OCDE, lo que contribuye a la reducción de la progresividad del sistema tributario. Esta menor importancia viene en parte condicionada por el bajo número de contribuyentes y la concentración de los contribuyentes en niveles de renta más bajos.
Adicionalmente, pese al ligero aumento de las contribuciones de la seguridad social entre 1990 y 2010, estas siguen alcanzando en 2010 niveles menores que en la región, y muy por debajo del promedio en la OCDE. La gran heterogeneidad en la forma que los países han instaurado y reformado sus regímenes de la seguridad social explica en gran medida estas diferencias.
En países con sistemas públicos o mixtos, como por ejemplo Brasil, Costa Rica o Uruguay, estas contribuciones aún representan más del 20% de la recaudación total; mientras que las aportaciones al régimen privado de capitalización individual implantado en México no forman parte de los ingresos tributarios.
Finalmente, el porcentaje total de ingresos tributarios recaudados por los gobiernos subnacionales en México se encuentra entre los más bajos de la OCDE, representando tan sólo 3.6% en 2010 en comparación al 24% como promedio en los 7 países federales de la OCDE. En este sentido, los ingresos de los impuestos sobre bienes inmuebles (el predial) son particularmente bajos (1% de la recaudación total), en comparación con la OCDE (3.3%). Esto contribuye a la poca importancia de los impuestos sobre la propiedad en la recaudación total.