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La Federación Mexicana de Futbol (FMF), a través de su Oficina Editorial, busca acallar las críticas en medios de comunicación y redes sociales a la actual administración ante los resultados negativos en la cancha. Dicha oficina es la encargada de diseña los mensajes y narrativas que deben difundirse en redes sociales con el objetivo de proteger a los miembros de la federación y a sus jugadores.
De acuerdo con un reportaje publicado en la revista Proceso, esta estrategia de comunicación pretende aprovechar el alcance que los 18 equipos de futbol, en conjunto, tienen en redes sociales, calculado en 153 millones de personas. Un elemento con el que no cuentan los críticos de la federación.
Para exponer este proyecto, el medio informó que el pasado 9 de noviembre Édgar Martínez, coordinador de la Oficina Editorial de la FMF, convocó a los representantes de los 18 equipos que conforman la Liga MX, a quienes además informó que la FMF también estaba preparando un proyecto para combatir las noticias falsas –fake news–.
Este segundo proyecto se haría mediante un servicio de verificación –fact checking– de un proveedor externo, con el objetivo de “cuidar la reputación de la FMF y de los dueños de los equipos”, aseguró. Fuentes de Proceso explicaron que la idea es que, con el apoyo del proveedor, los clubes, la Liga MX y la FMF armen un mecanismo que permita exhibir a los medios, periodistas, comentaristas o personas en general que difundan notas que a su juicio sean inexactas o incómodas.
Para esto, revelaron, en correos internos marcados como confidenciales, la FMF invitó a los clubes de la Liga MX a compartir información sobre notas de medios o redes que se perciban como “dañinas para la reputación de la institución” o que “atenten contra sus valores”.
Los representantes de Pumas, Tijuana Puebla y Juárez consideraron útil el mecanismo y la estrategia propuesta por el jefe de la Oficina Editorial de la FMF. El resto de los clubes no emitió opinión, según audios de la reunión.
Por otra parte, periodistas deportivos mostraron su preocupación por esta iniciativa, pues, aseguran, la FMF y en particular la Oficina Editorial estarían constituyendo una plataforma que podría inhibir la libertad de expresión.
En este sentido, expertos en derechos humanos y derecho deportivo, explicaron que la FMF no sólo está obligada a respetar el derecho de acceso a la información y a la libertad de prensa, sino que, como colaborador del gobierno federal, debe conducirse con transparencia y rechazando cualquier acto de censura, puesto que si bien las federaciones deportivas se constituyen como asociaciones civiles con carácter privado, éstas actúan como agentes colaboradores del gobierno federal, lo que les da un carácter de agentes estatales.
Los proyectos se presentaron luego de que, en julio, esta organización publicó un video contra críticos a la actuación de la Selección Nacional, en el que pide una tregua a la afición porque el “ambiente tóxico” le está causando un daño emocional a los jugadores. Pero la difusión del video recibió severas críticas desde los medios de comunicación y de la propia afición, que descalificó la narrativa que busca victimizar a los jugadores.
Un mes antes, al anunciar el despido del técnico argentino Diego Cocca, tras la derrota de la Selección Mexicana que le valió al seleccionado la eliminación de la Nations League de la Concacaf, el comisionado presidente de la FMF, Juan Carlos Rodríguez, aseguró que buscaban una comunicación directa con la afición, sin intermediarios. Un mes después llegó el cuestionado video de la oficina editorial.
A todo esto, la FMF aceptó, a través de un comunicado, que en la reunión que sostuvo la Oficina Editorial con los Directores de Comunicación de los 18 clubes de la Liga MX, el 9 de noviembre pasado, se habló de la evaluación interna de un posible ejercicio de FACT CHECKING, sin embargo aseguró que este tendría “un espíritu muy distinto al que se menciona en el texto”.
Después de exponer algunos puntos, la FMF reiteró que no hubo ni hay intención de coartar la libertad de expresión, sino que se trata de una acción de responsabilidad social con la información que consumen las audiencias y su afición.
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